El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

25 abr 2013

10. Éste es mi nombre

Un día antes, aquí estamos. El próximo día será al revés: subiremos capítulos algo más tarde.
Una cosa: ¿Nunca os habéis preguntado por qué aparezco a veces como Eria y otras como Nereida? Creo que ahora lo vais a comprender...

¡Ya era hora de que pasara algo especial en los capítulos! Atentos:


Capítulo 10

Me había quedado dormida, dormida contra mi voluntad; no quería volver a dormirme. 

¿Por qué? Acababa de tener el mismo sueño de la noche anterior pero con mucha menos nitidez, como si no parase de interrumpirse. Eso no era descansar; era buscarse un dolor de cabeza para el resto del día.

¿Me había movido mucho durmiendo? Ya no estaba tumbada en horizontal, sino en vertical... ¿o acaso me HABÍAN movido?

Me di cuenta de algo más: la tapicería del coche era distinta.

-Tío, ¿Cuándo hemos cambiado de coche?

Pero no fue mi tío el que me respondió.

-Nuestra cliente se ha despertado -escuché a modo de respuesta.

Di un brinco. El los asientos del conductor y del acompañante había dos hombres altísimos y musculosos, con esmoquin y gafas de sol, como salidos de una película. Mi tío no estaba.

Me asusté. ¿Eran aquellos... secuestradores? ¿Solían llamar los secuestradores clientes a sus rehenes? 

Si hubiera tenido ocasión, habría saltado del asiento. No pude: el cinturón de seguridad no se podía soltar de forma manual. Parecía automático.

Di unos gritos intentando soltarme, pero ambos me ignoraron. Al rato decidí parar: había intentado hasta romper el cinturón con los dientes, pero no había forma. Ni siquiera podía salirme por debajo, estaba atada demasiado fuerte. 

Entonces el conductor se dirigió al copiloto:

-Es una reacción normal teniendo en cuenta que ignora por completo el asunto.

-¿Qué andáis ocultándome? ¿Por qué estoy aquí? -les grité, armándome de valor.

-No se preocupe. Debe confiar en nosotros. Su tío la acaba de dejar a nuestro cargo.

Se me secaba la garganta. Mi tío. ¿Dónde estaba mi tío? Ni siquiera le había dicho adiós...

Entonces me acordé. Tan rápido como pude, saqué de mi bolsillo el móvil nuevo de mi tío. Lo encendí. Me costó un poco, pero conseguí ver que tenía un nuevo mensaje suyo:

Siento no haber podido despedirme. Los hombres que van contigo te llevarán el resto del camino. Llámame cuando puedas.

No mentían. Tenía que confiar en ellos, ¿pero quiénes eran ELLOS?

-Esto... Y entonces sois...?- Les pregunté extrañada.

-Guardaespaldas. Encargados de la protección de datos. Ocultamos identidades y datos personales.

¿Guardaespaldas para mi sola? ¿Me había despertado de verdad?

- Y... ¿Adónde me lleváis? -era una pregunta que me había tenido toda la mañana intrigada.

El copiloto giró la cabeza y dijo:

-A Golden Podium.

-¿Qué?

-Golden Podium -repitió-. Academia de formación profesional. Cazamos jóvenes talentos y los entrenamos para el futuro. Como comprenderá usted, esta empresa hace una gran suma de dinero por su actividad, por lo que el acceso es gratuito para cualquier talento.

-Pero... ¿De qué clase de formación profesional estamos hablando?

-Academia deportiva. Su habilidad con la gimnasia acrobática enseguida nos llamó la atención.

Todo iba encajando. Me acordaba de la voz de mi tío, que me decía: Te va a encantar... Esta es la mayor oportunidad que vas a recibir en tu vida. Aprovéchala.

Estaba triste, pero se me iba iluminando la cara con una sonrisa. Mi tío me decía que me iba a ir bien. 

Entonces tenía que irme bien. No cabía ni la menor duda.

-Es decir, que sois mis guardaespaldas personales y me lleváis a una academia de deportistas facilitándome información que en teoría es confidencial, ¿no es así?

-Corrección: Somos los guardaespaldas de Golden Podium, no privados. Nuestra misión (por ahora) es simplemente conducirla hasta la academia. No le estamos facilitando datos, sino informando de la situación, como haríamos con cualquier otro alumno.

-Ah, eso tiene mucho más sentido.

-Fue su tío el que la dejó en nuestras manos sin ningún conocimiento sobre la escuela, así que nuestro deber es informarle. Ya se han dado varios casos como este, pero la mayoría de nuestras incorporaciones conocen la situación a la que se enfrentan.

-¿Y por qué iba a ocultarme nada? -"¿por mi madre?" pensé.

