El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

1 nov 2018

101. Derrota salada


Capítulo 101

Cuando abrí los ojos, aún lo veía todo borroso. Notaba frío, así que aún debía estar calada hasta arriba de agua. Poco a poco me iba acordando de todo...
No estaba sobre ningún sitio; me rodeaban unos brazos que me sujetaban en volandas. ¿Pero quién era? ¿Zenas?
Traté de enfocar la mirada. Zenas fue el primero que se me ocurrió que tuviera el pelo rubio y pudiera tenerme cierta simpatía. Pero, más allá del color de pelo... ¿Qué más veía? Tenía la cara demasiado afilada. No, no era Zenas. Era...
No me lo podía creer.
Lo que tendría que haber sido un puñetazo en el estómago se quedó en menos de una caricia. Tendría que haber dolido.
Era una broma, ¿verdad? ¿Tan mal estaba que veía lo imposible o qué?
Era Ridley. RIDLEY me estaba llevando a la orilla con una sonrisa deslumbrante que no iba dirigida a mí, sino al frente. Impresionante.
¿Pero cómo? ¿Se habría echado para atrás al ver que quería llegar demasiado lejos? ¿Se habría arrepentido? ¿Por qué? Mi cabeza...
Me dejó caer sobre la arena sin delicadeza alguna. Bueno, quizás no estuviera tan arrepentido.
Separándome de la arena con las palmas de las manos, tosí agua. No fue del todo agradable.
Me giré para ponerme boca arriba y entorné los ojos. El día se había despejado y las nubes grises ahora eran rosas y anaranjadas. Había gente... bastante gente. Y, jolín, qué frío hacía.
Quería incorporarme, pero en nada cambié de idea. Para qué me iba a mover y gastar más energía.
-Capitana Jumps, ¿cómo estamos?
Esa forma de hablar... ¿Delmet? No, no era Delmet quien se dirigía a mí, sino Tania. Estaba siendo delicada por una vez en su vida, pero seguro que en cuanto me espabilase me caería una buena bronca.
-¿No he muerto?
-Eso parece.
-Eso está bien.
Miré por encima de su hombro y encontré a Ridley. Estaba cerca de un corro de gente; por cómo movía los brazos, debía de estar dando explicaciones.
Eso sí que no. Yo también tenía derecho a contar mi versión de la historia. Intenté levantarme, pero me pesaban hasta las pestañas.
-Que se calle.
-¿Quién? -preguntó Tania. No tardó en darse cuenta de a quién me refería-. Venga, gruñona, no me seas así. Por mucha tirria que le tengas, te ha salvado el culo.
“Sí... después de empujarme por un acantilado.” Intenté contárselo, pero ella me mandó callar.

-Ya entrarás en detalles más tarde. De momento vamos a llamar al director, a ver que hacemos con todo esto...
No hace falta ser muy rebuscado para llegar a la conclusión de que, si el director tiene que intervenir en un asunto, es que ha pasado algo serio.
-Y una cosa más -se puso de pie, desapareciendo de mi campo de visión-: hay alguien que quiere verte.
Intentaba seguirle la pista con la mirada cuando alguien se me lanzó encima.
Contuve un grito y aparté a quien fuera de encima, enderezándome con brusquedad. Entonces me di cuenta de que... era Mia.
-Eria, ¿estás bien?
Mirta se arrodilló a mi lado, y Jetwick puso una mano sobre el hombro de Mia sin dejar de mirarme. Etsu, Bobby, Imala, Teck... Todos estaban allí. Pero estaban tan serios...
-Capitana... -habló Delmet, metido de lleno en su papel de subcapitán-. Lo hemos visto todo. Pero el plan no...
Qué incómodo... pero sonreí.
-Estoy bien -di unas palmaditas sobre la espalda de Mia, que enterraba la cara entre mis brazos-. Qué más dará el plan ese: habéis venido. Eso es lo único que importa.