El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

20 feb 2015

81. Con una amplia sonrisa

¿Quién no ha pasado alguna vez por una época de exámenes durante sus años como estudiante? 
Qué filosófica estoy hoy... Voy a tener que dormirme pronto antes de que me ponga peor. ¿Dónde estará mi cuerda?

Capítulo 81

Deslicé el bolígrafo entre mis dedos como si se tratase de una varita mágica. Una hoja de papel barata no estaba a la altura de mi escritura perfecta: mis trazos, mi caligrafía...

Por poco no agujereo el papel de escribir tan fuerte. Estaba emocionada: ¡con mis textos se podría hacer hasta un libro!

Girando la muñeca frenéticamente, apunté mi frase final. Reorganicé las hojas escritas, les di dos golpecitos contra la mesa y entregué el examen.

La campana acababa de sonar.

¿Habéis sentido alguna vez esa extraña sensación de creer que sois un héroe nacional y que merecéis una medalla? Delmet la tiene a todas horas. Yo la experimenté en ese momento.

Salí por la puerta con aire de triunfo, paso firme, cabeza alta y espalda recta. Un halo de luz invisible me envolvía: era invencible. Di mis primeros pasos al exterior, saboreando mi victoria...

Y caí derrumbada, con la espalda sobre una pared y los ojos en blanco. Madre mía, qué dolor de cabeza...

Una personita curiosa se asomó por el hueco de la puerta. Sus enormes ojos grises se dirigieron a mí.

-Te ha salido fenomenal el examen, ¿verdad, capi? -preguntó Mia-. ¿Demasiado bien?


El día había sido agotador, pero aún no había terminado: el famoso partido de fútbol sería dentro de un par de horas y había que exprimir la tarde al máximo.

Teníamos que ganar. Los miembros de mi equipo estaban trabajando muy duro y necesitaban que se les diera una alegría. Algunos habían acabado la semana muy agobiados -como Mirta, aunque ella no tuviera razón alguna para estarlo, pues sus notas eran impecables y todo le salía bien. Daba hasta envidia.

Al que más le costaba seguir el ritmo de la academia era a Bobby. Era el que más tardaba en todo: escribiendo, corriendo, reaccionando... En el examen que habíamos tenido por la mañana había partido dos bolígrafos por la mitad mientras escribía -sí, increíble- y, para colmo, poco después le había dado un ataque de rabia que le había durado diez minutos interminables para nosotros. Delmet había intentado calmarlo, pero casi había acabado mal con sus interminables intentos. Al menos Etsu había podido inmovilizarlo antes de que pudiera hacer alguna tontería.

Me sabía mal verlo tan frustrado y bajo de ánimos, así que había decidido no sacarlo a entrenar hasta pasado un buen rato. Se lo veía desubicado, como si sintiera que no pertenecía a Golden Podium.

Teck, en cambio, disfrutaba de lo lindo de cada entrenamiento. El único problema que tenía era que no pasaba el balón cuando tenía que pasarlo. Ni que fuera el único existente en el equipo...

Qué remedio, era muy bueno. El papel de atacante le iba que ni pintado, al igual que a Jetwick, mientras Delmet encajaba mejor en la defensa (por ser tan cabezota y ponerse siempre en medio en el juego, con perdón). Etsu había sido mucho más difícil de colocar: servía para ambas cosas y no me decidía por ponerlo en una posición fija.

Las chicas por lo general general hacían un poco de todo, pero teníamos que acabar con la manía que tenía Mirta de pedir disculpas cada vez que le robaba a alguien el balón. Para colmo, cada vez que alguien mencionaba la palabra "robar", Mia se acercaba con curiosidad y exclamaba en voz alta: ¿Robar? ¡Robar está mal!

Aparte de tener fallos tan tontos como aquellos, me manejaba estupendamente con mi equipo para estar pasando bajo tanta presión. El equipo H-45 también parecía cansado, pero nos respaldaba como ninguno.

Nos habíamos reunido antes en una especie de círculo para presentarnos y sólo me había quedado con los rasgos característicos de cada uno; es decir, que seguía sin saber mucho de ellos, pero parecían apañados.

Por lo menos conocía de antes a Tornado y a Zenas. También sabía que Tael y Yureka eran de los que tenían las ideas más claras a la hora de actuar, aun con formas muy distintas de pensar. Aparte, teníamos una chica que se volvía hiperactiva con los dulces, a un chico japonés -sin aparentar serlo- que se llevaba medio bien con Etsu (lo cual era estupendo menos porque hablaban en japonés entre ellos y eso me ponía un poco nerviosa al no enterarme), a un chico jamaicano y a una pelirroja bastante adorable y vivaracha. Ocho en total, uno menos que nosotros.

Eso sí, en excéntrico nadie ganaba a mi equipo, como de costumbre.

