Entre el tiempo y los planes cuesta un poco avanzar... haremos todo lo que podamos.
Pero... ¿por qué no leer de nuevo algunos capítulos anteriores hasta entonces?
Capítulo
66
La pelea se había
convertido en una batalla encarnizada en toda regla: puños que
lanzaban golpes al aire, patadas de todo tipo, rápidos intentos de
evasión, lanzamientos de piedras, giros...
Yo seguía con la
pistola en la mano, y trataba de usarla lo mejor que podía para
distraer a los contrarios y hacerlos retroceder. Podría haber
disparado al chico endeble del pelo rizado y las pecas, pero pensé
que no era muy buena idea ir a por él. Además, me daba un poco de
pena hacerlo.
Noté una ligera
brisa a uno de mis lados, y vi que era Jetwick quien la había
provocado. Se dirigía hacia Delmet, quien estaba intentando retener
a Mystery; aunque lo había intentado todo para atraparla, ella
siempre lo esquivaba.
Deslizándome con los
pies hacia un lado, recargué la pistola rápidamente y disparé
hacia Mystery.
Ella dejó la mirada
perdida unos instantes, como si acabara de recibir una visión o
hubiera notado que alguien le hablaba. Parpadeó, y entonces se
impulsó hacia atrás, apartándose de Delmet y esquivando mis
disparos. Aterrizó sobre el suelo lentamente, como si algo la
sostuviera en el aire antes de dejarla caer.
Lo que ella no se
esperaba era que Jetwick ya se le había acercado por la espalda,
poniéndole las manos sobre los hombros para que no se moviera, no
sin sonrojarse al hacerlo.
Delmet, triunfante,
corrió a ayudar a Jetwick para inmovilizar a Mystery. Ahora, cada
uno la sujetaba por un brazo. Ella ni trataba de resistirse, y tenía
cara de estar aburriéndose una barbaridad.
Me quedé esperando
unos segundos para ver si hacían algo con ella, pero ninguno de los
tres se movía. ¿A que estaban esperando? Los chicos me estaban
mirando como si quisieran algo de mí...
Espera, creo que
querían que yo le pegara por ellos. ¿Qué pretendían? ¿Que le
disparara mientras la inmovilizaban? ¿No era eso ser un poco cruel?
Menos mal que escuché
a alguien que gritó a mi espalda:
-¡Sois unos
gallinas! ¿Qué pasa, que no os atrevéis a pegarle porque es una
chica? ¡Uf, pues vaya tontos!
Obviamente, era Mia,
quien se acercó a Mystery hasta que sus caras quedaron a milímetros
de distancia.
Mia sonreía, Mystery
permanecía impasible... Y, entonces, Mia abofeteó a Mystery
fuertemente, haciéndola girar la cabeza al golpearla.
-¡Pues ya está, ya
le doy yo! -exclamó.
Aunque la actitud y
el gesto inexpresivo de Mystery creara un ambiente algo tenso en ese
momento, ver a Mia en acción era desternillante.
-¿Contenta?
-preguntó, mirando fijamente a Mia a los ojos.
Ella no dijo nada,
pero le respondió con una risita alegre que lo decía todo.
Ya que habíamos
atrapado a Mystery, lo mejor que podía hacer era enfrentarme
directamente a Ridley, quien debía estar luchando contra Etsu y Teck
e Imala en ese momento.
Vi por el rabillo del
ojo parte del gran árbol central, bajo el que seguía tumbado Rex.
El chico no estaba inconsciente, pero sí aturdido. Qué raro, no oía
bien a los demás...
Si no los veía a mis
lados, Ridley debía de estar justo a mi espalda... ¡Preparado para
ir a por mí!
Me moví hacia un
lado en cuanto se me pasó esto por la cabeza. Primeo me sentí un
poco tonta al creerme lo que acababa de pensar, pero cuando vi que
había conseguido esquivar a Ridley de verdad...
Incliné la cabeza al
lado contrario para esquivar su siguiente ataque, pero mi rival dio
unos pasos al frente para pasar por mi lado, cosa que yo no me
esperaba. Completamente decidido, atrapó a Mia por la espalda y la
sujetó aferrándola por los brazos. Tendría que haberme esperado
algo así de cruel, viniendo de él...
-¡Suelta, bruto!
¡Déjame o te pego! -gritaba Mia mientras pataleaba.
-¡Ni se te ocurra
tocarla! -grité a Ridley, procurando sonar lo más enfadada posible.
-Qué pena, ya lo
estoy haciendo... -me contestó él.
Había sido una
idiota si se me había ocurrido pensar que Ridley me haría caso.
Mientras lo fulminaba con la mirada, Mia trataba de liberarse. Sus
intentos por resistirse eran inútiles .
-Pero podríamos
hacer un pequeño cambio... -extendió una mano mientras mantenía
presa a Mia con el brazo contrario y alargó su dedo índice hacia
Mystery-, y te sugiero que empieces tú. Como has sido la primera en
tomar rehenes...
