El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

17 may 2013

13. ¡Dejad de mirarme!


Junie está medio dormida, así que voy a intentar acabar lo más rápido que pueda.
¡Lo siento! Además, estamos a mes impar, lo que significa... bueno, ya lo explicaré con el tiempo. ¡Vamos allá!

Capítulo 13
Repito: ¿por qué no dejaban de mirarme?
Acabé siendo el centro de atención nada más entrar en clase. Todo el mundo me miraba. Seguían mirándome. Intimidaba bastante.
Solo había seis personas, pero ESAS personas eran las que iban a estar conmigo durante todo el curso y seguramente ya eran casi profesionales.
Iba a saludarles, pero tuve que mirar al suelo para no tropezar con una silla. No es frecuente en mí ir tropezándome con cosas, para que os imaginéis cómo me sentía.
Casi todos los asientos estaban ocupados. Decidí sentarme en un hueco libre en segunda fila.
Pero, en cuanto me senté volví a tener esa sensación: la misma que tuve mientras deshacía las maletas.
Giré la cabeza y, efectivamente, allí estaba: la misma chica. Se parecía todavía más a mi hermana pequeña de cerca. Hasta sonreía de la misma forma.
Me interrumpió antes de que pudiera hablar.
-...
-¡¡¡Nomelopuedocreernomelopuedocreer!!! ¡Eres la más mejor de las mejores! ¡Te conozco! ¡Tú fuiste aquella de lo de... eso! ¡Genial! ¡Chachi!
Eh, no entendía nada. Mi hermana también hablaba así, pero ella tenía seis años, no mi edad.
¿Qué le pasaba? No, por favor, más gente rara no...
Ya os podéis imaginar lo que pensé en aquel momento: que estaba loca y que no era demasiado lista. No sabéis lo equivocada que estaba.
-¡Yo también quiero tirarme por una ventana cuando sea mayor!
¿Co- cómo lo sabía? ¿Realmente nos conocíamos? ¿Me había estado espiando?
-¡Tal y como dice el archivo de papi! ¡Es estupendo! -me leyó la mente.
-Esto... ¿tu padre?- dije, con algo de miedo (lo reconozco, le tenía miedo)-. ¿Y quién es tu padre, si se puede saber?
Escuché una risa suave a mis espaldas. Era otra chica: pelo castaño oscuro, ojos verdes y piel de un moreno como el que tienen los turistas. Su ropa era simple: un vestido veraniego verde lima, botas amarillas de agua y unas enormes gafas de sol blancas sobre la cabeza. Era guapa (muy guapa), con un estilo sencillo y natural. La primera impresión que tuve de ella fue muy buena. Se acercó y me susurró al oído:
-¡Cuidado con ella! ¡Es la hija del director general!
¡Claro, ahora cuadraba todo! Esa chica debía tener acceso a la información que recopilaba su padre. ¿Pero... tanto sabían de mí? ¿Eran los hombres de chaqueta los que me había estado investigando? Sí, debían ser ELLOS los que le habían proporcionado toda clase de información al director.
-¡El director?¿Te refieres a... un tipo al que he ido a visitar antes, un tal... Morrison? -le pregunté a la chica con aspecto de ser más sensata, la de las gafas de sol.
-¡No, ese es el director de nuestro curso! Me refiero al director que lo controla todo sobre la academia. Ese es su padre.
-¿Todos esos datos tienen sobre mí? La verdad, no me lo esperaba.
-¡No sabes la cantidad de datos que tienen sobre nosotros! Pero no tienes por qué preocuparte. ¡Están a salvo!
Solo con que lo dijera ella ya me sentía algo más segura. Mientras tanto, la otra chica... se me había quedado mirando con una sonrisa soñadora. De pronto, ésta dejó la mirada perdida. Luego miró al techo y murmuró algunas palabras sueltas. Creo que, de nuevo, estaba tarareando algo.
