El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

22 ene 2015

79. Intercambio de palabras

¡El martes trece fue mi cumple! Qué rápido pasa el tiempo...
Junie ya debe de haber subido aquel enlace del que tanto hablaba al blog. Tiene que estar en la entrada anterior... ¿Lo habéis visto ya?



Capítulo 79

-¿QUÉ? ¿De primaria? ¡Me estaréis tomando el pelo!

Mi grito debía de haberse escuchado por todo el comedor.

Delmet se encogió de hombros. Era evidente que el muy payaso acababa de meter la pata hasta el fondo, él y todos los demás.

-No te ofendas, capitana. En realidad, aunque cuando te vimos a todos nos dio la sensación de que eras un par de años más pequeña...

-Delmet, acabáis de decir que creíais que estaba en primaria -le reproché-. Hasta tú, que llegaste más tarde y sacaste tus propias conclusiones.

-¡Yo no llegué tarde! ¡Tengo la ausencia más que justificada! -se quejó él-. ¡Y mi llegada no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando!

-Eria, míralo por el lado positivo: ¡quedaste de niña prodigio! -intentó arreglarlo Bobby. Muy gracioso.

-Qué va. Se veía de lejos la edad que tenías -nos interrumpió Teck. 

Aquello me bajó un poco los humos.


-Ah, ¿Hablas en serio? ¿De verdad?

-¡Claro que sí! ¿No lo ves? Con ese genio que tienes y esa cara de mala leche, ¿cómo podías ser todo lo adorable que requiere tener cinco años menos de los que en realidad tienes?

Me levanté de la mesa de golpe, fulminando a Teck con la mirada, quien se partía de la risa. Sólo lo hacía para provocarme, lo sabía, pero no contaba conque Mirta también se estaba poniendo nerviosa.

-Menos mal que dejaste de ligar conmigo en su día, porque menuda forma de hablarle a tu capitana.

-Lo sé. ¡Era broma! Créeme, no suelo utilizar esta estrategia con el resto de las chicas.

-Usas otra mucho más vergonzosa -lo interrumpió Mirta.

-Cielo, sabes que no lo dices en serio -e intento de sonrisa seductora al canto-. En el fondo, anhelas más que nadie correr a mis brazos, rodearme con ellos y...

Otra vez había perdido el control. Mirta lo hizo volver al mundo real con una colleja que hizo que acabara con la cabeza encima de su plato de comida.

-Muy, muy el el fondo -afirmó ella.

Ya se veía de lejos lo que venía ahora: llegaba el momento de la sesión de Idiomas extra del comedor, otra vez. ¿Que en qué consistía? Básicamente, en mezclar tu idioma natal con el de los demás para que la capitana de tu equipo -es decir, yo- no pudiera entender nada. Efectivamente, Teck empezó a soltar maldiciones en perfecto francés, lo que hizo que Delmet intentara hacerlo callar con su inglés puramente americano; él y Mirta no tardaron en continuar hablando inglés entre ellos. Y la gota que colmó el vaso: Mia se puso a dar grititos e Imala, al mismo tiempo, murmuraba palabras sueltas  en una lengua tribal desconocida mientras hacía gestos con las manos. Bobby intentaba seguir el ritmo de la conversación, pero lo único que alcanzaba a decir era: “yes, yes”.

En esos momentos había veces en los que me entraban ganas de gritar a pleno pulmón: “¡Ya vale, que la clase de Idiomas de Tania acabó hace rato!” pero lo más seguro es que Delmet hubiera protestado en nombre del equipo: “Vamos, capitana... ¡Como si hablar tuviera algo de malo!”.

Etsu dijo algo en japonés y todos asintieron. Yo ya estaba al borde de la desesperación.

-Eh, ¿y si intentamos hablar todos en el mismo idioma? Como en inglés, que es la lengua universal.

Delmet bajó el puño con un gesto de triunfo, pero Teck protestó. Jetwick asintió con interés, lo cual era irónico si se tenía en cuenta que Jetwick había estado callado durante todo el tiempo.

-Bueno, olvidadlo. Siempre que haya orden, como si habláis en gaélico.

-¡Yo sé dos palabras en galélio! -exclamó Mia.

-Ah, qué bien -¿qué había dicho?-. En fin, ya sabéis lo que toca hoy.

Todos resoplamos. Cabreada, miré fijamente a mi plato de comida. No nos apetecía sacar el tema, pero no teníamos más remedio: quedaba poco para los exámenes finales, los partidos por clasificación y las pruebas físicas. Cuando vimos el programa pensamos que podíamos triunfar, pero eso era antes de descubrir que necesitábamos participar junto con  UN EQUIPO MÁS para presentarnos.

