Capítulo
67
-¡Eh, un trabajo
magnífico el de hoy! -exclamó Delmet, haciendo que su voz
estridente rebotara contra las paredes-. ¡No me esperaba menos de
vosotros!
Yo estaba demasiado
perdida en mis pensamientos como para escuchar lo que decía Delmet.
-¿A que sí,
capitana? -me preguntó animado-. ¡Tienes que reconocer que nos
hemos defendido como nunca, como verdaderos valientes!
-Pero nos han pillado
como a verdaderos idiotas -afirmé.
-¿Y
por qué ese pesimismo? -preguntó Teck con arrogancia-. Por una vez que tiene razón
el del casco gigante... -ni Delmet ni Mirta vieron muy bien dónde
estaba el chiste-. ¡Ha sido todo un espectáculo lo que hemos armado
en ese patio! ¿No querías vernos trabajar en equipo? ¡Pues ahí
tienes un ejemplo!
Sonreí vagamente. Me
había parecido que hablar de esa forma le daba a Teck un aire un
poco afeminado.
-En el trabajo en
equipo os doy un diez -aplauso general del equipo al oírme-, pero en
la discreción os suspendo con un tres y medio.
Los aplausos cesaron.
-¿Y eso de ver el
lado positivo de la vida? -reflexionó Bobby en voz alta-. Lo hemos
hecho bien, ¿no? Pues con eso hay que quedarse, y lo otro como si
nada.
No tenía muy claro
qué decir para que mi equipo entendiera el problema.
-Es por Jet, ¿a que
sí, Eri? -adivinó Mia-. No quieres que le pase nada, y por eso
quieres entrar.
-¿Entrar? -pregunté
sin poder creerlo-. ¿Y cuándo he dicho yo algo de...?
La verdad, no me
había parado a pensarlo: estábamos justo delante del despacho del
Sr. Morrison, esperando a que Jetwick y Ridley salieran de ahí
dentro. Mejor dicho, sólo esperábamos a Jetwick.
-Bueno... me refería
a la lección que os enseñé hace poco sobre aprender de nuestros
errores, pero... vale, supongo que voy a entrar -Mia hizo palmitas.
El equipo me miró
preocupado y sorprendido, como si me hubiera vuelto loca de repente.
-No lo dirás en
serio, ¿verdad? -preguntó Bobby.
-Que la suerte te
guarde, jefa.
-Gracias Imala, eso
era todo lo que necesitaba -respondí, mientras los demás me miraban
con lástima y Etsu hacía una especie de reverencia.
Tomé aire y caminé
hacia la puerta, acercando la mano al picaporte.
-La alfombra... -me
recordó Teck, mientras Mirta se tapaba la boca con las manos.
Agarré el picaporte
manteniéndome a distancia. Uno. Dos... tres...
Abrí la puerta,
entré, salté la alfombra y di un portazo.
-¡YO TAMBIÉN SOY
CULPABLE! -grité a todo pulmón.
Por lo que me
contaron después, Teck se dio una palmada en la frente al oírme
gritar. Mia acercó la oreja a la puerta.
Me sentía un poco
ridícula: ahora en la sala reinaba un silencio sepulcral, y yo había
llegado gritando. Ambos chicos estaban de pie frente a la mesa del
profesor y giraban la cabeza hacia mí: Jetwick me miraba compasivo;
Ridley con rabia. Justo enfrente de los tres estaba el Sr. Morrison,
pero no era el único que estaba al otro lado de la mesa: había una
segunda figura sentada en una silla giratoria, de espaldas a todos
nosotros. Podía ser... ¡¿Mr. BLACK B?!
El asunto tenía que
ser bastante grave si ambos directores estaban ahí dentro. Tragué
saliva.
Mr. Morrison soltó
una risita.
-¿Eria Jumps? -oí
decir al hombre de la silla, con una voz profunda y que imponía
bastante- equipo F-06, capitana. ¿Es eso correcto?
-Del todo -respondí
con una leve reverencia-. Buenos días... señor Black.
