El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

3 abr 2015

84. Por la espalda

¡Uy! ¡Actualización por los pelos!

Ya vimos la catástrofe que supuso que Teck fuera por su cuenta. Ahora veamos los resultados...


Capítulo 84

Teck, toalla al cuello, no decía palabra. Ya llevaba un buen rato así, encorvado en el banquillo mientras le daba vueltas con la lengua a la pajita de su refresco con cara de malas pulgas.

Delmet lo miraba con curiosidad y un aire muy suyo que me ponía de mala espina. Crucé los dedos para que no se atreviera a hacer ninguna tontería, pero mis ruegos no sirvieron de nada.

-¿Cómo has dejado que te tumben sólo con un toquecito? -preguntó entonces a Teck.
Teck lo fulminó con la mirada mientras le daba un prolongado sorbo al refresco.

-Delmet, déjalo ahí de momento -le recomendé. Las admiradoras del equipo A-01 acababan de salir al campo y estaba segura de que Teck no querría perderse la actuación de su novia. La reconocí enseguida entre las demás, mirando hacia todas direcciones con sus ojillos celosos para buscar a su chico.

Etsu se sentó junto a Teck y enfocó la mirada en el mismo punto que su compañero.

-Nos han pillado desprevenidos -reflexionó en voz alta-. La aparición del Mercenario era algo que ninguno de nosotros habría esperado.

-¿Quién es el Mercenario? -pregunté.

-Un misterio más dentro de Golden Podium -explicó Zenas-. Nadie sabe a qué equipo pertenece o lo que es capaz de hacer, pero puede unirse a cualquier grupo si se le da una buena recompensa. Es increíble que el equipo D-32 y sus compinches hayan decidido recurrir a él.

-Eso es trampa -murmuró Mia, ya casi recuperada del balonazo.

-No, no del todo -razonó Tael mirándola con lástima-. Hasta nosotros podríamos haber unido al Mercenario a nuestro equipo...

- ...si no actuara de forma tan cruel para salirse con la suya -terminó Tornado.
Tania, quien seguía esperando a nuestra espalda a que acabásemos de hablar, dio un par de palmadas.

-¡Chavales, vamos a sacar conclusiones rápidas de esto! Parece ser que alguien ha metido un poco la pata por querer pasar del trabajo en equipo.

Teck refunfuñó.

-¡No pasa nada! Podemos remontar si aprovechamos sus puntos débiles a nuestro favor y nos respaldamos en todo lo bueno que tenemos... ¡aquí! -Tania se giró violentamente y le hundió a Bobby el índice en el pecho. El chico retrocedió y estuvo a punto de caer de culo.

-¡Ay! ¡Avisa por lo menos! -resopló.

Si había algo que me hundía incluso más que no ir ganando era ver a Bobby sin su habitual sentido del humor. Hablar con él el día antes me había hecho confirmar que mi compañero se sentía mal de verdad, y eso no me gustaba nada. Si tan menos supiera cómo subirle un poco la moral...

"Un momento, ¡ya está!"

-¡Tania, sé que hacer para conseguir justo lo que necesitamos! -sonreí ampliamente.
Ambos equipos, el F-06 y el H-45, me miraron extrañados, sin entender el porqué de mi cambio de humor.

-¿Ah? Eria, ¿tienes algo?

-¡Claro! Mejor dicho, tenemos algo. ¿Cómo hemos podido ser tan tontos? ¡Tenemos una importante arma secreta dentro el equipo! ¡La hemos tenido desde el principio!

Teck casi se atraganta con el refresco al oírme decir esto. Esperaba que no se creyera que ÉL era el arma secreta ya de por sí.

Delmet, mostrando una vez más un ligero parecido con Teck, nos miró con aire de superioridad, asintiendo con una media sonrisa para dejar claro que él ya entendía la estrategia -cuando la verdad era que la había interpretado como le había venido en gana-. Otro que creía que el arma secreta era él...

-Y ¿qué debemos hacer? -preguntó Mirta, curiosa y atenta.

-¿Debe salir el arma letal al campo? -preguntó Delmet con algo de arrogancia. Era evidente que con lo de arma letal se refería a él mismo de forma indirecta.

-No, aún no -lo detuve-. Y no me refiero a una persona, sino a un grupo. Un grupo que va a tener que ir consumiendo a los rivales... uno a uno.

Tania y mis compañeros asintieron maliciosamente mientras soltaban un prolongado “Ah”. No dije nada sobre quién pretendía que diera el golpe de gracia, pero no quería arruinar la sorpresa.

