El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

13 dic 2013

42. ¡Lo que nadie esperaba!

Llega la segunda parte del Duelo Meta. ¡Si quiero seguir siendo la capitana, tengo que tomármelo en serio! Delmet ya llevaba una victoria, y ahora me tocaba a mí elegir la prueba...

Capítulo 42
Al llegar al suelo la competitividad entre ambos desapareció por completo. Cuando por un momento creí que podíamos llegar a ser buenos rivales, Delmet empezó a darse importancia describiendo la competición un poco a su estilo. No paraba de decirme cosas como: “¡he ganado!” “¡Más suerte la próxima vez!” “¿Qué te dije? ¡Siento que no me creyeras!” “Tranquila, ser subcapitana no está tan mal”, etcétera.
Ahora sí que me daba rabia su victoria. La capitana tenía que ser yo, no ÉL. Además, no había sido para tanto. ¡Si sólo me había ganado por unas décimas de segundo, puede que centésimas!
No me olvidé de felicitar a Jetwick por su trabajo, quien ladeó tímidamente la cabeza como queriendo decir que no había sido nada.
Delmet seguía haciéndose el héroe delante de todos.
-Ah, es verdad -dijo, como si no lo recordara-, queda una prueba más, la que diga ella. ¡Y recuerda, no me gusta que me pongan las cosas fáciles! ¿O prefieres abandonar?
-No abandonaría ni aunque me obligaran a hacerlo.
-¡Así me gusta! ¡Rendirse es para débiles! Bueno, ya que quieres seguir... ¿Qué sugieres?
Estuve un buen rato en silencio, bajando la cabeza para que no me afectara que todos estuvieran mirándome. Nada de comba, demasiado fácil... nada de pruebas, sería muy básico...
-¿Y bien? -me animó- ¡Que no tenemos para todo el día, Saltitos!
¿Cómo que Saltitos? ¿Eso era un mote? Porque no me gustaba nada...
Vale, tampoco me iba a pasar la tarde pensando. Levanté la cabeza.
-Hagamos una prueba de breakdance. De dos minutos máximo para lucirse por persona.
Él pareció divertido con mi respuesta.
-¿En serio? Pero bailar no es un deporte, ¿no? ¡Qué cosas se te ocurren!
-¿Hay algo que diga que la prueba deba ser un deporte? -pregunté al público.
-No hay nada que lo resalte, aunque suelan elegirse gestos deportivos como pruebas componentes. Opino que cualquier tipo de actividad física podría servir como prueba. Resumiendo: No. lo de Eria vale -contestó la sabia voz de Etsu. ¡Gracias, Etsu!
El breakdance era algo con lo que podía lucirme sin tener que quedarme en lo básico. A mí me valía.
-¡Bueno, pues ya está! -exclamó con ironía-. Empecemos la segunda parte. Es la primera vez que hago esto en un Duelo Meta, ¡pero supongo que siempre hay una primera vez! Y, ya que he elegido yo primero, ¿qué tal si empiezas tú esta vez con la prueba?
-Será un honor -le contesté con algo de ironía.
Unos pocos “ayudantes” fueron a buscar el material necesario. Elegí un sitio cercano a una pared; pretendía usar algunos de mis mejores movimientos y necesitaba el lugar adecuado para una cosa.
Me coloqué en posición y cerré los ojos, tal y como había hecho en la prueba inicial de Práctica.
-¡A ver lo que sabes hacer! -gritó Delmet. Y la música empezó a sonar...
Es difícil describir todos los movimientos que utilicé a la misma velocidad y sin música, pero lo intentaré.
Primero marqué un poco el ritmo con un pie; era una canción bastante animada. Una vez que ya estaba lista, me desplacé un poco hacia atrás. Marcando el ritmo, hice mi primera voltereta. Sólo tuve que impulsarme y dar una vuelta completa para caer de pie y con los brazos extendidos.
Antes de continuar, quise verle la cara a Delmet. Se había quedado mudo, pero sonreía. Supongo que nadie se esperaba un comienzo tan dinámico, con una voltereta a los pocos segundos.
Fui bajando los brazos. La música se estaba animando, como si fuera una persona tomando aire justo antes de dar un grito. Esperé al momento de la “explosión sonora” con movimientos algo más simples.
Mirada pícara. Ahora venía lo bueno. ¡Bang!
Con un salto parecido al anterior, caí de espaldas al suelo para deslizarme sobre él con el cuerpo en vertical. A veces me sostenía con las manos, otras con la espalda, con los hombros... eran giros demasiado rápidos para describirlos, como dos por segundo.
