¡Lo siento! Voy a estar entrenando para los últimos partidos de este año, y June tampoco puede sustituirme. Creo que necesitamos un respiro antes de seguir con esto...
¡No hay problema! En una temporadita volveremos con las pilas cargadas. ¡Y con los capítulos preparados para no tener que volver a escribir en dos años! ¡Ja ja ja ja ja!
A ver... Digamos que Ridley, Jetwick y yo acabábamos de ser castigados...
Capítulo
68
Ridley y yo no nos
habíamos hablado desde hacía ya horas, a pesar de haber estado uno
al lado del otro continuamente.
Todavía lo
recordaba: Al salir del despacho de Mr. Morrison, mi rival me había
empujado con el hombro y se había ido sin ni siquiera mirarme.
Habíamos visto aparecer a Tania frente la puerta unos segundos
después, quien no nos había pedido explicaciones sobre lo sucedido.
No parecía enfadada, pero sí frustrada, poco animada. Ver a Tania
poco animada debe ser algo muy grave: nadie la había visto así
nunca. Sólo nos había hablado para decirnos una frase:
-Chicos, os veo a los
tres en el aula del equipo en cuanto acabéis de limpiar.
Y, después de esto,
se había ido sin ni siquiera mirarnos a la cara.
Me sentía
especialmente preocupada por ella y por las palabras de Mr. Black B.
¿Y si el director acababa pensando que Jetwick y yo éramos una mala
influencia para su hija? ¿Podría separarnos de ella?
Durante el castigo,
Ridley ni me dirigió la palabra. Puede que él no me hablara por
estar enfadado conmigo, pero yo pasaba olímpicamente de él (y la
expresión es bastante adecuada para usarla en una academia de
deportes). Tenía la cabeza en otros asuntos más importantes, como
el efecto que podía tener todo lo que había pasado sobre nuestra
reputación: ahora muchos profesores y alumnos podrían mirarnos con
malos ojos, o pensar que la apariencia de Jetwick no engañaba y no
se podía fiar uno de él. Y lo peor, ¿qué pasaría con nuestra
entrenadora?
Preferí no pensar
mucho en esto. Lo único que iba a conseguir era darme quebraderos de
cabeza.
Seguí frotando las
mesas. ¿Cuántos iban ya? ¿Dos? Genial, dos castigos en menos de un
mes. El primero habría sido horrible, pero el segundo era el que
peor iba a dejar las cosas.
Una vez hube limpiado
las mesas, fui a por una fregona y me dediqué al suelo, A lo mejor,
si le echaba muchas ganas a la limpieza, me olvidaba un poco de
todo...
Pero la madera del
palo de mi fregona chocó contra la del de Ridley.
-Aparta de mi camino
-me amenazó él, y fue lo único que me dijo durante el castigo.
-Déjame en paz -le
respondí.
Y ahí nos quedamos
un buen rato, sin mover los músculos, sosteniendo las fregonas por
encima de nuestras cabezas y lanzando al contrario con una mirada
fulminante.
Podríamos habernos
quedado así toda la vida si Jetwick no hubiera carraspeado.
Cuando recordé para
lo que estábamos allí, deslicé el palo hacia un lado para quitarme
de en medio. Una vez que dejé de oponerme a él, Ridley dejó caer
el brazo con fuerza y golpeó el suelo con su fregona.
No dijo nada, pero su
mirada lo decía todo. Vi que volvía la vista hacia Jetwick sin
suavizar el gesto, lo que hizo que me alertara. ¿Quién me mandaría
a mí meter a mi propio equipo, incluyendo a mis mejores amigos, en
todo este lío? No deberían tener nada que ver.
Decidí irme a la
esquina contraria, donde estaba Jetwick, para evitar tener que estar
cerca de Ridley, a quien parece que le gustó la idea, porque ni hizo
el intento de volver a acercarse a mí. Hasta personas como Ridley
necesitan descansar de las peleas de vez en cuando, aunque sea
durante una tregua de un par de minutos. Lo más seguro es que,
después de salir de allí, volviera a la carga.
Me acerqué a Jetwick
tanto como pude, aunque él ya había limpiado la mayor parte de la
esquina en la que había estado. Vi cierto rubor en sus mejillas
cuando me acerqué.
Hasta que yo decidí
hablar, ambos estuvimos limpiando en silencio.
-No vuelvas a hacerlo
-le susurré entonces-. No merece la pena que todos vosotros me
defendáis por algo que tengo que arreglar yo misma.
-No quiero -dijo él
con toda tranquilidad.
-¡En serio! Se
acabaron las peleas contra el equipo D-32. Vamos a acabar todos mal
como sigamos así, y no quiero que volváis a meteros en líos por mi
culpa.
-Yo sí -volvió a
decir.
-¿Y seguir perdiendo
puntos a cambio de castigos? Sería una capitana horrible como os
dejara hacerlo.
-O no -continuó.
Creo que era la
primera vez que Jetwick me llevaba tanto la contraria desde que nos
habíamos conocido.
-Jetwick, escúchame;
te estoy diciendo que las peleas nos van a hacer mucho daño, y
somos...
-Equipo -me
interrumpió.
-No, espera, no era
eso lo que iba a decir...
-Ya -dijo, levantando
un poco la vista-, por eso.
Interpreté lo que
estaba diciendo por los gestos que hacía y lo tranquilo que parecía
estar: creo que estaba completamente seguro de que, si éramos un
equipo y trabajábamos como tal, no nos podía ir tan mal como yo
pensaba. ¿Era él el único que pensaba de esa forma, o hablaba por
todos los demás?
-¿Tan empeñados
estáis en defenderme? -pregunté con una ligera risa.
-Normal -sonrió él.
La forma que tengo yo
de mostrar la timidez, a diferencia de Jetwick (quien se sonroja),
suele ser con una risita pícara. Digamos que no pude evitar soltarla
en ese momento.
-Una cosa más:
¿creéis que tener rivales como ellos es...?
-Normal -volvió a
repetir.
No era eso lo que
estaba pensando preguntarle, pero puede que tuviera razón. A lo
mejor tener rivales no era malo. ¿Y si eran necesarios para el
equipo? ¿Y si lo que de verdad necesitábamos era un grupo de
rivales que nos pusiera las pilas y nos hiciera la vida imposible?
Después de un rato,
ya habíamos acabado de limpiarlo todo. Ridley se había ido un par
de minutos antes y nos había dejado el final de la limpieza a
nosotros dos, pero prefería que fuera así a seguir compartiendo el
castigo con él. Además, estaba segura al cien por cien de que Mr.
Black B nos había estado controlando desde una cámara de seguridad,
de ahí a que Ridley no hubiera querido ir a por mí directamente. Si
el director pensaba que Ridley no había hecho bien su trabajo,
siempre podría castigarlo de alguna otra manera y tenerlo controlado
sin moverse de su despacho.
Nos sorprendió un
poco que la salida al pasillo se hubiera convertido en un túnel de
brazos entrelazados, pero tampoco podía esperarme menos de mi
equipo. Nos debían de haber estado esperando desde hacía ya un
rato.
Yo pasé primero bajo
los brazos de mis compañeros, mientras ellos los iban levantando a
la velocidad de mis pasos, aplaudían y coreaban.
El túnel volvió a
formarse. Jetwick, al no esperarse esto, volvió a ruborizarse, pero
pasó igualmente por debajo. Todos los demás repitieron la maniobra.
Demasiada alegría
veía yo para la que habíamos armado... en fin, nunca viene mar ser
un poco optimista.
-¡En serio!
-insistí-. No vamos a meternos en más líos. A partir de ahora, los
rivales...
-Sí, sí, Eri...
¿pero cuándo nos vamos a vengar de los tontos del equipo D-32?
-preguntó Mia.
-La venganza no es
buena, pero yo... -susurró Mirta.
-Bueno, no lo será,
pero tendremos que dejarles claro quién manda, ¿no? -dijo Delmet
haciendo crujir sus nudillos-. Tengo un par de cosas que me quedan
por decirle a Rex, y a Ridley, ya que estamos, pues igual.
Ah, es verdad. Me
estaba fijando demasiado en Ridley y en mí, pero parece que los dos
equipos nos habíamos acabado convirtiendo en rivales como si fuera
cosa del destino. Habríamos empezado nosotros dos, pero si los demás
también estaban de acuerdo...
-¿De verdad los
queréis como rivales? -volví a preguntar.
A ver... -intervino
Teck-. Ellos van a seguir tomándola con nosotros. ¿Piensas ocuparte
de todos tú sola? Puede que antes fuera una pelea de dos, pero se
acabó, ¿me entiendes? Nadie ha metido a nadie en ningún lío,
nadie tiene la culpa; somos nosotros los que queremos vencerlos con
nuestras propias manos –y Etsu asentía a todo lo que iba diciendo
su compañero.
-Un rival puede hacer
más fuerte -dijo Imala, y yo estaba de acuerdo con ella.
Por último, todos
miramos fijamente a Bobby.
-¿Qué pasa conmigo?
-dijo él, un tanto incómodo- ¡Haced lo que queráis! ¿Por qué no
iba a estar YO de acuerdo con vosotros?
-¿No te molesta?
-preguntó Mirta.
-Más me molestaría
que los dejarais huir -dijo entonces el chico con una media sonrisa.
Se ve que ahora somos rivales oficialmente, pero ¿qué creéis que pasará con Tania Tyler? ¡A lo mejor pasa algo interesante en el capítulo siguiente! (Si es que hay tiempo para retocarlo... perdón otra vez)