Ahora Delmet era el
único que sujetaba a Mystery; Jetwick se había apartado con un paso
lateral de ellos, con las mejillas encendidas. La chica nos miró al
ver que nos referíamos a ella, pero no parecía muy atenta a lo que
estábamos diciendo.
-¡Mira quién fue a
hablar! -le contesté, cada vez más enfadada-. ¿Y qué pasa con
Mirta? ¿Es que eres demasiado idiota como para darte cuenta de ese
detalle?
Ridley agitó la
mano, como para intentar tranquilizarme.
-Las damas primero
-insistió. No podía sonar más impertinente.
No podía soltar a
Mystery; estaba claro que se trataba de una trampa. Para colmo,
Ridley cada vez sujetaba a Mia con más fuerza, y mi amiga había
pasado de gritarle a rogarle entre sollozos para que la soltara. Y
pensar que Delmet casi ni se atrevía a rozar a Mystery... No sabía
qué hacer.
Pero Jetwick no iba a
quedarse de brazos cruzados, por supuesto. No había soltado a
Mystery por gusto, sino que había aprovechado para escabullirse por
detrás y hacer que Ridley soltara a Mia.
Ridley se dio cuenta
de que Jetwick estaba detrás un poco más tarde de lo que debía, y
no esquivó del todo el golpe que le habían dado. La embestida de
Jetwick lo hizo tambalear y separó a Mia de él; la chica vino a mis
brazos con láminas diminutas en los ojos en cuanto se vio libre.
Le acaricié un par
de veces la cabeza para tranquilizarla. Me recordaba tanto a mi
hermana Stephie...
Dirigí la mirada de
nuevo hacia Jetwick para ver cómo podía ayudarle, pero me olvidé
de la idea en cuanto vi la que se traían entre los dos.
La tensión que había
entre ellos era palpable, y cada uno tenía la vista fija en el otro,
con los ojos echando chispas de la furia. Vi que Ridley intentaba
darle un golpe con el brazo imitando sus movimientos de esgrima, y
que Jetwick esquivaba todos sus intentos de darle. Giros completos
para cargar ataques, defensa con las piernas flexionadas, ataques en
medio de desplazamientos... Estaban usando sus mejores armas. Era
imposible saber quién iba ganando.
Estaban tan
concentrados en su pelea que ninguno de nosotros se atrevía a
interrumpirlos. Ambos estaban dando lo mejor de sí, y se movían con
una seguridad que podría haber hecho que la tierra temblara. Ellos
dos, su terreno y sus movimientos; no cabía nada más en ese
combate.
Y, cuando más
impresionados estábamos, cuando más admiración sentíamos, cuando
llegamos al punto en el que el cuerpo nos pedía gritar de orgullo
por nuestro equipo...
-¡¿Qué se supone
que está pasando?!
Ambos chicos
detuvieron la pelea de golpe, apartando a su oponente con un empujón
que los hizo retroceder a la vez. Aunque ya no se movían, la forma
de la que se miraban seguía siendo la misma.
-¡Vosotros dos!
-exclamó una voz de mujer con un toque masculino- ¿Una pelea en
nuestro recinto? ¡Eso es algo intolerable! ¡Esto os va a costar
algunos puntos pétreos en vuestro historial, ya veréis!
Rufina estaba parada
justo delante de la puerta. Por detrás de ella, como de costumbre,
estaba el “vigilante oficial” de la academia: Tank Higgan.
-Ridley Left -dijo el
profesor, completamente serio- espero que tengas motivos para
explicar esto. Y en cuanto a otros... -dirigió sus ojos hacia
Jetwick con una mirada fulminante, pero no llegó a acabar la frase.
Si nos castigaban,
que era lo más seguro, algo me decía que aquel no iba a ser un
castigo como los demás. ¿Por la guerra de comida? Es uno de los
motivos. ¿Porque una pelea es una falta grave? Pues otro motivo.
Podría pasarme un par de semanas dando motivos como esos... pero
ninguno de ellos me mentalizó tanto como para que me sintiera como
me sentía entonces, porque había un motivo principal por el que me
sentía frustrada.
Y este motivo
apareció justo detrás de Tank. Nos miraba con los ojos como platos.
Nos hacía sentirnos culpables y preocuparnos. Medía menos que
Tank, tenía el pelo castaño, ropa de colores brillantes y un
silbato plateado colgado del cuello.
Tania Tyler, nuestra
entrenadora, también nos había pillado. Ese era el motivo.
-Chicos, ¿qué es lo
que ha pasado? -preguntó dudosa, negando tristemente con la cabeza.
¡Esperamos hacer lo máximo posible por avanzar!
PDTA: Dentro de un par de días... ¡June va a ser un año más vieja! (Por algo su apodo es June y no May, digo yo...)
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