El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

11 sept 2015

88. Efecto final

Tal y como prometimos, ¡hemos vuelto!
¿Listos para saber el final del partido?

Capítulo 88

¡Al final sí que tenían lo que yo buscaba!

La intención era pedir que se llevaran a Bobby en camilla. ¡Sí, habéis leído bien! Arrastrarlo por el césped era una idea lamentable y para eso estaban las camillas, ¿no?

Aunque Bobby aún seguía algo aturdido, al notar que se lo llevaban sonrió satisfecho.

-¡Mola! Nunca me habría imaginado que me llevarían a dar un paseo de esta manera -pensó en voz alta-. Voy a contratar una de estas cosas para ir a clase todos los días.
Reí y me despedí de él con la mano. Él, esforzándose lo mínimo por levantar el brazo, me devolvió el gesto. Un poco más y se quedaba allí tomando el sol a cuerpo de rey...

En cuanto vio el panorama, Mirta se me acercó corriendo. Su cara era un poema. Seguro que venía a rogarme explicaciones inmediatas. ¡Parecía que le fuera a dar algo!

-¡Sólo es un esguince! -la tranquilicé con una sonrisa-. Además, aunque la caída ha sido brusca, seguro que no es grave. ¡Te lo digo yo, que lo he visto caer!

-¡Espero que tengas razón! -espiró profundamente. No parecía más tranquila.

-Mirta, cálmate; estoy segura de que si Bobby te viera tan preocupada por él te lo agradecería un montón, pero lo mejor que le podrías ofrecer es una de esas sonrisas tuyas tan...

“Encantadoras, perfectas y fáciles de envidiar por cualquiera”, me faltó decir. ¿Envidia o admiración?

-Lo entiendo -bajó la cabeza para después subirla. Ahora sí que estaba sonriendo de verdad.

-¡CHICOS! ¡Venid aquí ahora mismo, esto es importante! -nos interrumpió un grito.
Mirta y yo nos apresuramos al banquillo. Una vez allí, varios miembros del equipo se agolparon a nuestro alrededor para preguntarnos por Bobby; fue un alivio poder darles buenas noticias.

-¿Estoy oyendo que Bobby tiene un esguince que no parece grave? -se hizo notar Tania, la autora del grito que nos había convocado-. ¡Bueno es saberlo! Pero nos toca volver a la cruda realidad: los resultados del partido.

Todos resoplamos a la vez. La tensión ahora era palpable, y el corazón me golpeaba el pecho con violencia.

Miré al equipo de Ridley por encima del hombro. Por suerte, tampoco parecía demasiado contento... También trataba de espiarnos mirando por encima de su hombro. Ambos bajamos la cabeza al encontrarnos con los ojos del otro, no sin antes habernos dedicado mutuamente una mirada fulminante.

-Equipo, como ya sabréis, durante este partido, el número de faltas que se han cometido ha sido... ¡ESCANDALOSO! ¡Fuera de lo normal! Y, coincidiendo con lo que muchos habéis dicho, ¡INJUSTO! -exclamó Tania-. ¡Imaginad la que se acaba de armar por la maniobra de Bobby y Teck!

Al oír su nombre, el chico esbozó una sonrisa mientras se pasaba la mano por su pelo castaño para peinarse la cresta; no lo fueran a pillar mal...

-Nos han anulado un gol, se han admitido faltas bestiales... Está claro que el señor árbitro no está en su día.

-¡Ah, sí! -me di una palmada en la frente-. ¡El árbitro! ¿Quién es ese árbitro que lo está haciendo tan mal y que se pierde cada vez que lo busco? ¡De lo perdido que está, ni le he visto la cara! -resolpé.

-Pues, es... -Tania, con una mirada triste, negó con la cabeza y enfocó la mirada en un punto.

Me fijé en a quién miraba: un hombre rubio, afeminado y vestido de negro de la cabeza a los pies.

-No... ¿Él? ¿El gemelo de Steve? -recordé que Steve no estaba en condiciones-. ¡¿Theo Falls?! ¡Si es nuestro profesor de Historia!

-Sí, Theo Falls -afirmó Tania -.Un profesor estupendo, dicen... ¡Al menos tiene eso de bueno!

El hombre parecía tan feliz exagerando cada gesto que hacía... Qué lástima daba. Era mucho mejor profesor que árbitro, eso sin duda. No iba a poder mirarlo con los mismos ojos nunca más.

