El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

6 jul 2013

20. ¡Ha faltado poco!

¿Es que internet está de vacaciones? Chicos, si algún día me retraso, primero, sabed que lo siento, y segundo, ¡Me está costando la vida conseguir internet!
ALGUIEN lo ha desconectado para hacernos una trastada al resto, y solo consigo conectarme a duras penas desde la habitación de Etsu.
En fin... ¿por dónde íbamos? Creo que estábamos a punto de terminar el partido...

Capítulo 20
El rival nos lanzó a una velocidad increíble todos los balones que tenía en su campo, uno tras otro. Jetwick y yo (Mia nos animaba detrás) estábamos cerca de la línea de medio campo. Con golpes rápidos, devolvíamos cada uno de sus tiros. Al estar prácticamente al lado del campo contrario, sólo teníamos que golpearlos hacia el suelo.
Estábamos perdiendo el tiempo. Si continuábamos así, lo único que conseguiríamos sería cansarnos y acabar fuera del juego. Así nunca podríamos eliminar al contrario.
Tras pensar esto, en cuanto recibí el siguiente balón lo lancé hacia el chico. Mientras él lo esquivaba, grité a Jetwick para que retrocediera.
Pero ese chico era demasiado rápido. Mientras me movía noté que me habían dado otra vez. ¡Una vez más y acabaría en el banquillo! Tonta, Eria, si hubieras estado más atenta...
¡Sabrías que viene el tercer impacto! El contrario había aprovechado mi distracción para lanzarme otro balón más. ¡No me había dado cuenta!
Demasiado tarde: ya me habían dado, y en toda la cara.
Pero... ¡La pelota todavía no había tocado el suelo! ¡Se había precipitado hacia arriba!
Intenté atraparla, pero choqué contra Jetwick, quien también trataba de darle caza. Tropecé. Me levanté de nuevo y salté, pero la pelota se me escapó. Jetwick saltó hacia delante extendiendo los brazos... Nada. Trató de rozar la pelota con los dedos, pero ni la tocó.
Ambos caímos al suelo tras nuestros fallidos intentos, Jetwick seguramente haciéndose más daño que yo. Si él la hubiera alcanzado, lo habrían eliminado en vez de a mí. Había intentado salvarme... y encima yo se lo había estropeado. Al menos no me sentiría culpable por eso...
Traté de distraerme con otros pensamientos: Solo era el primer día, ya tendría más oportunidades de ganar algo. Pero le estaba dando demasiadas vueltas... Al fin de al cabo, era la primera impresión que le iba a dar a mis rivales.
Ya me iba al banquillo, inclinando la cabeza para ocultar mi cara, cuando escuché... ¿aplausos?
Me estaban aplaudiendo. Paré en seco: tenía que cambiar de actitud. Había jugado lo mejor que había podido, y lo habíamos hecho genial. Una derrota no marcaba una vida. ¡Jetwick aún podía remontar!
Pero me di cuenta de que no aplaudían por eso. La pelota que me había dado... ¡No había caído!
Entonces, si Jetwick no la había atrapado, ¿Quién...?
Mia estaba tumbada cerca de Jetwick con los brazos extendidos hacia delante. El balón estaba justo sobre sus manos. ¡Lo había atrapado! ¡Podía seguir en el juego!
La chica se levantó de golpe. Se dirigió hacia el público y saludó alegremente. Me dio la risa. Corrió hacia mí para darme un abrazo. No lo rechacé.
El rival... bueno, seguía sin creerlo. Estaba muy atento. En cuanto Mia dejó de abrazarme, vi que tenía un balón entre las manos. Mia se alejó, él se preparó para lanzar...
-¡Mia, cuidado!
A todo correr y saltando hacia delante para impulsarme, fui hacia ella. Me coloqué delante suya frenando en seco, y la desvié col el brazo. ¡Menos mal! A ella le habría impactado en la cabeza, y muy fuerte. A mí aún me latía el brazo. No creía poder atrapar el balón.
Ahora sí, estaba eliminada. Ya me daba igual ir al banquillo, había sido por una buena causa.
De repente, algo pasó por mi lado a gran velocidad. Jetwick...
Iba hacia la pelota a una velocidad increíble. Antes de que llegara a caer, la levantó de una patada y saltó. Tomó impulso con los brazos, colocándose como si fuera a rematar en volleyball, e impactó la pelota con todas sus fuerzas. Lo vi todo a cámara lenta, aunque pasó a la misma velocidad a la que corría Jetwick.
La pelota se dirigió al otro campo...
Cayó...
Siguió cayendo...
¡Eliminado!
No podía creerlo. No solo no me habían eliminado, ¡También habíamos ganado! Por los pelos, ¡pero lo habíamos conseguido!
Mia volvió a abrazarme por segunda vez. Yo también me sentía genial.
Acabado el abrazo, me acerqué a Jetwick muy despacio. Él se dio la vuelta. Le extendí el brazo.
-Bien jugado -le dije-. Me llamo Eria. Soy Eria Jumps. Has estado impresionante.
Inclinó la cabeza, seguramente para esconder su cara. Me extendió su brazo.
-... Jetwick... Gray -dijo, y fue la primera vez que lo escuché hablar. Tenía una voz agradable al oído, suave y serenada, aunque la timidez lo hacía tartamudear un poco.
Sin avisar, Mia saltó hacia mi espalda.
-¡¡¡Abrazo colectivo!!! -gritó, rodeándonos a ambos con los brazos.
El resto del equipo también se unió. Mirta, Imala, Bobby, Teck... ¡Hasta Etsu se vio atrapado al intentar acercarse! De nuevo, reí. Miré a Jetwick, que levantaba lentamente la cabeza: no debía de estar acostumbrado a los abrazos, pues tenía la cara roja como un tomate. Aún así, sonreía, pero con timidez.
La celebración había terminado, así que nos tocaba saludar a los rivales. Nos dimos la mano y algunas palmaditas en la espalda.
Mia nos envolvió a Jetwick y a mí con sus brazos.
-¡Eh, chicos! -dijo a los rivales- ¡Mirad a mis mejores amigos! ¡Son los mejores del mundo! -se refería a nosotros.
Algunas personas, tanto de nuestro equipo como del otro, nos miraban.
No pude hacer otra cosa que sonreír. ¿Mejores amigos? ¿Nosotros?
Oye, ¿Y por qué no?
Rodeé a ambos con los brazos. Sí, me había decidido. Le debía una a esa chica.
-¡Sí, así es! -dije-. ¡Mejores amigos! ¡Nunca vamos a dejar de serlo! -le guiñé un ojo a Mia.
Ella parecía emocionada. Saltó hacia mí y me abrazó con fuerza.
Jetwick seguía ahí parado. Giré la cabeza hacia él en medio del abrazo de Mia.
-Espero que no te importe... -le susurré.
Él negó con la cabeza y sonrió de la misma forma de la que lo había hecho durante el abrazo colectivo. Me pareció que estaba en medió de un ataque de timidez, pero, tal como aparentaba ser ese chico, nunca lo sabría...
Mia nos hizo formar un círculo y extendió uno de sus brazos.
-¿Amigos? -preguntó.
Los tres nos miramos con una sonrisa.
-Amigos -dije, mientras Jetwick y yo poníamos nuestras manos sobre la suya.
Hacía años que no sentía nada parecido. Esta vez sería diferente a las veces anteriores. Esta vez todo iba a salir bien. Haría lo posible para que nada nos pudiera separar.

¡Espero que la semana que viene internet no esté contra mí!

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