-Me encantaría que
me explicase un poco la situación por la que estamos pasando ahora
mismo en la academia. ¿Es cierto que su equipo ha estado implicado
en una pelea recientemente?
- ...sí- dije, algo
temerosa-. Pero créame, Jetwick no tiene del todo la culpa... mejor
dicho, no tiene culpa de nada... porque... ¡Castígueme a mí en vez
de a él, señor!
Jetwick me miró de
reojo, algo sorprendido al verme suplicar de esa forma. ¿Qué más
podía hacer? Ese hombre daba mucho respeto; no parecía el padre de
la Mia que yo conocía.
Mr. Morrison volvió
a reírse por lo bajo.
-Hay testigos de que
este chico ha tenido relación con la pelea. No se puede hacer nada -afirmó Mr. Black B.
-¡Yo le dije que lo
hiciera! -insistí-. El plan fue mío. Él sólo me defendió.
-Es de mala educación
entrometerse en los asuntos de los demás, Jumps -me interrumpió
Ridley, quien hablaba igual que Tank por lo desagradable que era. Se notaba quién era su entrenador...
-Orden -exigió Mr.
Black B-. Lo siento, Jumps, pero no puedo sustituir a ninguno de
estos dos alumnos por cualquiera que se precie.
-Pero... -me había
quedado sin nada que decir-. Lo entiendo, señor.
-Esperaba que lo
entendieras -me contestó él-. Me han hablado muy bien de ti
últimamente, Jumps. Tu entrenadora, tus profesores, mi hija... todos
acuerdan que tienes potencial para estar aquí. Imagínese lo que me
costó creer que el equipo F-06 tuviera relación con todo esto. No
esperaba esto de un equipo como el vuestro, tengo que decirlo.
¿Significaba eso que
habíamos defraudado al director? Ahora me sentía todavía peor.
-Señor... deje al
menos que comparta el castigo con ellos -ofrecí-. Sólo yo. Soy la
capitana de Jetwick, y no debería dejar que cualquiera que esté en
mi equipo se las apañe sin echarle una mano. Usted sabe que este
chico no suele estar metido en este tipo de cosas, por el historial,
supongo...
-¿Qué sabrás tú,
Jumps? -susurró Ridley.
-Cierra el pico, Left
-le contesté yo.
-Silencio -ordenó
Mr. Black B-. Si esa es tu intención, supongo que no te lo voy a
impedir. Con respecto a la pelea... entiendo que pueda existir cierta
rivalidad entre dos equipos, pero no podemos convertir esta rivalidad
en un medio de agresión. Como bien sabéis, esto os ha costado
algunos puntos pétreos que anulan los puntos cima que habíais
acumulado hasta ahora. A los tres. ¿Jumps?
-Estoy de acuerdo
-afirmé. Hacía calor ahi dentro...
-Tal como decía
antes de la interrupción de Jumps, vuestro castigo será limpiar los
restos que han quedado en el comedor tras la guerra de comida
-explicó Mr. Black B, plan que me hizo notar un escalofrío-. Esta
tarde, a la hora del descanso, los tres debéis estar en la puerta
del comedor. Por cierto, a partir de ahora se organizarán turnos
para el comedor y la cafetería, ¿entendido?
-Entendido
-respondimos los tres a la vez.
-Pues si no hay
dudas... buenos días. Espero que nada de esto se vuelva a repetir en
el futuro.
-Nuestro equipo hará
todo lo posible por mantener el orden de Golden Podium- aseguró
Ridley con una inclinación de cabeza que me dejó asqueada.
-Pelota... -le
susurré.
-Cierra el pico,
Jumps -me contestó el muy traidor.
Y, procurando no
pisar la alfombra de Mr. Morrison, los tres salimos de nuevo por la
puerta por la que habíamos entrado.
Es posible que durante el verano haya algunas entradas que no se puedan publicar... ¡Perdonadnos! ¡Esperemos que la historia continúe hasta el infinito!
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