El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

31 oct 2014

73. Una vía de salida... ¿hacia dónde?

Este año no hemos podido hacer lo del especial... Y por un motivo muy tonto: no sabíamos cómo cuadrar los capítulos con los días que teníamos para publicar. Fallo.
No hay problema, el especial está prácticamente terminado. El problema es... que vais a tener que esperar hasta el año que viene. ¡Lo sentimos!
Lo último que había ocurrido era que Delmet había traído consigo algo un tanto... sospechosos.

Capítulo 73 
¡Adivina lo que traigo, colega del alma! -exclamó Delmet a Teck con alegría-. ¡Justo lo que me habías encargado!
-¡Si yo no te he encargado nada, idiota! -le replicó él, ofendido.
-Oh, ¿ahora no te acuerdas? ¡Vamos, no me mientas ahora! Verás cómo lo disfrutas en cuanto lo veas...
Delmet colocó las tres cajas sobre una mesa mientras Teck las seguía atentamente con la mirada.
-¿Qué son? -le pregunté a Teck.
-¿Y crees que lo sé? ¡Ha sido ÉL el que se ha empeñado en llenar mi habitación con cosas inútiles!
-¿Inútiles dices? -sonrió Delmet-. Bueno, entonces me las llevo...
-¡NO! Esto, quiero decir... ¡quieto! -gritó Teck, extendiendo un brazo hacia Delmet.
-Oye, si Teck no las quiere, creo que me las podría quedar yo... -se ofreció Bobby.
-¿Pero QUÉ se supone que son? -le susurré a Bobby.
-Si son lo que yo creo... las tres películas de “¡Menuda Ola!” -me respondió mientras Teck seguía discutiendo con Delmet-. Las más veraniegas de la década. Y, como no, con actrices de primera...
Imaginé a Teck mirando fijamente la pantalla de televisión, sin parpadear para no perderse ni un detalle, mientras contemplaba a cada una de las actrices que aparecían luciendo bañador en la película. Dicho así, lo veía algo muy típico suyo...
Teck se detuvo cerca de la mesa donde estaban las cajas y las observó mientras se le escapaba una sonrisa bobalicona y se le encendían las mejillas.
-Pero claro, todo tiene un precio... -lo interrumpió Delmet, frotando sus dedos para simbolizar la palabra “precio”-. Y creo que ya sabes lo que te voy a pedir.
-¿Un billete para el Expreso Quinto Pino? -preguntó Teck, irritado.
-Nope. Incorrecto. Lo que te iba a pedir era... ¡que me montaras el cañón!
-¿Y crees que no lo recordaba cuando TÚ no has parado de darme la lata con el condenado cañón?
-Bueeeno, si no me lo montas no pasa nada: me llevo las películas y me largo. Tú decides.
Teck parecía estar en un apuro por culpa de lo que Delmet le estaba haciendo pasar. Con las mejillas al rojo vivo y con cara de estar pasándolo bastante mal, echó un vistazo a las cajas.
-Tú ganas -se rindió-. Pero las películas se quedan ahí.
Delmet no cabía en sí de gozo... ¡había triunfado!
-¡El bien siempre gana! -repetía una y otra vez mientras brincaba por la habitación.
Mirta se acercó a su amigo; ambos dieron vueltas sobre la alfombra sujetándose por los brazos.
-¡Vas a tener tu cañón, por fin! -rió Mirta.
Mientras tanto, Etsu dio a Teck un par de palmaditas en la espalda para animarlo. ¡Lástima!
-Cuando las pongáis, avisadme -dijo Bobby a Teck, señalando las películas disimuladamente.
Vaya, y pensar que hacía nada que en la habitación reinaba el orden... Hora de volver a él.
-Chicos, siento interrumpir... pero tenemos que hablar sobre lo que ha hecho cada grupo durante todo este tiempo. ¿Alguien se dispone a empezar?
-¡NO TOQUES ESO! -gritó Teck en dirección a sus películas; Imala, quien había estado pasando cuidadosamente un dedo por encima de una de las cajas, se agazapó rápidamente bajo la mesa.
Carraspeé para llamar la atención.