-Peque, esta va a ser tu primera experiencia seria junto con tu equipo mientras seas la capitana. ¡Ilumínanos con tu estrategia!

Con lo de peque... no se referiría Tania a mi estatura, ¿verdad?

-Lo primero que tenemos que hacer es despitarlos un poco -dije, dejando pasar el comentario-. Equipo, ¿alguien tiene por aquí algo dulce? ¿Comida, bebida?

Teck levantó con desgana su refresco.

-Perfecto -murmuré-. Perdonadme por la idea. Aquí empieza la estrategia que planeamos Jetwick, 

Etsu y yo: utilizar nuestras habilidades en el momento justo, uno por uno...

...

Cora salió al campo dando brincos de alegría. Se colocó tan cerca del mercenario que podría haberlo rozado perfectamente con la punta de la nariz.

-¡Muy buenas! ¡Te veo bien! ¡No me preguntes lo mismo, yo estoy bien! ¡Muy bien! ¡Extremadamente bien! -empezó a decir nuestra compañera casi sin pararse a respirar.

Necesitaba a alguien que iniciase la jugada, y ella era perfecta.

Vi cómo se ajustaba la cola de caballo dividiéndola en dos mitades y tirando de ellas. El mercenario no se movía; estaba impasible.

-Eh... ¿cuántos cambios llevamos? -mascullé a Zenas con el dorso de la mano sobre la boca.

-Pues, ahora que lo dices, no tengo ni idea.

-Es que llevamos un puñado y no nos han dicho nada de que haya un límite.

-Es Golden Podium -se encogió de hombros-. ¿Esperabas menos?

Comenzó la jugada y Cora salió como un cohete a por la pelota. El subidón de azúcar que tenía tras haber probado el refresco de Teck la hacía moverse a una velocidad vertiginosa.

Enseguida tuvo a todo el equipo contrario detrás suya, pero la chica era imposible de atrapar. Los rivales se le echaban encima, pero no había ni uno solo que Cora no pudiera esquivar.

Ridley no pudo más. Susurró algo al mercenario y, entre los dos, le tendieron una emboscada: bloquearon el paso a la portería y esperaron a que empezara a cansarse.

Finalmente agotada, Cora se detuvo, pero el balón ya no estaba.

Ridley estaba perplejo. ¡Habían desperdiciado sus energías en perseguir a la persona equivocada! Hasta el portero estaba confuso.

-¡Eh! ¡Que os vais a perder esto! -gritó alguien.

Tael, saludando a los rivales mientras se reía para sus adentros, empujó delicadamente el balón hacia la portería. ¡Gol!

Todo el equipo alzó a los chicos por los aires. ¡Nos lo habían puesto demasiado fácil!

-Así que era eso... Habéis aprovechado que todos estaban atentos a Cora para pasarle discretamente el balón a Tael, alguien que teníamos simplemente como refuerzo. ¡Muy bien pensado!

-Simplemente como refuerzo... -repitió Tael con ironía.

En parte, Tania tenía razón: si habíamos elegido a Tael como portador del balón había sido porque su punto fuerte no era el fútbol pero podía defenderse más o menos bien sin ser un experto.

-Tenemos más de un plan -dije, ocultando mi entusiasmo para envolver mis palabras de misterio-. Y todo pensado para que los rivales crean que hemos bajado la guardia mientras nos da tiempo a maquinar algo.

Ni mi equipo ni el de Zenas sabía de qué estaba hablando. ¿De verdad teníamos algo? Seguro que se lo preguntaban, se los oía cuchichear. Además, me miraban con una cara...

-¿Estrategia número veinticinco? -preguntó Etsu, haciendo que Jetwick levantara la cabeza. Sólo nosotros tres conocíamos lo que eso significaba.

-Exacto. No puedo estar más de acuerdo.

Mirta se tapó la boca con ambas manos, contemplándonos entre temerosa y emocionada. Miraba a Delmet de reojo, quien parecía preparado para la acción; intuí que no saber lo que podía pasar tenía a mi compañera un poco preocupada.

Por otro lado, Mia...

Había que verla. Apretaba los puños con más decisión que el propio Delmet, con los ojos brillantes y murmurando algo alegremente. Normal que estuviera tan contenta: ¿qué podía irnos mal?



¿De verdad pensabais que estaba todo perdido? ¡Que aún nos queda mucho por ver! Ya lo comprobaremos cuando llegue el momento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario