El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

8 ago 2014

69. Charla y eschucha

Por fin... ¡hemos vuelto!
Habréis notado que, en verano, nos cuesta mucho más subir capítulos todos los viernes. ¡No hay problema! En cuanto se vaya acercando Septiembre, no os fallaremos ni una sola vez.
Bueno, ¿por dónde íbamos? Ahora tocaba hablar con nuestra entrenadora, si mal no recuerdo...

Capítulo 69
Ya habíamos pasado un buen rato ahí sentados, frente a la mesa de Tania sin decir palabra. Por supuesto, me refería a Jetwick y a mí. Ella tenía la cabeza inclinada hacia delante, de forma que no le veíamos la cara. Me daba escalofríos.
-Contadme -dijo al fin-. Vuestra versión.
Tamborileé nerviosamente sobre la mesa con la punta de los dedos.
-Lo sentimos, entrenadora -respondí-. Verás, la historia es más compleja de lo que imagina... Ya conozco a Ridley de antes, y él quiere hacerme la vida imposible, y yo intenté...
-No te vayas por las ramas -me detuvo Tania, y levantó la cabeza: parecía cansada y algo aburrida, pero no enfadada. Creo que eso me alivió un poco -y no me trates de usted; soy muy joven para formalidades como esa. Continúa, pero empezando por el origen de la pelea.
-Ah, claro... Eso -rectifiqué-. Verás... habíamos llegado al comedor. Digamos que nuestros equipos no se llevan muy bien, así que, cuando Ridley se acercó...
Tenía pensado contarle la versión resumida de la historia, saltarme los detalles y ser neutral, pero lo que tenía en mente se fue derrumbando conforme fui avanzando con la historia: Tania, quien había estado mirándonos muy seria nada más empezar, fue cambiando el gesto al oír mis palabras, sustituyendo su cansancio por lo que parecía interés.
Me sorprendió, y además bastante, su reacción, pero su atención me hizo seguir con más ganas mi relato. Fui perfilando todos los rasgos, añadiendo datos de mi cosecha y opinión, subiendo el volumen de voz y la claridad... Cuanto más interesada parecía Tania, más ganas le echaba yo a lo que decía. Hablé tanto que hasta me desvié de la línea principal y le conté a Tania algunos detalles sobre cómo Ridley me había traicionado hacía ya un año. Tan sólo me faltó subirme encima de la mesa y apuntar al cielo como un dedo, como solía hacer Delmet.
Cuando di mi narración por acabada, me tapé discretamente la boca con una mano; me había pasado. Me había sentido tan cómoda que no había conseguido parar de hablar.
Tania sonrió con picardía.
-Así que lo que empezó la famosa pelea de comida fue el cartón de zumo que Delmet le había lanzado a Ridley en el desayuno, ¿cierto? Aunque luego Ridley se lo devolviera.
-Sí... digo, ¡no! -me interrumpí-. Bueno, sí que fue el zumo, pero Ridley...
-Provocó a Delmet, lo sé -aclaró Tania tranquilamente, entrelazando los dedos de sus manos.- Lo que quiere decir que, si el equipo D-32 no se hubiera acercado a vuestra mesa, nada habría pasado.
-Exacto -le confirmé.
-Lo malo fue que, al final, consiguieron lo que querían: dejaros a vosotros en mal lugar. ¿Os habéis dado cuenta de eso?
Jetwick y yo asentimos tristemente con la cabeza. Tania suspiró profundamente, como si se hubiera quitado un peso enorme de encima.
-Y yo que pensaba que la cosa era mucho más complicada. ¿En qué clase de pelea a gran escala no hay ni un sólo herido grave? Podríais haber salido mal parados, sí... ¡pero si es lo más normal del mundo que haya peleas a vuestra edad! Y encima, lo más peligroso que habéis hecho ha sido lanzar piedras...
Tania rió compasiva. Me alegraba que no estuviera decepcionada. No lo estaba, ¿verdad?
-Que quede entre nosotros... soy mucho más blanda de lo que la gente se piensa que soy, y además me he metido en toda clase de líos cuando era pequeña. La verdad es que también me pareció una tontería castigar a un par de niños por subir a un árbol la semana pasada (sí, ya me contaron lo de vuestro primer castigo), pero no dije nada para no fastidiarla. Gajes del oficio de ser la novata: hasta los profesores y entrenadores se comportan como niños para salirnos con la nuestra. ¿El peor? Tank.
¿Por qué eso no me sorprendió?
