El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

17 oct 2014

72. Tres estrategas, un laboratorio

Tras dividir nuestro equipo en tres grupos, nos entregamos con dedicación para cumplir con lo que teníamos asignado. Decidí participar en el grupo que planificaba las estrategias. Era hora de empezar:

Capítulo 72
El grupo de investigación ya se había marchado, por lo que quedábamos dos grupos. 
Etsu, al igual que la vez anterior, colocó la palma de la mano en una de las paredes de la habitación, repitiendo la contraseña que daba paso a las escaleras. Al intentar oírla, sospeché que la palabra que había dicho estaba en otro idioma, ya que se me olvidó en cuanto intenté pronunciarla.
Esta vez, al atravesar el pasillo, distraje a Bobby tanto como pude para que no se asustara. Le hice un favor sí, pero se lo hice por pena y para evitar que se quejara durante todo el camino. Es decir, que mis motivos fueron un poco egoístas.
Llegamos al laboratorio (o taller) en el que terminaba el túnel y nos despedimos del grupo de material justo antes de que se fueran al garaje. Ahora Jetwick, Etsu y yo estábamos solos.
-He pensado que este lugar sería mucho más tranquilo y seguro para planificar nuestras estrategias -aclaró Etsu, ajustándose sus gafas redondas con un dedo-. Espero haber acertado.
No tardamos en empezar a trabajar, y enseguida me reconocí el mérito que tenía al haber formado los grupos así de bien. ¡Etsu era un genio! Pensaba que nos iba a costar ver por dónde empezar, pero gracias a él no nos detuvimos ni un instante.
-Teniendo en cuenta la estrategia que ha planeado en la que indica que reservemos lo mejor de nuestras propias habilidades, sugiero que tratemos este tema con algo más de profundidad... -fue una de sus ideas-. Y, ya puestos, ¿Por qué no enfocar esta estrategia desde otra perspectiva? Lo que deberíamos hacer es centrarnos en un todo. De esa forma, haremos que cada uno de los miembros de nuestro equipo domine distintos ámbitos deportivos para así defenderse con una mayor naturalidad durante una competición.
Me costaba seguir a Etsu entre tanta palabra, pero me imaginaba lo que pretendía hacer.
-Entonces... lo que dices es que deberíamos entrenar a cada miembro de nuestro equipo para que sepa un poco de todo, ¿no?
-Precisamente. Y opino que todos deberían mostrar sus habilidades al resto. Lo básico, por supuesto. En ese caso, si por un casual cualquiera de nosotros necesitara refuerzos, no tendríamos más que ir en su ayuda mientras la persona en cuestión utiliza las técnicas más avanzadas que no haya deseado compartir.
Vi por el rabillo del ojo cómo Jetwick resumía lo que íbamos diciendo en un trozo de papel.
-Entiendo -dije-. ¿Tienes algo más?
-La verdad, también creo que, sea cual sea la estrategia enemiga, debemos transformarla en algo de nuestra propiedad, puede que incluso teniendo que imitar a los contrarios para causar confusión.
-Darles un poco de su propia medicina... ¡Oye, esa idea me gusta!
-Pero también implica dar giros inesperados con tal de hacernos con el mando... Ajustarnos a ellos milímetro a milímetro, para ser exactos.
-Entonces dices que, pase lo que pase, tenemos que controlar la situación...
-...como si nos perteneciera desde el primer momento -terminó diciendo él-. Y, Eria, tenga cuidado con...
-Ah... -bajé las manos. No me había dado cuenta, pero había estado todo el tiempo haciendo girar un pequeño destornillador que había sobre la mesa de trabajo-. Lo siento.
Etsu dio un montón de ideas más, cada una más brillante que la anterior, pero había algo que faltaba en todas ellas... no sabía decir muy bien el qué, pero aún había algo que nos quedaba por solucionar. Además, me iba a explotar la cabeza con tanto vocabulario técnico y formal...
-¿Señorita Jumps? ¿Capitana? La noto un tanto ausente.
-Bueno, no es nada... Etsu, tus ideas son geniales, pero creo que aún necesitamos algo que las mueva. ¡Y deja las formalidades conmigo! ¡Llámame Eria y ya está!
-De acuerdo... Eria -lo dijo como si le ardiera la garganta al pronunciar mi nombre de pila-. ¿Qué crees que falta en nuestra planificación? ¿Quizás una actitud determinada?