Me impulsé de espaldas al suelo para quedar sobre una mano y acabar la voltereta. Continué con varios saltos seguidos, algunos incluso con tres o cuatro vueltas en el aire. Cruzaba las piernas en el aire, saltaba usando una sola pierna... De todo un poco. Todos coreaban.
Aproveché que en una de las caídas aterricé cerca de la pared que había elegido para mi salto especial: di una patada contra ella y giré de lado con la fuerza del impulso. Adoraba hacer eso, por muy poco habitual que fuera.
Un par de movimientos simples para sacar a la gente del shock... ¡bang!
De nuevo, usé mis mejores movimientos. No sólo eso, sino que además traté de combinar algunos de ellos con cuidado por probar. El resultado fue bastante bueno.
Giros sobre un codo, sobre la cabeza, movimiento de pies... Usé toda la artillería pesada.
Acabe de forma espectacular. Bailé un poco, tomé carrerilla con unas piruetas y di una última vuelta con las piernas dobladas y las manos sobre las rodillas. Caí sobre un brazo, di unos giros con la palma de la mano en el suelo y volví a ponerme en pie girando sobre mí misma al final.
Una pose para el público. ¡Supera eso, Delmet!
Los otros chicos alzaron los puños y clamaron mi nombre. Les había gustado.
Regresé triunfal a mi puesto para dejar paso a Delmet. Él, sin ni siquiera mirarme a los ojos, se puso en posición, pero no dio la señal para que empezara la música. El lugar de eso, empezó a reírse.
-¿Qué sentido tiene acabar? ¡Se sabe claramente el ganador!
Se dirigió hacia mí en actitud desafiante. Me imaginaba que me diría que no llegaba a su altura...
Pero, en lugar de mostrar rivalidad, ¡hizo una especie de reverencia!
-Jumps, faltó muy poco para que hubiera un empate en la primera competición. Perdiste por muy poco. Ahora, sin embargo... ¡para qué nos vamos a engañar! ¡Me quito el sombrero (o el casco más bien)!
Me miró a los ojos. Sin actitud desafiante, sin ironía... De verdad. Me veía a la altura.
-Jumps, está claro que te he subestimado. ¡Tu habilidad es todo un prodigio! Alargar la competición un día más sería algo inútil. ¡Ya todo está decidido! ¡A partir de ahora, creo que todos deberíamos empezar a nombrarte por lo que eres, capitana!
No me pidáis explicaciones; estaba aturdida. Debía de haberlo hecho muy bien para dejar a Delmet tan impresionado. ¡Me había cedido un punto completo y me reconocía todos mis méritos! Si antes me sentía incómoda recibiendo unos pocos cumplidos de su parte, imaginad cómo me quedé cuando pasó todo esto.
Delmet me tendió la mano y, esta vez, le di la mía al instante mientras todos aplaudían.
-Me lo he estado callando... pero has estado impresionante -dijo.
-Gracias. Igualmente, creo...
-Y gracias por recordarme lo que significa ser el líder, capitana. Y a enseñarme cómo es la verdadera competitividad, y a ganar de forma justa...
-Eso también es mérito tuyo. No me lo agradezcas tanto.
-¡Será un honor trabajar de subcapitán! Oye, ser el sub tiene sus ventajas: no se trabaja tanto, tienes algo de autoridad...¡Haré todo lo que esté en mis manos para cambiar el mundo desde mi puesto, y...!
-¡Vale, cálmate. Vamos a centrarnos en la vida real, héroe.
-Lo que digas, capitana.
Pues vaya. No paraba de llamarme capitana, decía frases de películas, no se callaba...
Pero en fin, tan malo no era después de todo. A lo mejor Mirta tenía razón y podía llevarme bien con él.
Me encontraba genial. Me sentía una ganadora por quedarme como capitana de forma justa, pero también por haber “hecho las paces” con Delmet. Ya no habría más luchas por ver quien era el mejor (hasta el siguiente aviso, claro).
La gente de otros equipos me aplaudía y coreaba mi nombre. Mientras tanto, mi equipo me alzaba en hombros, Mia me abrazaba... lo típico. Me daba la impresión de que me estaba ganando algo de fama por mis “hazañas”, como diría Delmet.
Puede que me hubiera equivocado con Delmet. Puede que fuera más soportable de lo que yo creía...

Me parto con eso que dije. En qué estaría pensando...

Supongo que para averiguarlo habrá que leer el próximo capítulo, ¿no?

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