-Ignoramos por completo el motivo principal. Aun así, su tío nos ha hablado muy bien de usted; no se podía esperar menos de la descendiente de tal alumno como nuestro casi perfecto Nels, el llamado “Aéreo”...

Di un brinco. Ese era mi abuelo.

-Pero Nels está muerto -respondí, puede que siendo demasiado directa.

-Fue una auténtica lástima que sufriera tal accidente durante nuestro último campeonato, justo cuando estaba a punto de concluir...

¡¿Había dicho NUESTRO campeonato?! Ya está. Iba justamente al sitio donde se había matado mi abuelo. Estaba nerviosa. Miré por la ventana, que estaba teñida de negro. El cristal era oscuro.

-Pero no tiene de qué preocuparse. Nuestra misión es entrenarla para que esté preparada el año de la competición, que se celebrará justo unos días antes de su graduación. Todavía estamos a principio de 
curso... 

Me sentí un poco mejor, más relajada.

-Además, se trataba de una especie de gira por todo el mundo, por lo que el lugar en el que Nels se encontró cara a cara con la muerte se sitúa a gran distancia de la academia.

Ahora aún mejor. Traté de no pensar en ese supuesto campeonato.

No me lo creía... iba a empezar de nuevo en un sitio en el que podría encajar. Era una nueva oportunidad, tal como decía mi tío, pero había algo que me echaba hacia atrás, un elemento del que no estaba segura del todo. Quizás era el accidente de mi abuelo, mis sueños raros... ni idea.

El estado de duda me hizo pensar en mi madre. Supongo que por eso yo no sabía nada sobre la academia: mi madre en la vida me habría dejado acercarme a ese sitio del que ni siquiera me fiaba del todo. Al fin y al cabo, su padre había muerto al pertenecer a él. Todo este plan debía ser cosa de mi tío, para que nadie más se enterase. Él sabría lo que hacía.

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad?”

Tenía que confiar en que nada podía salir mal. Si mi abuelo había ido, yo también iría. Acabaría ganando lo que él no pudo terminar y haría feliz a mi tío. Haría volver a mi padre. Haría que mi madre acabase de una vez confiando en mí. Tenía que conseguirlo, por ellos y por mi propio orgullo.

-Una última cosa acerca de la protección de datos.

Volví la cabeza. Me estaban hablando.

-Las normas nos obligan a ocultar tanto la localización de la academia como los datos personales de los alumnos. Una vez que se encuentre allí, le estará prohibido facilitar sus datos más personales a cualquiera; tampoco podrá decir su nombre real durante el primer año. ¿Entendido?

-Sí, bueno... un momento, ¿El nombre real? Entonces, ¿Cómo me llamarán los otros?

Los otros. Ahora que caía, tenía muchísima curiosidad por saber cómo serían. ¿Buenos? ¿Cualificados?

-Hasta ahí queríamos llegar. Una vez allí, en vez de su nombre real, usará un alias que quedará registrado junto a él.

-Y... ¿Cuál es mi alias?

-El propio alumno es el que se encarga de esta tarea: creará su propio alias.

Completa felicidad. ¿Entonces... podía ponerme el nombre que YO quisiera? ¡Perfecto! ¡Adiós a mi antiguo nombre raro! Justo cuando empecé a darle vueltas a la cabeza, me quedé en blanco. ¿Qué nombre debería elegir? ¿Algo que ver con mi sudadera azul? ¿Un anagrama de mi nombre? Escogí tres vocales y las combiné un par de veces con consonantes. Cuando me iba a dar por vencida, las vocales encajaron. Le di la vuelta al resultado: irónicamente, uno de los cuatro elementos. El apellido lo tenia claro. Perfecto.

-¿Ya se ha decidido? -preguntó un guardaespaldas.

-Por supuesto -y, entonces, le dije mi nombre.

Se acabaron las bromas sobre mi nombre de nacimiento y las caras de sorpresa de otros al escucharlo. Adiós a que mi nombre no pegase conmigo. Adiós también tratar de acostumbrarse a una rutina que no llevaba a ninguna parte. A partir de ese momento comenzaba una vida nueva para mí, una vida en la que pasaría de ser la última a ser la primera de la cola. Una vida en la que todos me conocerían por el que era MI nombre, el que yo había decidido que me representaría.

-Mi nombre es Eria. Soy Eria Jumps.


Así fue como nació mi nombre.

Eria es el nombre que yo misma elegí. El que me marca de verdad.

Por cierto, Junie ha creado una nueva página para escribir "el verdadero comienzo de la historia". Espero que algunos la visiten, sólo por curiosidad.
¡Nos vemos el próximo fin de semana!

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