-Como decía... Tenemos que hablar sobre lo que hemos estado haciendo por grupos. ¿Voluntarios?
Mia levantó frenéticamente la mano.
-¡Tenemos algo genial! ¡Los pasillitos!
-”Pasadizos”... -la corrigió Mirta dulcemente.
-Como sea -dijo Mia agitando una mano-. ¡Tenemos muchos nuevos!
-El “atajo” estaba demasiado a la vista, así que pasamos de él y lo tapamos -sonrió Delmet ampliamente.
-Pero hemos descubierto algo sorprendente de verdad -susuró Mirta-: ¡un paso subterráneo!
Todos los miembros del equipo lanzaron una exclamación al oír esto.
-Y... ¿adónde lleva? -pregunté.
-Al otro lado del río -respondió Mirta-. Y hemos podido construir un puente con algunas piedras para cruzar a la zona secreta.
-”Zona secreta”... ¿Para qué gastar tanta saliva? ¡Necesitamos un nombre para eso! -puntualizó Bobby.
El Aro de Fuego! -exclamó Delmet.
-Propongo que, en honor a la zona central del campamento abekani, esta zona sea llamada “El Anillo” de ahora en adelante -sugirió Imala.
-El Anillo... ¡Suena interesante, y además es corto! ¿Nos quedamos con ese nombre? -pregunté.
Todos menos Delmet asintieron.
-Ejem, El Aro de Fuego... -repitió.
-¡Venga ya, Delmet, si ese nombre es casi mas largo que el que teníamos antes! Creo que, con tener un nombre corto y fácil de memorizar...
-Allá vosotros -me interrumpió-. Pero la próxima vez que hagamos esto, decido yo el nombre.
¡Vaya, hombre! Delmet sabía de encerronas como si se hubiera leído un libro para expertos sobre ellas.
-Lo que tú digas... -suspiré-. Mirta, continúa.
-Hay algo aún mas sorprendente aún -siguió ella-. Y es que, en el mismo túnel, ¡la vía se bifurca!
-¿Eh? -preguntó Mia extrañada-. Eri, ¿qué significa bi- “bicurfar”? Me suena.
-Bifurcar -la corregí-. Quiere decir que el camino se divide en dos.
-¡Ah, sí! -recordó-. Ya sé. Sí, el camino tiene dos pasillos. ¡Como una letra "Y" pocha!
-¿Y a que no adivináis por dónde sale el camino que va a la derecha? -preguntó Delmet sonriente.
-¡A los baños! -se animó a decir Bobby, levantando el dedo-. Era por si colaba...
A Mirta le brillaron los ojos de la emoción.
-¡Va justo detrás del muro que rodea la academia! ¡Tenemos otra vía al exterior!
No pudimos contener una segunda exclamación al oír esto.
-Y... ¿dónde se encuentra el principio del túnel? -susurré, haciendo que los demás también bajaran la voz.
-En el lado derecho del patio que da a la calle, si se mira hacia el edificio de frente -susurró también-. El túnel es, en verdad, una red de alcantarillado muy simple. Si se retira el cubo de basura de ese lado...
El timbre que anunciaba la hora de comer nos interrumpió.
-Lo comprobaremos otro día. ¡Buen trabajo, equipo! ¡Esta tarde os la dejo libre, os la merecéis!
Todos corrieron hacia la puerta vitoreando y dando palmas, Bobby el primero. Cómo se notaba que, para lo que quería, se daba toda la prisa del mundo...
Todos estaban contentos. ¡Todos menos Teck!
Etsu le puso una mano sobre el hombro.
-Te supervisaré. ¡No creo que se tarden más de veinte minutos en construir ese cañón! -lo animó.
-Bueno, supongo que ya no hay otra... -suspiró Teck.
Vi que Mia y Jetwick me habían estado esperando. Salí con ellos, contenta de tenerlos cerca.
-¡Tenemos que ir a verlo, Eri! -exclamó de repente Mia aferrándose a mi brazo.
-¿Qué? Creo que me he perdido... -dije, algo confusa.
-¡El cañón! ¡Tenemos que ver a Delmet utilizándolo! ¡Porfa, porfa! ¡Prometido!
-¿QUÉ? ¡NO! Esto... yo...
Pero no tenía ninguna excusa con la que zafarme de Mia. Resignada, asentí con la cabeza, y esta vez tuvo que ser Jetwick el que me diera palmaditas en la espalda.
Ya me habían planificado la tarde. Tierra, trágame...

