Mala noticia: cambio de horario. Este año, en vez de cada viernes, vamos a tener que subir capítulo nuevo cada dos semanas. ¡No os desaniméis, que cumpliremos con nuestra palabra para que no se nos eche el tiempo encima! Al menos ya no habrá más interrupciones hasta el próximo verano.
Os refresco la memoria: nos habíamos peleado con nuestro equipo rival en el patio, y acabábamos de hablar con nuestra entrenadora después del castigo. ¡Por sorpresa, nos fue de maravilla!
Capítulo
70
-¡Paso paso! ¡La
capitana está aquí! No os preocupéis, ¡sé que me habéis echado
de menos, pero traigo buenas noti-...!
Debería haber
comprobado si había alguien a mi alrededor antes de hablar, ¿verdad?
Me acababa de llevar
una ligera decepción: al salir del aula, esperaba
encontrarme a todos los demás miembros del equipo gritando de alegría
tras la puerta, al igual que habían hecho a la salida del comedor,
pero el caso era que no estaban donde yo pensaba que iban a estar.
Me había quedado
gritando yo sola a pleno pulmón a un público invisible en medio del
pasillo. No sé cómo Teck y Delmet podía estar tan acostumbrado a hacer ese
tipo de cosas y que encima le gustaran.
Para colmo, Jetwick
me había estado mirando desde que había salido por la puerta y ahí
seguía, ahora con una expresión de duda en su cara.
Me ruboricé.
-¿Q-qué? -le
pregunté, un poco molesta.
Él, ruborizándose
también, volvió de golpe la vista atrás en señal de disculpa.
Yo suspiré.
-En fin... se ve que
esta vez nos toca a nosotros buscarlos -dije, con cierto aire
de resignación.
¿Pero dónde
teníamos que ir exactamente? ¿A la habitación de Etsu y de Teck?
Me parecía que era el sitio más lógico; lo más seguro es que ya estuvieran todos allí.
-Bueno, rumbo a la
habitación de Etsu -dije haciendo un gesto con el brazo.
-¡Eh, espera!
-escuché decir a alguien nada más dar el primer paso.
¿Quién era? Ah, ya
lo veía; era Bobby.
Aunque venía de
frente, no llegué a darme cuenta de que estaba delante hasta que nos avisó. No iba muy rápido, pero parecía extremadamente cansado,
como si hubiera venido a todo correr.
-¡Por fin! -exclamó, poniendo las manos sobre sus rodillas-. Habéis
tardado más de lo que yo pensaba... Claro, también... ya van dos veces en las que me toca a mí ser el mensajero... y esperar fuera, como... buen chico de los recados...
-¿No acababas de
llegar? -le pregunté.
-¿Yo? Bueno, esa es
una buena pregunta... -volvió a poner la espalda recta-. Digamos que hace un rato me pasé por aquí, y
como no habíais salido, pues decidí pasarme por...
-Bueno, no hace falta
que me pongas más excusas -lo detuve; la verdad es que ni sabía si
lo que me estaba contando Bobby era verdad o no. Puede que ni él
mismo supiera de lo que estaba hablando- ¿dónde están los demás?
-En la habitación de
siempre, la de Etsu y Teck -respondió Bobby, tal y como yo
imaginaba.
-Perfecto. ¿Vamos
entonces? -pregunté, mirando rápidamente a Jetwick.
-Oye, si queréis ir
primero a vuestras habitaciones... -nos ofreció Bobby-. Casi todos
han ido a ducharse mientras estabais con Tania (Delmet el primero).
Os esperamos. Además, creo que tienes... -se pasó un dedo bajo el
ojo, mirándome con una mueca preocupada.
Rocé mi mejilla
justo por donde él señalaba la suya; aún se me notaba el rasguño
que Ridley me había hecho durante la pelea. Ya casi ni me acordaba
de que lo tenía. Si no hubiera sido por Bobby...
-Ah, ¿ésto? No es
nada, pero es cierto que no me vendía mal pasarme por mi habitación
antes de hacer o decidir nada. En cuanto acabe, iré con vosotros.
¿Jetwick?
-No voy -dijo bajando
la cabeza. Estaba muy serio, más de lo normal, que ya era decir.
-¿No prefieres ir
primero a descansar un poco? Creo que, ahora que tenemos tiempo...
Él negó de nuevo
con la cabeza, dando unos pasos hacia Bobby. Qué raro... ni que le
estuviera ofreciendo sentarse en una silla eléctrica. ¿Cómo es que
se había tomado tan a pecho mi oferta?
-En fin... tampoco es
para tomárselo así. Nos vemos luego. Iré en cuanto esté lista.
Nos separamos.
Jetwick aún parecía afectado por algo, pero no tenía ni idea de
qué era lo que lo irritaba.
No pude evitar darle
vueltas a ello estando en mi habitación, aprovechando mi soledad;
Jetwick debía de estar así por algo. A lo mejor había sido yo.
¿Qué le había preguntado exactamente a mi amigo para que se
molestara tanto? Sólo le había preguntado si quería pasarse por su
habitación...
Un momento, ahí
estaba la clave. Su habitación.
