El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

3 ene 2018

97. Excursión a la costa

Ya casi han pasado seis años desde que empezamos Qué recuerdos...

Puede que la era de los blogs ya no esté de moda, pero esta historia, independientemente de quien la lea, ¡sigue su curso!


Capítulo 97

Un puñado de nubes blancas y grises cubrían el cielo. Vale, puede que no fuera el día más perfecto del mundo, pero estaba dispuesta a pasarlo bien. ¡Después de todo, era mi primera excursión escolar con el equipo!

Eso sí, tengo que decir que no empezamos con muy buen pie...

-¡Que no! ¡Yo quiero estar contigo en el autobús, Eri!

-¡Y yo también, Mia! ¿Pero qué le voy a hacer si somos impares?

Llevábamos el abrigo puesto, aunque yo estaba por quitármelo.

-Te podemos guardar un hueco entre Jetwick y yo -puso morritos. Jetwick bajó la cabeza con una sonrisa incómoda.

-Uf... prefiero ser yo la que vaya sola. No os preocupéis; ¡ni que fuera a pasarme algo por unos minutos de viaje!

Jetwick levantó la mano, pero yo negué con la cabeza. No sabía por qué, prefería que estuviese acompañado. ¿Y si le decía de ponerse con Bobby?

-¡Qué bien os veo, equipo! -exclamó una voz conocida.

Zenas saludó extendiendo el brazo. Su melena se agitaba con el viento, que no parecía que fuera a amainar. Habiendo visto mi pulgar arriba, esbozó una sonrisa deslumbrante y se coló en el autobús.

¡Menos mal! Era una sorpresa agradable la de saber que compartíamos transporte con el H-45. 

Llegamos a ir con el D-32 y no prometía que nadie fuera arrojado por una de las ventanillas de emergencia. Aunque...

-Un segundo... -titubeé-. Tengo una idea.

Llegué a trote hasta el autobús, seguida por los que aún no se aclaraban con las parejas: Imala, Bobby, Jetwick y Mia. Los demás ya estaban sentados y emparejados de forma más que evidente.

Avancé como pude por el pasillo hasta dar con Zenas, acompañado de Tael, y frené en seco, posando el brazo sobre uno de los respaldos.

-Perdonad... -jadeé-, ¿alguno de vosotros va solo?

-¡Respira, compañera, que estamos de excursión! -el comentario hizo que bajara la cabeza para reírme. Tael también esbozó una sonrisa-. Pero oye, ahora que lo dices, tenemos a Tornado por allí delante.

Acompañó sus palabras agitando un dedo acusador con un par de círculos en el aire. Yo asentí encantada.

-¡Bobby, te acabo de encontrar compañero! -asomé la cabeza para verlo.

-¡Ni en broma! -estaba detrás de Mia, Jetwick e Imala, pero pude verlo colocando los brazos en cruz-. ¡No se te vaya a ocurrir sentarme con...!

-¡Eh, Bobby, amigo! ¡Cuánto tiempo!

Bobby dio un respingo y se quedó helado justo antes de que Tornado, de un tirón, lo arrastrara consigo a un par de asientos. Me guiñó un ojo al hacerlo.

Me encogí de hombros. Hablaba en broma, pero en fin... Así podría intentar que Bobby dejase de tenerle “miedo” con un poco de terapia de choque.

-¿Eri? -Mia se me agarró del brazo y se balanceó sobre sus pies.

-De acuerdo... -suspiré-. Jetwick, Imala, ¡nos vemos allí!

Mia fue la que se encargó de buscar un par de asientos. Pensé que querría la ventanilla, pero me la cedió a mí.

-¡El mejor sitio para mi mejor amiga! -sonrió ampliamente, y nos sentamos-. Oye, capi, ¿Imala y Jetwick estarán bien?

-Claro que sí. Son reservados y se llevan bien. ¿Por qué lo dices?

-Porque a la vuelta quieres ponerte con Jetwick. ¿Me pongo con Imala?

-¡No hace falta! -la sangre se me subió a las mejillas-. Pero, si tú quieres...

Me di la vuelta, fijando la vista en el paisaje urbano, y me acomodé en el asiento. Prefería dejar de lado la conversación...

El tiempo y la humedad hacía que me pesaran un poco los párpados. Vi a Mia moverse, pero no identifiqué lo que hacía.

-Buenas noches, Eri...

Desperté con un abrigo rosa echado por encima. Parpadeé, me incorporé y me froté los ojos; alguien estaba gritando a pleno pulmón.

-¡Eri, mira! ¡Mira todo eso! -yo obedecí torpemente, usando mi mano como visera para no deslumbrarme. El autobús giró, pillando un bache que nos hizo botar en el asiento, y entonces vi todo.

Ahora avanzábamos en paralelo a la costa. La niebla era algo densa, pero dejaba ver los múltiples puntos de control repartidos por la arena, cada uno dedicado a una actividad diferente: juegos, deportes, pruebas, carreras... Ya había alumnos allí, todos en movimiento y con pinta de estar pasándolo bien.

-Eri -se volvió Mia hacia mí-. ¡Por fin hemos llegado!


¡Nos espera un día emocionante y lleno de cosas que hacer! Qué ganas de ponerse en marcha.

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