-¡En fin, a otra cosa mariposa! -lo ignoró Tania-. ¡ATENCIÓN! Tenemos, gracias a las meteduras de pata de Theo... ¡Un penalti de compensación! Nuestro director general, quien se ha buscado un hueco para ver el partido -Mia saltó de alegría al decir esto-, ha decidido que los dos equipos queden empatados y se decida a un ganador pasando directamente a los penaltis. Por supuesto, tendremos que seguir la normas que él ha dictado: conque, durante una ronda, un equipo quede por delante de otro, acabará el partido. ¡Basta conque en la primera tanda un equipo marque y otro no para que todo quede decidido!

¿En serio? ¡Tenía que ser una broma! ¿Cómo podíamos arriesgarnos tanto? ¿Y si Ridley...?

Sentí una extraña presión, como si algo me quemase por dentro. Estaba segura de que Ridley también podía notarla; precisamente, la sensación en sí significaba que cada uno de nosotros estaba maldiciendo al otro interiormente. Cómo odiaba seguir tan unida a él; casi podíamos leernos el pensamiento.

Tuve que volver a la realidad; Teck, ya se estaba adelantando a la portería contraria, sin avisarnos. ¿Otra vez con su ego por las nubes? Justo cuando parecía que se estaba empezando a comportar...

-¡Eh, eh, quieto ahí! -marché detrás de él, lo detuve y me lo llevé aparte-. ¿Qué crees que vas a hacer?

-¿Yo? -se encogió de hombros bajo mi mirada acusadora-. ¿Tú que crees? ¡Voy a marcar! ¡Si me lo ibas a pedir de todos modos!

Tenía que reconocer que eso último era cierto, pero tampoco iba a darle tregua sólo por eso.

-Exacto, a marcar. ¡Sólo a marcar! -lo sujeté por los hombros-. No intentes nada raro, que te conozco.

-¿Raro? ¿Como qué?

-Veamos... ¡Todo tipo de pinitos pueden llamarse “cosas raras”! Nada de pinitos. ¿Entendido?

-Eh, claro. De todos modos, es lo que iba a hacer: evitarlos... -puso los ojos en blanco. 

¡Mentía! De hecho, estaba segura de que, antes de que le llegara mi advertencia, Teck tenía pensado marcar “a su manera”. Menos mal que le había avisado...

-Teck, que se te nota en la cara. Da igual; voy a ponerte un ejemplo. Esto... -pensé en una situación cualquiera-. Imagina que tuviera que utilizar mi habilidad para saltar un abismo de KILÓMETROS de profundidad; ¿Qué crees que haría: saltar directamente o fijarme en los giros que hago en el aire por si alguien me está mirando?

-Siempre giras en el aire -masculló, ignorándome-. Y pareces mi madre...

-Eh, que te he oído.

Teck resopló. Sería terco... Ni me estaba escuchando.

-¿Qué se supone que estoy haciendo? Estoy perdiendo el tiempo contigo. Anda, ve, pero no pretendas "conquistar a Mirta" si me ignoras y fallas el tiro.

Y, sin más dilación, Teck se fue. Esperaba que por lo menos le hubiese afectado lo último que había dicho.

Los que estábamos jugando nos acercamos. Crucé los dedos; la portera era Mystery, así que la llevábamos clara. Teck tomó carrerilla, inspiró y chutó sin añadir ningún toque suyo. ¡Me había hecho caso!

Mystery, a la velocidad del rayo, se materializó delante de la bola. Iba a ser una parada limpia...

¡Pero no! La pelota, como por arte de magia, esquivó la mano de la chica y cayó en picado tras la línea. ¡Gol!

¿Cómo lo había hecho? ¡Había engañado a la propia Mystery! ¡Seguro que era un tiro con efecto!

La portera sonreía levemente, admitiendo que la habíamos pillado con un levantamiento de cejas.

-Conque no querías que intentase nada raro, ¿eh? -se me acercó Teck guiñando un ojo. Yo reí y dejé que los demás del equipo se le lanzaran encima para felicitarle. No lo dejaban ni respirar.

Tenía que confesar que su maniobra me había gustado y que estaba satisfecha de que hubiera usado la cabeza, pero aún nos quedaba cubrir un tiro más si queríamos ganar.

Rex chutaba y el portero iba a ser Etsu. No había que confiarse: Rex tenía mucha fuerza. Chutó tan fuerte que pude notar la brisa que levantó el balón en plena cara.

Etsu no se movió. Extendió la mano con un paso al frente para calcular las distancias y, a continuación, dio una patada en el aire que hizo que la pelota cayera en picado. Qué elegancia, qué maestría...

Ni traspasó la línea. ¡Parada!

No podía creerlo. El partido había llegado a su fin... y habíamos ganado.


Aviso: ¡tenemos book trailer (https://www.youtube.com/watch?v=J6cJ_Zyc2cg) y un especial preparado para este año! ¡Espero que estéis preparados para ello!

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