Total, me toca estar ocupada. ¡A ver lo que pasa!

17 oct 2014

72. Tres estrategas, un laboratorio

Tras dividir nuestro equipo en tres grupos, nos entregamos con dedicación para cumplir con lo que teníamos asignado. Decidí participar en el grupo que planificaba las estrategias. Era hora de empezar:

Capítulo 72
El grupo de investigación ya se había marchado, por lo que quedábamos dos grupos. 
Etsu, al igual que la vez anterior, colocó la palma de la mano en una de las paredes de la habitación, repitiendo la contraseña que daba paso a las escaleras. Al intentar oírla, sospeché que la palabra que había dicho estaba en otro idioma, ya que se me olvidó en cuanto intenté pronunciarla.
Esta vez, al atravesar el pasillo, distraje a Bobby tanto como pude para que no se asustara. Le hice un favor sí, pero se lo hice por pena y para evitar que se quejara durante todo el camino. Es decir, que mis motivos fueron un poco egoístas.
Llegamos al laboratorio (o taller) en el que terminaba el túnel y nos despedimos del grupo de material justo antes de que se fueran al garaje. Ahora Jetwick, Etsu y yo estábamos solos.
-He pensado que este lugar sería mucho más tranquilo y seguro para planificar nuestras estrategias -aclaró Etsu, ajustándose sus gafas redondas con un dedo-. Espero haber acertado.
No tardamos en empezar a trabajar, y enseguida me reconocí el mérito que tenía al haber formado los grupos así de bien. ¡Etsu era un genio! Pensaba que nos iba a costar ver por dónde empezar, pero gracias a él no nos detuvimos ni un instante.
-Teniendo en cuenta la estrategia que ha planeado en la que indica que reservemos lo mejor de nuestras propias habilidades, sugiero que tratemos este tema con algo más de profundidad... -fue una de sus ideas-. Y, ya puestos, ¿Por qué no enfocar esta estrategia desde otra perspectiva? Lo que deberíamos hacer es centrarnos en un todo. De esa forma, haremos que cada uno de los miembros de nuestro equipo domine distintos ámbitos deportivos para así defenderse con una mayor naturalidad durante una competición.
Me costaba seguir a Etsu entre tanta palabra, pero me imaginaba lo que pretendía hacer.
-Entonces... lo que dices es que deberíamos entrenar a cada miembro de nuestro equipo para que sepa un poco de todo, ¿no?
-Precisamente. Y opino que todos deberían mostrar sus habilidades al resto. Lo básico, por supuesto. En ese caso, si por un casual cualquiera de nosotros necesitara refuerzos, no tendríamos más que ir en su ayuda mientras la persona en cuestión utiliza las técnicas más avanzadas que no haya deseado compartir.
Vi por el rabillo del ojo cómo Jetwick resumía lo que íbamos diciendo en un trozo de papel.
-Entiendo -dije-. ¿Tienes algo más?
-La verdad, también creo que, sea cual sea la estrategia enemiga, debemos transformarla en algo de nuestra propiedad, puede que incluso teniendo que imitar a los contrarios para causar confusión.
-Darles un poco de su propia medicina... ¡Oye, esa idea me gusta!
-Pero también implica dar giros inesperados con tal de hacernos con el mando... Ajustarnos a ellos milímetro a milímetro, para ser exactos.
-Entonces dices que, pase lo que pase, tenemos que controlar la situación...
-...como si nos perteneciera desde el primer momento -terminó diciendo él-. Y, Eria, tenga cuidado con...
-Ah... -bajé las manos. No me había dado cuenta, pero había estado todo el tiempo haciendo girar un pequeño destornillador que había sobre la mesa de trabajo-. Lo siento.
Etsu dio un montón de ideas más, cada una más brillante que la anterior, pero había algo que faltaba en todas ellas... no sabía decir muy bien el qué, pero aún había algo que nos quedaba por solucionar. Además, me iba a explotar la cabeza con tanto vocabulario técnico y formal...
-¿Señorita Jumps? ¿Capitana? La noto un tanto ausente.
-Bueno, no es nada... Etsu, tus ideas son geniales, pero creo que aún necesitamos algo que las mueva. ¡Y deja las formalidades conmigo! ¡Llámame Eria y ya está!
-De acuerdo... Eria -lo dijo como si le ardiera la garganta al pronunciar mi nombre de pila-. ¿Qué crees que falta en nuestra planificación? ¿Quizás una actitud determinada?
-Algo así. Necesitamos hacer que nuestro equipo dé una imagen a la hora de actuar.
-¿Como parecer intimidados o acobardados cuando realmente no es así?
-No -nos interrumpió Jetwick, levantándose muy serio-. Dar miedo.
Etsu y yo nos detuvimos a mirarlo unos segundos. El fluorescente que había sobre nuestras cabezas parpadeó, haciendo que la luz blanca rebotara contra las paredes metálicas del laboratorio.
-¿Intentar dar miedo a los contrarios? ¿Te refieres a eso?-pregunté.
-Claro... Debemos razonar como nuestros rivales, ¿no es cierto? -reflexionó Etsu-. ¿Y por qué no crearles cierto respeto a través del miedo? Esto implicaría demostrar nuestro potencial durante los próximos partidos en pequeñas dosis y durante un corto intervalo de tiempo, pero siempre sin llegar al punto máximo de nuestras capacidades...
-A mí la idea me gusta -dije-. Tiene relación con eso de meternos en la piel del rival. ¡Actuaremos como ellos y les atacaremos por la espalda, siempre con el control de la situación! Nos va a hacer falta mucha confianza en nosotros mismos para dar esa imagen, pero no creo que tardemos en aprender y acostumbrarnos.
-Estoy de acuerdo -afirmó Etsu-. Si me permitís... Creo que he hablado demasiado, así que mi próxima idea es ir compartiendo nuestras ocurrencias por escrito -sugirió Etsu. Creo que había averiguado lo mucho que me costaba seguirlo, a pesar de sus ideas geniales. Me sentía un poco culpable.
A partir de ese momento, nos movimos incluso más rápido que antes. Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. ¡Qué razón tenía el inventor de este dicho!
Ni era la hora de comer y ya habíamos terminado. Y, encima, los primeros.
Ahora estábamos sentados sobre la alfombra de la habitación de Etsu y Teck, esperando a los demás.
-Un trabajo genial -reconocí-. Entre las ideas brillantes que has dado tú, Etsu, y tus adaptaciones, Jetwick, nos ha quedado un plan bastante apañado.
Y ya estaban los dos chicos dándome las gracias por los cumplidos y quitándose importancia. Típico.
Los grupos que faltaban llegaron casi al mismo tiempo, todos satisfechos con su labor.
-Mirad lo que traemos... -nos mostró Teck: un par de cajas llenas de “material”. Una vez que los tres miembros de este grupo las hubieron soltado en el suelo, sacó algunas varillas de una de ellas; unas de goma, otras de plástico con la punta de algodón...
-Había modelos de sobra, como podéis comprobar... -nos enseñó-. ¡Uno para cada ocasión!
-¡Eh, eh! -chilló Mia para llamar nuestra atención-. ¡Tenemos nuevos pasillitos para ir al sitio supersecreto del bosque! ¡Y verás qué genial lo que hemos descubierto por ahí!
-Creo que quiere decir “pasadizos”... -rió Mirta apaciblemente.
-Me parece genial, pero... chicas, ¿dónde se ha metido Delmet? ¿No estaba con vosotras, Mirta?
-Pues sí. Dijo que no tardaría en venir.
-Muy bien, pues lo esperamos. Pero tengo que decir... que hemos decidido muchas más estrategias de las que yo me esperaba en un principio -dije-. Siendo sincera, no sé muy bien por donde deberíamos empezar... Pero sí que tenemos una cosa clara: es fundamental que nuestro equipo pase del todos al uno. Es normal que haya conflictos, que no todos nos llevemos igual de bien... Pero lo básico como equipo es contar con los otros en las dificultades, ¿vale? ¡Unirnos cuando veamos que la cosa se pone fea!
-Y nuestra querida parodia del Capitán América se acaba de perder tu hermoso discurso -ironizó Teck. Oí resoplar a Mirta poco después, e incluso escuché cómo la chica le pedía a Teck que se callara.
Pero, segundos después, el rey de la ironía no tuvo más remedio que tragarse sus palabras.
-¡Creo que he pillado algo de lo que estabas diciendo, capitana! -oí decir a alguien tras la puerta-.Vaya, deberíais haber escuchado cómo sonaba su voz desde allí: chillona, pero con fuerza...
Traté de ignorar el comentario sin ponerme a la defensiva. No fue tan difícil, pues lo que llevaba Delmet en las manos en ese momento desvió mi atención. Creo que eran cajas de CDs o algo así.
¿Era yo, o Teck acababa de poner los ojos como platos?

Mejor no hacerse muchas preguntas. ¡Averiguaremos muy pronto lo que se traen éstos dos entre manos!

2 oct 2014

71. Seamos discretos...

Decidido: vamos a ir poniendo bajo el título del blog la fecha en la que se va a publicar el siguiente capítulo.
Antes vimos que el nuevo compañero de Jetwick... nos había hecho una faena sólo con aparecer (de nuevo). Sí, Ridley Left. No me los imagino juntos.

Capítulo 71
Y otra vez. Dicen que el mal nunca descansa; qué razón tenía quienquiera que lo dijera por primera vez...
No, nada de hundirse ahora. Ya tenía las pilas cargadas, y sentía más determinación que nunca. Mis nervios se iban disipando al quedar la duda resuelta.
-Bueno, pues no nos queda otra. Vamos a tener que ir con mucho cuidado por culpa de esto...
-Perdonad mi interrupción -intervino Etsu-. Pero opino que, desde su situación, Left podría obtener una gran cantidad de información si se aproxima a la fuente adecuada. Es decir, que nos encontraríamos nada más y nada menos que frente a...
-¡Un espía! -exclamó Teck, completando la frase.
No podía creerlo... ¡Necesitábamos urgentemente una estrategia! Lo malo es que, con la sorpresa, lo único que se oía era un murmullo de indecisión...
-Un momento -nos interrumpió Mirta delicadamente-. Si él puede espiarnos a nosotros...
-¿...por qué no nosotros a él? -terminó la frase Delmet-. ¡Oye, Mirta, qué idea más buena!
Oí un murmullo de aprobación. A mí también me gustaba eso de darle la vuelta a la tortilla.
-¡La idea es suya, la he oído comentar en voz baja! -sonrió Delmet ampliamente-. Ya era hora de que dejaras de darle vueltas y la dijeras en alto... -le sonrió Delmet a Mirta, haciendo que la chica se sintiera complacida.
-¿Cómo es que eres tan contenida cuando quieres? -pregunté, siendo un poco descarada.
-¿Contenida? -rió Delmet-. ¡Cómo se nota que no la has visto lo suficiente en una pista de carreras! ¡Ahí sí que no hay quien la pare, y es capaz de cualquier cosa para adelantar!
-Sería genial que también fuese un poco más así fuera de la pista ¿verdad? -dije a Delmet, mirando a Mirta de reojo para que me oyera con claridad. Ella sonrió tímidamente. Le estábamos sacando los colores.
-Bien... -continué-. No va a ser fácil, pero eso es lo que vamos a hacer: espiarles si vemos que nos espían. Esto entra en la estrategia que vamos a planear esta tarde. Jetwick, ¿podrás hacerlo?
Mi amigo pareció conforme, convirtiendo la furia que sentía en atrevimiento. Se lo veía con ganas.
-Y se me ocurren algunas estrategias más... como por ejemplo, la que ha usado hoy mismo Estu en la pelea -al oír su nombre, Estu bajó la cabeza para ajustarse las gafas, ocultando como pudo sus mejillas algo encendidas-. La de reservar todo nuestro potencial para situaciones de verdadera necesidad.
Mis compañeros levantaron la vista hacia mí, esperando que yo les explicara lo que tenía en mente.
-Veamos... cuando el equipo D-32 atrapó a Mirta, lo que Etsu había planeado hacer era poner a Mirta a salvo mientras Teck entretenía a los rivales ¿cierto? Pero, al ver que Teck necesitaba ayuda, Etsu necesitó hacer un cambio de planes... ¡y ahí es cuando demostró su verdadera fuerza!
Etsu continuaba con la cabeza inclinada, haciendo un gesto educado para quitarse importancia.
-Y mi pregunta es... ¿Cómo es que Etsu no utilizó toda su fuerza desde el principio?
-Defendía, no atacaba -respondió Imala antes de que Mia pudiera levantar la mano-. No necesitaba usarla, o ahuyentaría a su presa. Táctica de caza.
-¡Exacto! Le bastaba con ceñirse al plan y no gastar más energía de la que necesitaba. A eso quiero llegar yo: tenemos que ir siempre por delante de los rivales, pero sin asegurarnos mucha ventaja para que nunca sepan lo que tienen que superar. Evitad en lo posible las exhibiciones de fuerza. ¿De acuerdo, Delmet?
-De acuerdo, ¿pero por qué me lo preguntas a mí?
-Porque... -pensé un poco mis palabras antes de hablar, para adaptarlas a lo que él quería oír- porque ya conocemos tu gran potencial, y me gustaría que reservaras todo lo que puedas de él hasta próximo aviso, ¿entendido?
-¡Entendido, capitana! -exclamó él con entusiasmo-. ¡A sus órdenes!
-Perfecto. Teck, ¿lo has entendido tú también?
-¡Eh! -gimió él-. Ni que yo fuera por ahí haciendo exhibiciones de fuerza.
-Claro que no... -dijo Mirta en voz baja, poniendo los ojos en blanco. Se le notaba a la legua el tono irónico.
-Teck, no lo digo por nada personal- mentía, pero qué remedio-, pero necesito que te escondas un par de trucos más bajo la manga, y que no lo saques hasta que yo te avise.
-Ni que fueras mi madre... -resopló él.
-Lo digo porque muchas veces te confundes de momento -dije, poniendo sin querer un ligero tono de reproche-. No es que lo hagas mal, sólo creo que puedes reservar mucha más energía de la que piensas para momentos cruciales.
-¿Y qué son para ti momentos cruciales? -me preguntó con una sonrisa arrogante.
-Los que tú sientes que son cruciales, independientemente de las personas que te estén mirando. Pero dejemos ya el tema... Mientras aprendes a diferenciar unos momentos de otros -sabía que Teck la iba a fastidiar-, yo te avisaré cuando vea oportuno que uses toda tu fuerza -dije, ocultando mi pasividad.
Teck intentó decir algo, pero pasó de hablar, como si creyera que no iba a llegar a nada por mucho que me preguntara.
-Y Mia... sé qué estás impaciente por darles a todos una paliza, pero necesitamos que dejes algunas cosas para el final. Ya sabes, un golpe de gracia. ¿Entendido?
-Dejar lo mejor para el final... ¡Como el postre! ¡Creo que lo entiendo, capi!
-¡Ahí vamos! Creo que no necesito decirle nada más al resto, porque tenemos otro ejemplo muy bueno en este mismo equipo. ¿Cierto, Bobby?
-Eh... ¡Sí! Si lo dices tú, que eres la que manda, supongo que lo habrá...