La chica de las gafas y yo fuimos al fondo de la clase a hablar. Mira, ya tenía a alguien con quien hablar: no era un mal comienzo.
-¿Qué le pasa?- pregunté, refiriéndome a la chica de las coletas.
-Ah, no te preocupes por ella. ¿Sabes una cosa? ¡Dicen que en el fondo es muy inteligente!
-No sé si creerlo, la verdad...
-Ya, es difícil de creer, pero a veces tiene cada cosa... yo creo que, en el fondo, actúa así por diversión. ¡Eso diría mucho sobre ella!
Ya no sabía lo que pensar. ¡Menudo misterio! Estaba completamente confundida.
De pronto, mi compañera se llevó con delicadeza la mano a la frente, como si acabase de recordar algo.
-¡Ah, lo siento mucho! -exclamó-. ¡No me he presentado! ¡Menudo fallo!
-No te preocupes -le contesté, mientras me señalaba a mí misma con el dedo- de todas formas, yo tampoco lo he hecho.
La chica sonrió. Me tendió la mano.
-Soy Mirta, Mirta Sunshine. La otra chica es Mia Blossom, por cierto.
Le di la mano. Mia y Mirta... ambos nombres eran demasiado parecidos. Necesitaba una regla nemotécnica...
-Soy Ne... Eria. Eria Jumps.
-¿Neria Jumps?
-No, Solo Eria. Casi me confundo.
-¡Ah, claro! Te debe de costar bastante acostumbrarte a tu nuevo nombre. Eso nos pasa un poco a todos al principio.
-Entonces... ¿Todos tenemos que usar nombres falsos?
-Sí, esto está completamente vigilado. Es para proteger nuestros datos y otras cosas, se supone. El nombre que has elegido es también por el que te vas a dar a conocer. Aunque no creo que pase nada si se te escapa tu nombre real alguna vez: los hombres de esmoquin exageran un poco algunas veces con temas sobre seguridad. ¡Recuerdo que, en uno de los primeros días, Del casi dice el nombre real de otro para presentarse! -sonrió con dulzura.
-Esto... ¿Quien es Del?
-¡Ah! Esto... -miró hacia ambos lados, pero no pareció encontrar a quién buscaba- está fuera, pero ya lo conocerás. ¡Verás que bien te llevas con él y con el resto!
-Hay muchísima gente en la academia, demasiada incluso...
-Lo sé, pero poco a poco... Por cierto, perdona mi curiosidad, pero ¿cómo has llegado? El medio de transporte suele sorprender la mayoría de las veces. Yo tuve que viajar en crucero y en helicóptero.
-¡Menudo viaje tuviste que pasar! Yo... en un coche con los cristales negros... y en moto. Nos ha perseguido la policía por pasar el límite de velocidad.
-¡Increíble! Y, por supuesto, no fueron capaces de alcanzaros.
-No, la verdad es que no.
No sé si Mirta lo sabía, pero Mia se había detenido a poca distancia de nosotras para escuchar y lanzar suspiros.
-El viaje de llegada suele ser bastante movido -dijo-. Podrías contarme más detalles luego.
La puerta se abrió y Mirta fue a sentarse en un pupitre de la tercera fila. Como no me apetecía demasiado tener a Mia como compañera de al lado, me cambié a primera fila. Ese asiento y el de al lado eran los únicos que estaban libres. Detrás estaba  Mia y, en el que iba a ser mi sitio, un chico asiático con unas gafas redondas sobre los ojos. Yo iba sola, pero mejor sola que mal acompañada...
Escuché murmullos a mis espaldas. Decían: “¡Es ella!” “¿La recuerdas?” “No me lo creo...”.
Giré un poco la cabeza, pero me di cuenta de que ya no estaban hablando de mí.
Hablaban sobre la profesora que acababa de entrar.

¿Quién entró? Os toca esperar...
Tengo que aprovechar. Los días impares paso unas noches un tanto raras, pero no voy a explicarlo ahora...
¡Hasta la semana que viene, gente prodigiosa que se atreve a leer el blog! ;D

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