-Pero bueno, soy vuestra entrenadora... y tengo que asegurarme de que todo esto no vuelva a pasar. ¡Habéis armado una buena! Prometedme que vais a ser mas cautelosos a partir de ahora, o de lo contrario nos sumarán puntos pétreos al historial.
-Lo prometemos -dije, y Jetwick inclinó la cabeza para darme la razón-. Pero Tania, no podemos hacer las paces con ese equipo después de todo lo que nos han hecho (y tienen pensado hacernos). Si intentan provocarnos otra vez...
-Que sea en el campo de juego. Y me aseguraré de que Tank le diga lo mismo a su equipo -intenté hablar, pero Tania continuó-. Pero si no obedecen... ignoradlos, o aseguraos de que no os pillen de la misma forma que hoy, o seré la primera en hacer que no podáis contarlo. Llevadlos a un terreno en el que podáis convertir la pelea en un partido, que para eso estamos -se rió de forma maliciosa.
Vaya, se las conocía todas. Miré a Jetwick, quien también parecía maravillado con las palabras de Tania.
-Entonces... ¿no hay castigo?¿Estás de nuestra parte en esto?
-¿Es que queréis otro castigo? ¡Yo a eso lo llamo ser masoca! Pero sí, lo dejo todo en vuestras manos. Porque me puedo fiar de vosotros ¿no?
-¡C-claro, no lo dude! -dije, llevándome una mano a la frente con un gesto militar-. Esto... ¿puedo preguntarte algo antes de irnos?
-¡Por supuesto! ¡Faltaría más!
-Pues... ¿Cómo te llevas con Tank? Es sólo curiosidad, así que si no quieres responder...
Tania se rió más fuerte. Estaba siendo demasiado cautelosa con ella, lo sé, pero de ella dependían mi nota final y mis castigos...
-Si me guardáis el secreto -susurró-. No muy bien. Se cree mejor que todos los demás profesores, en mi opinión, y no me soporta: me tiene envidia por haber llegado tan rápido a ser entrenadora, creo yo -volvió a alzar la voz- ¡Pero yo no os he dicho ABSOLUTAMENTE NADA de esto!
Mi cara lo decía todo. Jetwick también estaba alucinado.
-Así que ya sabéis... -susurró una última vez-, si vais a muerte a por el equipo de Tank, ¡no quiero que dejéis a nadie en pie! Debería promover la no-violencia y educaros para el bien, pero no es mi estilo ni sé cómo enseñaros... no sigáis mi ejemplo al pie de la letra, por favor.
No pude evitar reírme. No sólo no habíamos defraudado a nuestra entrenadora, sino que ahora sabíamos que ella confiaba en nosotros más de lo que esperábamos. Tania era tan cercana... a veces sentía que podía contarle todo sin que ella se cansara de escucharme, como si fuera una más del equipo o... alguien de mi propia familia.
Ya era hora de regresar con el resto del equipo. Debían estar esperándonos, y la verdad es que habíamos tardado ya bastante. Menos de lo que yo esperaba, pero bastante.
Jetwick salió primero. En cuanto rocé la puerta del aula con el índice, me detuve.
Giré la cabeza hacia Tania.
-¡Gracias por todo, entrenadora! -le sonreí con naturalidad.
-No tienes por qué dármelas. En el fondo, estoy siendo un poco egoísta por usaros como arma arrojadiza, pero tampoco sabéis nada sobre ese asunto, ¿vale? Sé más prudente que yo.
Volví a sonreír, esta vez enseñándole un pulgar hacia arriba.
-Me recuerdas a alguien de mi familia -dije sin pensar
-¿En serio? -rió ella de nuevo.
-Sí -respondí-. A mi tío.
-¿Y eso? -preguntó, supongo que también sin pensar.
-Porque me respalda. Es mi cómplice en cualquier situación ¿sabes? Es el hermano de mi madre. Tiene veintisiete años. Podría ser mi hermano perfectamente, incluso mi padre -callé antes de volver a irme por las ramas-. ¡Pero bueno! Ya me voy. Y gracias otra vez, aunque no haga falta.
Agarré el pomo de la puerta para pasar por ella, pero, justo cuando iba a irme, Tania me detuvo:
-¡Espera! Una cosa más: tu tío... en fin... ¿cómo es? Quiero decir, ¿es guapo?
-Sí. ¡Mucho! Y está soltero -solté de sopetón, cerrando la puerta de golpe mientras me reía.
Y digamos... que preferí no comprobar la cara que se le había quedado a Tania después de esto.

¡Como de costumbre, final feliz!
Y será mucho más feliz cuando le dé a June un correctivo por no mandarme los capítulos... ¿Verdad?
Nota de June: Creo que será mejor que empiece a correr... (; - ;)


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