El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

20 dic 2013

43. ¿Castigo merecido?

Recuerdo que en el capítulo anterior Delmet me cedió el puesto de capitana al ver de lo que era capaz. Al principio no paraba, pero acabé pensando: "Puede que me hubiera equivocado sobre Delmet. Puede que sea más soportable de lo que yo creía..."

Capítulo 43
¿Puede que fuera más soportable de lo que yo creía? ¡Mentira! ¿Pero en qué estaba pensando? ¡A éste no hay quien lo aguante!
Vale, por lo menos ya no intentaba ser superior a mí. Había podido comprobar por qué se comportaba de ese modo al principio: parece que Delmet veía como rival a cualquiera que se le cruzara por el camino. Mirta me aseguró que no era para intentar ser superior a nadie, sino para superarse a sí mismo. Lo peor era tener que aguantarlo en el caso en el que su rival fueras tú...
Tenerlo al lado en clase ya costaba bastante. Un ejemplo muy claro fue la primera clase de Historia y Geografía que tuvimos. 
Primero, Steve Falls entró en clase. ¿Steve? Nunca habría adivinado que no era él: en realidad era su hermano gemelo, Theo Falls, idéntico a él tanto en aspecto como en carácter.
¿Qué pasó? Cuando Theo trató de explicarnos la historia del fútbol, Delme tse levantó indignado al oír que este deporte era británico. Empezó a gritar como loco frases en inglés sobre los Estados Unidos.
-Lo siento en el alma, pero lo que pone en el libro es la realidad -le aseguró Theo.
-¡Mentira! -gritaba él golpeando la mesa-. ¡Todo el mundo sabe que el fútbol fue creado en América!
-Debes de haberte confundido con el fútbol americano,chico. Yo hablo de aquel que se juega con los pies.
-¿Qué? ¿Y te atreves a comparar con el fútbol algo tan patético como el soccer?
-Debes saber que a los británicos lo les gusta que llamen así al fútbol -dijoTheo visiblemente mosqueado.
-¡Pero si se llama así! ¿Es que pretenden llamarlo de la misma forma que a nuestro deporte? ¡Patético!
Y, para colmo, en ese momento Teck decidió levantarse para protestar.
-¡Ese fútbol fue inventado mucho antes que el vuestro, idiota!
-¡Encima no interrumpas! ¡Todos sabemos que no hay nada como el fútbol americano! -le respondió Delmet.
Eso ya había sido demasiado. Todos acabaron a gritos, Theo incluido. Hasta tuvo que intervenir Mirta para poner paz. Imala habría hecho lo mismo, pero en ese momento estaba meditando o algo parecido. 
Suerte que a Theo se le pasó enseguida el enfado y volvió a estar al rato como si nada. Al que más le duró fue a Teck, al que no le había gustadonada que se metieran con su deporte.
Ese día fue horrible para el equipo, sobre todo para Delmet y para mí. Lo peor fue lo que vino después...
Todo empezó por su culpa. A la hora del descanso, vimos que el americano había desaparecido sin dejar ni rastro. Para mí fue un alivio, pero Mirta no dejó de buscarlo. Me daba un poco de pena verla tan preocupada. Por lo menos Mia estaba allí echándole una mano, reclamando la presencia de su "príncipe azul".
Cuando ya iba a convencerla de que Delmet aparecería tarde o temprano, escuchamos una voz familiar justo sobre nuestras cabezas.
-¡Eeeoo! ¡Estoy aquí!
Cuando miré hacia arriba quise que me tragase la tierra. Allí estaba, subido a una rama del enorme árbol que había en el centro del patio. Mirta pareció un poco más aliviada. Mia aplaudió.
-¡Ten cuidado, Del! ¡Esas ramas son muy endebles! -le advirtió Mirta.
-¡Sin problema, Mirta! ¡Y hoy, por ser un día especial, voy a llegar más alto que nunca!
Intentamos detenerlo, pero no nos hizo caso y subió hasta una parte más alta del árbol. Mirta empezaba a ponerse nerviosa y que Mia animase a Delmet para que siguiera subiendo no ayudaba mucho. Se me quedó mirando, como si me estuviera pidiendo que hiciese algo. Yo suspiré.
No me quedaba otra: le dije a Mirta que se quedara con Jetwick por si pasaba algo y subí a por él. Con cuidado, salté hasta una rama y seguí subiendo hasta acercarme a él.
-¿Qué, capitana? ¿Te unes a la diversión? ¿Echamos una carrera?
-Delmet, Mirta está preocupada, así que te recomiendo que bajes cuanto antes.
-¿Mirta?Espero que esté bien... Oye, dile que bajaré enseguida. ¡Ahora no puedo dejar esto a medias!
Siguió subiendo pero, como era predecible, una de las ramas se partió bajo sus pies.
Creo que me dejé llevar un poco por los reflejos cuando lo vi. Salté rápidamente a una rama que estaba justo debajo suya y lo agarré por la camiseta en medio de la caída, justo a tiempo.
Oí gritar a alguien. Esperaba que no fuera Mirta, aunque debía de ser ella.
-Uf, ¡gracias, capitana! ¡Me has salvado el pellejo!
-¿Estás loco? ¡La próxima vez no estaré allí para salvarte, que lo sepas! -le eché en cara.
Habría seguido si no hubiera escuchado por debajo de nosotros un segundo grito, esa vez de furia:
-¡VOSOTROS DOS! ¡LO SABÍA! ¡BAJAD AHORA MISMO!
Vaya lío. Ese parecía Tank.
Bajamos lo antes posible, sorprendidos por el grito. Ironía: al final, Delmet se acabó cayendo del árbol. Fue desde una rama baja, así que no le pasó nada. Podría haber sido peor si no le hubiera salvado en su primera caída.
Mirta corrió a abrazarle con lágrimas en los ojos, aliviada de que estuviera bien. Creo que estaba exagerando un poco...
Tank no parecía muy contento con nosotros.
-¿Quién ha dicho que podáis subiros al árbol como si nada? ¡No quiero ni que os acerquéis a él! ¡Esta tarde os quiero a los dos justo en este mismo lugar!
Y bueno, esta era la razón por la que me encontraba esa tarde frente ala puerta de salida del edificio que daba al patio, junto a Delmet y no muy dispuesta a recorrer a trote todo el exterior de la academia.

Sabía que Delmet me traería problemas. Bueno, ese chico es una caja de sorpresas, predecible peo sorprendente. Puede que me sorprenda otra vez durante el castigo. Espero que sea para bien.

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