-¡Me refiero a ti, tonto! Recuerda todas esas veces en las que has usado toda tu fuerza en combate; siempre acabas sacando a la luz tus instintos asesinos cuando te provocan de verdad. Es algo que se podría perfilar un poco para que no se te vaya tanto de las manos, ¡pero como ejemplo me viene de perlas!
-¿Quieres decir que me estás usando de ejemplo de buena conducta o algo así? Venga, Eria, que vas a hacer que me sonroje... Voy a parecer un tomate recién sacado de la huerta.
-Bueno, ya es tarde. ¡Ahí tenéis un ejemplo magnífico: un chico de vuestro mismo equipo que sólo ataca cuando la barra de energía le llega al máximo! No está nada mal, ¿verdad?
Bobby no mentía al haberme dicho que lo iba a hacer sonrojarse al usarlo de ejemplo.
-Juro que es la primera vez desde la guardería en la que me siento bien saliendo a la pizarra... -afirmó.
-Me alegro por ti, pero aún nos queda mucho por decidir en lo que nos queda de tarde...
Ya había elaborado un plan en la ducha, así que lo único que tuve que hacer fue compartirlo con los demás. Nos dividiríamos en tres grupos: munición y material, técnicas y, por último, investigación. Tenía claro desde el principio quiénes iban a formar el primero: Teck, Imala y Bobby
-¿Y por qué me toca a mí ir a buscar la munición? -se quejó Bobby-. ¿Para eso me pones de ejemplo?
-Necesito a alguien que le vaya parando los pies a estos dos... -le sonreí-. Porque os voy a pedir que salgáis a la calle desde el garaje secreto, con la furgoneta tuneada, para ir a por un par de cosillas.
-¿Qué cosillas? -preguntó Teck, frotándose las manos.
-Solo las que veas oportunas. Nada de traer cosas de más. Confío en ti (por mucho que me cueste).
-¿Qué función encomienda a Imala en esta tarea? -me preguntó Imala, de nuevo en tercera persona.
-Buena pregunta. Necesito que estés atenta a Teck, porque, justamente, le iba a pedir... que sustituyera tus flechas por algo diferente, quizás menos... ¿puntiagudo?
Ella pareció algo herida con mi decisión, pero no dijo nada, creo que por respeto.
-No dudo de ti, pero hay que tomar algunas precauciones, o de lo contrario puede que le acabemos atravesando el corazón a alguien, tengamos o no motivos para hacerlo. Espero que lo entiendas...
-Imala lo hará, y seguirá de esa forma la táctica de reservar energías -sonrió ella.
Ahora que el primer grupo conocía su función, era hora de nombrar al segundo: Etsu, Jetwick y yo nos encargaríamos de planificar estrategias. Nos tocaba una tarea de gran responsabilidad.
Sólo quedaban Mia, Mirta y Delmet.
-¿Y a nosotros que nos toca, capitana? -preguntó Delmet con entusiasmo.
-Ah... supongo que recordáis nuestro lugar secreto. Ya sabéis, aquella zona llana del bosque rodeada de árboles formando un círculo...
-¡Sí, el lugar secreto del equipo F-06! -exclamó Mia-. ¡Yo guío!
-Perfecto, porque vamos a necesitar el atajo que decías para llegar hasta él. Y, ya que estamos... ¿Por qué no buscáis entre los tres algún secreto más que pueda haber por la academia?

Ya veremos cómo funciona esta nueva estrategia. ¡Volveremos pronto!