El plan de entrenamiento era el siguiente: habíamos puesto varios conos en el campo, cerca del área de la portería, y teníamos que movernos entre ellos en zigzag y tratar de marcar gol; lo básico. Puse a Bobby de portero porque me pareció que haría un buen papel ahí y quería animarlo a que participara, pero tuve que cambiarlo en seguida por su falta de reflejos. En su lugar puse a Mia, que no dejaba pasar una, y Bobby volvió a estar al margen.ç

Hicimos una pausa. Zenas y yo nos acercamos a hablar sobre nuestros entrenadores, los que mandaban. Ambos adultos estaban de acuerdo con la unión de nuestros equipos y parecían contentos con ella. Habrían acudido sin falta al entrenamiento, pero Steve no podía venir y Tania había tenido que quedarse con él un rato. Llegaría un poco más tarde, pero acabaría viniendo.

Claro, Steve aún no se había recuperado de su tremendo resfriado. Un hombre delicado en toda regla.

Miré la hora. Se estaba haciendo tarde.

-¡Equipos, atended un momento! -grité-. Tania Tyler está a punto de llegar. Hasta entonces, ¿qué tal si practicamos un poco el asunto de las posiciones y jugamos un partido de prueba?

No sé por qué, todos interpretaron que la pregunta era retórica. El caso fue que nadie me contestó, pero que todos siguieron mi sugerencia como una orden.

Mezclamos los equipos H-45 y F-06 y nos dividimos en otros dos. Vaya, éramos impares.

-¿Alguien al banquillo? -sugirió Teck dándose aires de superioridad.

-Ni en broma -repliqué-. Somos un equipo y vamos a seguir siéndolo, ya seamos pares o no. No podemos dejar a uno solo. ¿Qué tal si te vas al equipo contrario? Son menos, y como dices ser tan bueno...

Teck siguió mis órdenes al pie de la letra, dejando ver que se creía tan bueno como decía ser. Fantasma.

Empezamos a jugar. Teck se hizo en seguida con la posesión del balón, acercándose a portería en cuanto tuvo la oportunidad. Traté de bloquearle el paso, pero él me esquivó sin problemas.

Chutó, pero ya no tenía el balón; el objeto había desaparecido.

Jetwick se lo había arrebatado sin ser visto. Tras esto, mi amigo y compañero se dejó atrás al resto del equipo en sólo unos segundos y le pasó el balón a Zenas. Éste se lo envió a Tael, quien lo dirigió hacia Tornado y esperó a recibirlo de nuevo: una muralla. Tornado chutó a portería, pero Mia detuvo el balón con las palmas de las manos.

¡Muy buena! El tiro había sido muy potente, pero no había entrado.

-¡Una jugada genial! Vamos a descansar un po... -me detuve. Mia estaba lloriqueando.

-¡Palo, palo, palo! -gemía mientras corría hacia mí sacudiendo las manos.

-¿Palo? ¡Ha ido directa a portería y tú la has parado!

-¡Mentira, que ha sido un rebote! ¡Qué bruto! ¡Se ha oído chin!

 ¿Chin? ¿Eso había oído Mia? 

Tornado corrió en seguida a disculparse por chutar tan fuerte. Me aparté para no interrumpir, quedándome en un lado del campo mientras se acercaban todos a la portería para curiosear.

-¿Eria? ¿Puedo... hacerte una pregunta?

Qué susto. Era Bobby; ni lo había oído acercarse. Vaya, seguía igual de apagado.

-Claro, lo que quieras -le sonreí. Tenía que ser agradable con él; quería animarlo.

Él carraspeó con nerviosismo.

-Vale, allá va: ¿tu crees que sirve de algo que esté en el equipo F-06 ocupando una plaza que podría ser de otro?

No sé a quién le dolió más la pregunta, si a él o a mí. ¿Me estaba diciendo que quería ser sustituido?
Mientras a lo lejos se oía el jaleo que formaban los del equipo, entre nosotros se había creado un silencio abrumador.

-Ni se te ocurra volver a hacer una pregunta tan absurda. Nunca más -repliqué enojada.
Miré hacia los otros. La luz de la tarde le daba al campo un toque anaranjado brillante bastante bonito. Demasiado nostálgico.

Bobby volvió a intervenir. Me esperaba lo peor.

-Te lo digo de subordinado a capitana: quieres ganar, ¿verdad? ¿Y cómo crees que vas a ganar teniendo a un jugador como yo dentro del equipo? ¿No sería mejor... acabar ya con el problema? -la voz se le quebraba.

-¿Problema?¿Subordinado? -me indigné-. Bobby, entérate de una vez, no eres mi subordinado. Eres mi compañero de equipo, y a un compañero no se lo sustituye. ¿Entendido?

Silencio. Sólo se oía el rumor de la brisa que se acababa de levantar. El murmullo de las voces de los demás nos afectaba en absoluto.

Me di la vuelta. Cómo odiaba la escena. Me hacía sentir fatal.


-Tania debe estar ya a punto de llegar -dije sin esperar su respuesta-. Por lo menos sonríe, ¿quieres? Estamos todos agotados para andarnos con tonterías, y por lo que sé... eres el único del equipo que puede contagiar su sonrisa en momentos como éste.


Eso dicen que la esperanza es lo último que se pierde. ¿Significa eso que quien la pierde lo ha perdido ya todo? ¡Puede ser!
Espero que esta mala racha no dure demasiado tiempo...

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