-Algo así. Necesitamos hacer que nuestro equipo dé una imagen a la hora de actuar.
-¿Como parecer intimidados o acobardados cuando realmente no es así?
-No -nos interrumpió Jetwick, levantándose muy serio-. Dar miedo.
Etsu y yo nos detuvimos a mirarlo unos segundos. El fluorescente que había sobre nuestras cabezas parpadeó, haciendo que la luz blanca rebotara contra las paredes metálicas del laboratorio.
-¿Intentar dar miedo a los contrarios? ¿Te refieres a eso?-pregunté.
-Claro... Debemos razonar como nuestros rivales, ¿no es cierto? -reflexionó Etsu-. ¿Y por qué no crearles cierto respeto a través del miedo? Esto implicaría demostrar nuestro potencial durante los próximos partidos en pequeñas dosis y durante un corto intervalo de tiempo, pero siempre sin llegar al punto máximo de nuestras capacidades...
-A mí la idea me gusta -dije-. Tiene relación con eso de meternos en la piel del rival. ¡Actuaremos como ellos y les atacaremos por la espalda, siempre con el control de la situación! Nos va a hacer falta mucha confianza en nosotros mismos para dar esa imagen, pero no creo que tardemos en aprender y acostumbrarnos.
-Estoy de acuerdo -afirmó Etsu-. Si me permitís... Creo que he hablado demasiado, así que mi próxima idea es ir compartiendo nuestras ocurrencias por escrito -sugirió Etsu. Creo que había averiguado lo mucho que me costaba seguirlo, a pesar de sus ideas geniales. Me sentía un poco culpable.
A partir de ese momento, nos movimos incluso más rápido que antes. Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. ¡Qué razón tenía el inventor de este dicho!
Ni era la hora de comer y ya habíamos terminado. Y, encima, los primeros.
Ahora estábamos sentados sobre la alfombra de la habitación de Etsu y Teck, esperando a los demás.
-Un trabajo genial -reconocí-. Entre las ideas brillantes que has dado tú, Etsu, y tus adaptaciones, Jetwick, nos ha quedado un plan bastante apañado.
Y ya estaban los dos chicos dándome las gracias por los cumplidos y quitándose importancia. Típico.
Los grupos que faltaban llegaron casi al mismo tiempo, todos satisfechos con su labor.
-Mirad lo que traemos... -nos mostró Teck: un par de cajas llenas de “material”. Una vez que los tres miembros de este grupo las hubieron soltado en el suelo, sacó algunas varillas de una de ellas; unas de goma, otras de plástico con la punta de algodón...
-Había modelos de sobra, como podéis comprobar... -nos enseñó-. ¡Uno para cada ocasión!
-¡Eh, eh! -chilló Mia para llamar nuestra atención-. ¡Tenemos nuevos pasillitos para ir al sitio supersecreto del bosque! ¡Y verás qué genial lo que hemos descubierto por ahí!
-Creo que quiere decir “pasadizos”... -rió Mirta apaciblemente.
-Me parece genial, pero... chicas, ¿dónde se ha metido Delmet? ¿No estaba con vosotras, Mirta?
-Pues sí. Dijo que no tardaría en venir.
-Muy bien, pues lo esperamos. Pero tengo que decir... que hemos decidido muchas más estrategias de las que yo me esperaba en un principio -dije-. Siendo sincera, no sé muy bien por donde deberíamos empezar... Pero sí que tenemos una cosa clara: es fundamental que nuestro equipo pase del todos al uno. Es normal que haya conflictos, que no todos nos llevemos igual de bien... Pero lo básico como equipo es contar con los otros en las dificultades, ¿vale? ¡Unirnos cuando veamos que la cosa se pone fea!
-Y nuestra querida parodia del Capitán América se acaba de perder tu hermoso discurso -ironizó Teck. Oí resoplar a Mirta poco después, e incluso escuché cómo la chica le pedía a Teck que se callara.
Pero, segundos después, el rey de la ironía no tuvo más remedio que tragarse sus palabras.
-¡Creo que he pillado algo de lo que estabas diciendo, capitana! -oí decir a alguien tras la puerta-.Vaya, deberíais haber escuchado cómo sonaba su voz desde allí: chillona, pero con fuerza...
Traté de ignorar el comentario sin ponerme a la defensiva. No fue tan difícil, pues lo que llevaba Delmet en las manos en ese momento desvió mi atención. Creo que eran cajas de CDs o algo así.
¿Era yo, o Teck acababa de poner los ojos como platos?

Mejor no hacerse muchas preguntas. ¡Averiguaremos muy pronto lo que se traen éstos dos entre manos!

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