Recuerdo
que en el capítulo anterior Delmet me cedió el puesto de capitana
al ver de lo que era capaz. Al principio no paraba, pero acabé
pensando: "Puede que me hubiera equivocado sobre Delmet. Puede
que sea más soportable de lo que yo creía..."
Capítulo
43
¿Puede
que fuera más soportable de lo que yo creía?
¡Mentira! ¿Pero en qué estaba pensando? ¡A éste no hay quien lo
aguante!
Vale,
por lo menos ya no intentaba ser superior a mí. Había podido
comprobar por qué se comportaba de ese modo al principio: parece que
Delmet veía como rival a cualquiera que se le cruzara por el camino.
Mirta me aseguró que no era para intentar ser superior a nadie, sino
para superarse a sí mismo. Lo peor era tener que aguantarlo en el
caso en el que su rival fueras tú...
Tenerlo
al lado en clase ya costaba bastante. Un ejemplo muy claro fue la
primera clase de Historia y Geografía que tuvimos.
Primero,
Steve Falls entró en clase. ¿Steve? Nunca habría adivinado que no
era él: en realidad era su hermano gemelo, Theo Falls, idéntico a
él tanto en aspecto como en carácter.
¿Qué
pasó? Cuando Theo trató de explicarnos la historia del fútbol,
Delme tse levantó indignado al oír que este deporte era británico.
Empezó a gritar como loco frases en inglés sobre los Estados
Unidos.
-Lo
siento en el alma, pero lo que pone en el libro es la realidad -le
aseguró Theo.
-¡Mentira!
-gritaba él golpeando la mesa-. ¡Todo el mundo sabe que el fútbol
fue creado en América!
-Debes
de haberte confundido con el fútbol americano,chico. Yo
hablo de aquel que se juega con los pies.
-¿Qué?
¿Y te atreves a comparar con el fútbol algo tan patético como
el soccer?
-Debes
saber que a los británicos lo les gusta que llamen así
al fútbol -dijoTheo visiblemente mosqueado.
-¡Pero
si se llama así! ¿Es que pretenden llamarlo de la misma forma que a
nuestro deporte? ¡Patético!
Y,
para colmo, en ese momento Teck decidió levantarse para protestar.
-¡Ese
fútbol fue inventado mucho antes que el vuestro, idiota!
-¡Encima
no interrumpas! ¡Todos sabemos que no hay nada como el fútbol
americano! -le respondió Delmet.
Eso
ya había sido demasiado. Todos acabaron a gritos, Theo incluido.
Hasta tuvo que intervenir Mirta para poner paz. Imala habría hecho
lo mismo, pero en ese momento estaba meditando o algo parecido.
Suerte
que a Theo se le pasó enseguida el enfado y volvió a estar al rato
como si nada. Al que más le duró fue a Teck, al que no le había
gustadonada que se metieran con su deporte.
Ese
día fue horrible para el equipo, sobre todo para Delmet y para mí.
Lo peor fue lo que vino después...
Todo
empezó por su culpa. A la hora del descanso, vimos que el americano
había desaparecido sin dejar ni rastro. Para mí fue un alivio, pero
Mirta no dejó de buscarlo. Me daba un poco de pena verla tan
preocupada. Por lo menos Mia estaba allí echándole una mano,
reclamando la presencia de su "príncipe azul".
Cuando
ya iba a convencerla de que Delmet aparecería tarde o temprano,
escuchamos una voz familiar justo sobre nuestras cabezas.
-¡Eeeoo!
¡Estoy aquí!
Cuando
miré hacia arriba quise que me tragase la tierra. Allí estaba,
subido a una rama del enorme árbol que había en el centro del
patio. Mirta pareció un poco más aliviada. Mia aplaudió.
-¡Ten
cuidado, Del! ¡Esas ramas son muy endebles! -le advirtió Mirta.
-¡Sin
problema, Mirta! ¡Y hoy, por ser un día especial, voy a llegar más
alto que nunca!
Intentamos
detenerlo, pero no nos hizo caso y subió hasta una parte más alta
del árbol. Mirta empezaba a ponerse nerviosa y que Mia animase a
Delmet para que siguiera subiendo no ayudaba mucho. Se me quedó
mirando, como si me estuviera pidiendo que hiciese algo. Yo suspiré.
No
me quedaba otra: le dije a Mirta que se quedara con Jetwick por si
pasaba algo y subí a por él. Con cuidado, salté hasta una rama y
seguí subiendo hasta acercarme a él.
-¿Qué,
capitana? ¿Te unes a la diversión? ¿Echamos una carrera?
-Delmet,
Mirta está preocupada, así que te recomiendo que bajes cuanto
antes.
-¿Mirta?Espero
que esté bien... Oye, dile que bajaré enseguida. ¡Ahora no puedo
dejar esto a medias!
Siguió
subiendo pero, como era predecible, una de las ramas se partió bajo
sus pies.
Creo
que me dejé llevar un poco por los reflejos cuando lo vi. Salté
rápidamente a una rama que estaba justo debajo suya y lo agarré por
la camiseta en medio de la caída, justo a tiempo.
Oí
gritar a alguien. Esperaba que no fuera Mirta, aunque debía de ser
ella.
-Uf,
¡gracias, capitana! ¡Me has salvado el pellejo!
-¿Estás
loco? ¡La próxima vez no estaré allí para salvarte, que lo sepas!
-le eché en cara.
Habría
seguido si no hubiera escuchado por debajo de nosotros un segundo
grito, esa vez de furia:
-¡VOSOTROS
DOS! ¡LO SABÍA! ¡BAJAD AHORA MISMO!
Vaya
lío. Ese parecía Tank.
Bajamos
lo antes posible, sorprendidos por el grito. Ironía: al final,
Delmet se acabó cayendo del árbol. Fue desde una rama baja, así
que no le pasó nada. Podría haber sido peor si no le hubiera
salvado en su primera caída.
Mirta
corrió a abrazarle con lágrimas en los ojos, aliviada de que
estuviera bien. Creo que estaba exagerando un poco...
Tank
no parecía muy contento con nosotros.
-¿Quién
ha dicho que podáis subiros al árbol como si nada? ¡No quiero ni
que os acerquéis a él! ¡Esta tarde os quiero a los dos justo en
este mismo lugar!
Y
bueno, esta era la razón por la que me encontraba esa tarde frente
ala puerta de salida del edificio que daba al patio, junto a Delmet y
no muy dispuesta a recorrer a trote todo el exterior de la academia.
Sabía
que Delmet me traería problemas. Bueno, ese chico es una caja de
sorpresas, predecible peo sorprendente. Puede que me sorprenda otra
vez durante el castigo. Espero que sea para bien.
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