Todos estábamos de un humor pésimo por los exámenes y la semana había sido bastante dura, así que el simple hecho de hablar de los partidos nos ponía enfermos.

-Teck, recuerda tu promesa -ya que le iban tanto las relaciones sociales, era él quien se había comprometido a buscarnos un segundo equipo-. ¿Tienes a alguien?

-Eso creo -sonrió él-. No sé si os acordáis de Zenas, mi colega del alma. Es capitán del equipo H-45.

H-45... ¿Por qué me sonaba tanto?

-¿No era ese el equipo de Tornado? -lo interrumpí. Bobby se echó a temblar sólo con oír su nombre.

-Exactamente -afirmó Teck.

Claro, podía servir. Aún recordaba esa tarde de viernes en la que habíamos compartido clase con el equipo H-45. Tornado parecía un chico agradable y despierto. Tenía el pelo corto en mechones cortos y puntiagudos, aspecto de niño y una apariencia nada intimidante, pero conseguía aterrar a Bobby sólo con apuntarle con el dedo. Extraño, pero cierto.

-No le pongo cara a Zenas, pero podríamos intentarlo -dije.

Esto trajo nuevas esperanzas al equipo. Podíamos triunfar. ¡Claro que podíamos triunfar!

-Perdonad que interrumpa la pausa de efecto, pero ¿a alguien le apetece pan integral? -preguntó Bobby-. Y si alguien me lo puede cambiar por una barra de pan horneado, pues mejor.

Todos le lanzamos una mirada asesina. El pobre no tuvo más remedio que callar.

-¡Qué bueno está hoy el pan integral! -rió Mia. ¿Lo hacía aposta para provocarnos? ¡Porque lo parecía!

Ahí teníamos otro motivo que contribuía a ponernos de mal humor: habían sustituido el pan que nos solían poner en el comedor por una cesta con rebanadas de pan integral, y a nadie le había gustado el cambio. Nada más empezar esa nueva moda, Delmet no pudo evitar, lleno de curiosidad, levantar la cesta de la mesa para comprobar si habían escondido el pan horneado debajo. Ojalá lo hubiera hecho.

-¿Y si intentamos... ? -insinuó Bobby, mirando de reojo a Mia. Era la hija del director general, pero no. Traer el pan de vuelta no podía ser tan fácil.

-No me parece de lo más correcto gozar de su confianza -opinó Etsu, dejándolo con la palabra en la boca.


-...Pero sigue pensando así; llegarás muy lejos -lo animé-. Teck, búscanos cuando puedas un hueco para hablar con Zenas. Intenta que sea lo antes posible.

-¡Me lo pones fácil, Eria! ¿Puedo irme ya al la mesa de mi novia?

-Capitana, ¿pan integral?

-¡EN SERIO, JURO QUE COMO ALGUIEN MÁS ME OFREZCA PAN INTEGRAL SE LO METO POR EL...!

Sí, estábamos muy irritables, y yo más que ninguno. Menos mal que la cita con el equipo H-45 no se hizo de rogar; acordamos quedar con ellos esa misma tarde, en la Sala Cima.

La academia tenía un diseño muy peculiar por dentro: había pasillos que recordaban a los de los aeropuertos, aulas que resultaban ser pistas de tenis o de patinaje... pero la Sala Cima era diferente. 


Me recordaba a una sala de exposiciones antigua, a un museo, a una galería de arte de un castillo... Algo parecido.


Me separé del equipo nada más entrar, guiada por una fuerza invisible hasta el último cuadro de la Sala. Ahí estaba: mi abuelo. Era grande, y yo demasiado pequeña. ¿Pero qué digo? ¿No me había contado mi tío que mi abuelo también era bajito? Quién lo diría; el cuadro le hacía la cabeza enorme.

-Algún día... -susurré al cuadro de mi abuelo. Yo sonreía, y él me devolvía la sonrisa.

-Bonito cuadro, ¿verdad? -escuché una voz a mi lado.


Me sobresalté. Un poco más y me creo que el cuadro me estaba hablando. La persona de mi lado se rió.

-Siento haberte dado ese susto, capitana del equipo F-06.

Giré lentamente la cabeza. Justo a mi lado, allí estaba ÉL. ¡Ya lo recordaba! Rubio y de aspecto muy natural, me había parecido guapo la primera vez que lo había visto. Qué corte, yo pensando eso... Poco típico en mí.

-¿...Zenas? -pregunté, con las mejillas al rojo vivo. Pobre Jetwick, sintiéndose así todo el rato...


No espero que lo hagáis, pero ¿recordáis a aquel chico de melena rubia y despeinada que había estado hablando con Teck en el capítulo 53 (Nueve en uno)? ¡Ese es Zenas!
Ya veremos lo que pasa más adelante dentro de poco...

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