Por algún motivo,
Jetwick no quería volver a ella, ¿no era así? Puede que hubiera
algo dentro de la misma que no le gustara. ¿Era ese algo lo que yo
creía que era?
…
Puede que mi equipo
hubiera pasado completamente de esperarnos mientras hablábamos con
Tania, pero tampoco nos acabaron dejando tirados después de todo: al
entrar en la habitación, recibí un caluroso
aplauso que me sacó los colores. Había que reconocer que me estaba acostumbrando a todo eso demasiado rápido y que su apoyo no dejaba
tanto que desear como yo creía. Como siempre me los esperaba en la puerta...
Estaban sentados en el suelo, formando un círculo. Me habían dejado un hueco en él. Qué detalle.
-Anda, qué rápido...
-observó Bobby, maravillado al ver que la herida de mi mejilla había
desaparecido.
-No es eso -le aclaré
mientras me sentaba-. Maquillaje especial para disimular golpes
y heridas. Mi tío me ha echado un poco en la maleta. Es la
costumbre... Y no quiero que Ridley lo vea y se enorgullezca de ello.
-Ah... -dijo él,
algo frustrado al descubrir la cruda realidad.
- ¿Cuál fue la
reacción y gesto de nuestra entrenadora durante la charla? -preguntó
firmemente Imala.
Sonreí.
Mejor irse al grano y omitir algunas cosillas...
-¡Ya está! -exclamé-. ¡Tania
me ha pedido que machaquemos a los del equipo D-32 de parte de todos, ella incluida! Pero, claro está,
siempre dentro de una competición deportiva. ¡Está de nuestra
parte, chicos!
Segundo aplauso.
Incliné la cabeza con una reverencia, entendiendo mejor lo que
sentía Teck haciendo de su vida un espectáculo circense. En
realidad no estaba tan mal...
-¿Y en las peleas nos apoya?
-se hizo ilusiones Delmet, refiriéndose de nuevo a Tania.
-Ah... no quiere ni
enterarse si nos metemos en alguna, así que ya sabéis... tiene que
ser en el campo, en la pista o en donde sea, pero siempre siguiendo
las reglas del juego. Es lo que hay.
-¿Y se pueden fingir
accidentes? -preguntó Teck maliciosamente.
-Siempre que no lo
note ni yo, supongo que sí -bromeé. No me hacía mucha gracia hacer
trampas porque no lo veía nada justo, pero tratándose de ellos...
más les valía no provocarme y dejar a mi equipo tranquilo.
-¡Así se habla! -me aplaudió Mirta-. ¡Les venceremos (y limpiamente) las
veces que haga falta!
-¡Sí! -exclamó
Mia!- ¡Se van a enterar esos! ¡Y que luego no lloren como bebés!
-¡Esos cinco,
Mia! -le dije.
Aprovechando que estaba a mi lado, alzó la palma
de su mano hasta chocarla con la mía.
-Hasta ahora buenas
noticias -continué-. Pero claro, todo esto necesita un esfuerzo...
había pensado dedicar la tarde a prepararnos, entrenar y conseguir
el material necesario para la guerra. ¿Os parece bien?
Esperaba alguna
protesta, pero la verdad es que todos parecían bastante animados y
conformes con la idea. Disfruté un poco del momento al
ver que reaccionaban tan bien.
-Pues hasta aquí
todo, equipo. Pero... hay un asunto aparte del que me gustaría... pero puede no tener nada que ver con lo de antes. A lo mejor no
debería sacar el tema y meto la pata, a lo mejor es personal...
Tragué saliva.
Estaba creando cierta tensión con mi secretismo, pero no sabía de
qué otra forma ser delicada.
-Jetwick- dije,
mirándolo fijamente- me gustaría preguntarte algo.
Él, sorprendido, se
ruborizó de golpe, paralizado. Estaba muy nervioso; yo también lo
estaba.
-Bueno... La persona
con la que compartes habitación... ¿Cómo se llama?
Ahora que lo había soltado no quería conocer la respuesta, pero ya era tarde. Me sentí aún más nerviosa que antes. No
debería haberlo preguntado tan rápido.
Por el contrario,
Jetwick apartó la mirada, muy tranquilo. El rubor de sus mejillas se le fue desvaneciendo, pero le ardían los ojos de furia. ¿Cambiaba de actitud tan rápido porque esperaba otro
tipo de pregunta?
-Es... -parpadeó,
como si quisiera pensárselo dos veces para no equivocarse con el
nombre.
-¿De los malos? ¡¿DEL D-32?! -lo interrumpió Mia. Hice un gesto para que lo dejara
continuar.
Asintió. Noté un
escalofrío, y entonces él lo dijo, con más seguridad que nunca:-
Ridley Left. Otra vez.
Seguimos con el efecto sorpresa de siempre. ¡Hay cosas que no cambian nunca!
¡Os mantendremos informados sobre lo que vamos a ir subiendo!Seguimos con el efecto sorpresa de siempre. ¡Hay cosas que no cambian nunca!
Para compensar el tiempo extra que nos hemos tomado de vacaciones, últimamente hemos estado actualizando la página de "Orígenes y creación de la historia". ¡Echadle un vistazo cuando podáis!