El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

29 nov 2013

40. ¿Rival o compañero?

Quedaban unas horas para batirme con Delmet en el famoso "Duelo Meta". Tenía que elegir algo que se me diera mucho mejor mejor que a él para tener ventaja. ¿Qué debía hacer?

Capítulo 40
Si me hubiera acordado de que teníamos Práctica y Exterior después del descanso, me habría pasado la hora de Cultura durmiendo unos minutos más para estar más descansada, como Bobby.
Jo se alegró de volver a vernos (y los chicos presentes se alegraron devolver a ver a Jo). La clase de Práctica consistía, sobre todo, en entrenar. Correr, saltar y depender de los reflejos; así era la asignatura.
Estas clases no se hacían en el Estadio Central, sino en la parte de atrás de la academia. Estábamos en el principio de un pequeño bosque, en el que se habían excavado algunos senderos y se habían puesto señales. ¿Y para qué digo pequeño? ¡Si ni sabíamos dónde acababa!
Lo más interesante es que entrenábamos de una forma... no muy común en el mundillo del deporte.
-Chicos,en cuanto se active la máquina, ¡Esquivad el mayor número de pelotas de tenis posible!
-¡Espero que podáis saltar por encima de esta cuerda!
-No quiero lesiones, así que mejor estad atentos al atravesar este hoyo...
Aunque una parte del terreno se había dejado plana, el resto era bastante irregular. Cansaba bastante eso de tener que correr en cuesta e ir saltando a los sitios. Y yo me quejaba de que Idiomas era una clase agotadora...
Cada vez que Delmet pasaba por mi lado, me recordaba lo mismo:
-¡Y que no se te olvide lo de esta tarde!
-No te preocupes, ya es la enésima vez que me lo dices. Así cualquiera se olvida.
-¡Y las veces que me queda por recordártelo! Por cierto, ¡Que no se te olvide...!
-¡Vale, ya está! ¡Lo recordaré! -y él se marchaba con una sonrisa radiante.
Creo que Delmet debió de tomarme por su rival desde aquel momento en el que intenté hacerlo callar diciendo que al equipo había que ganárselo. Por ejemplo, en el ejercicio de comba se acercó todo lo que pudo a mí e intentó superar mi ritmo. No lo consiguió; como se me da bien saltar tanto en horizontal como en vertical, llevaba un ritmo bastante ligero. En cuanto se cansó, se le enredaron los pies con la cuerda y cayó de bruces contra el suelo.
Mirta corrió a socorrerle mientras yo me quedaba mirando. Era obvio que no podía hacerse daño con ese casco gigantesco.
¿Cuál sería su habilidad? Era un chico atlético en general, pero no parecía tener ningún punto fuerte. Tenía que pensarme bien en qué lo quería retar: tenía que ser algo en lo que pudiera ganarle fácilmente. Supongo que se le daría bien el fútbol americano, aunque su casco era diferente al que se usaba en ese deporte.
No paramos de movernos en toda la clase. Los ejercicios estaban relacionados unos con otros, así que los hicimos todos seguidos y casi sin detenernos, escuchando las indicaciones de cada uno sobre la marcha.
Por suerte me recuperé rápido, pero no lo suficiente: La clase de Práctica, la de Tank, iba justo después.
Los primeros diez minutos, Tank nos estuvo explicando entre gruñidos y amenazas algo sobre la asignatura. Etsu me tradujo todo lo que decía más tarde; así pude saber que, a diferencia de la clase de Exterior, en Práctica se trabajaban gestos concretos de deportes, no movimientos.
Comenzamos por deportes como el fútbol, el baloncesto y el béisbol, practicando pases y tiros. Recuerdo que, en fútbol, Tank tuvo que dedicarle una mirada asesina a Teck para que "dejase de hacer tonterías con el balón". Desde esa "pequeña" amenaza, Teck no molestó más en toda la clase.
Creo que la palabra favorita de Tank era "¡más ... !". Para él, ninguno hacíamos las cosas bien. Se pasó la hora entera corrigiéndonos para mal y, si te parabas, tenías que hacer el doble. Mia nos hizo un gran favor al intentar distraerlo en mitad de la clase. Un poco más y pierdo un pulmón por el camino.
Cuando paré, me di cuenta de que hasta me costaba mantenerme en pie. No estaba para duelos ni para nada. Delmet se hizo el duro, pero su jadeo lo delataba.
Cuando me enteré de que todavía nos quedaba una última clase, quise darme un tiro. 
Bobby ya estaba echado encima de la mesa cuando llegamos. Qué envidia, se dormía con una facilidad... Y, por otro lado, Etsu ya estaba en posición de empezar a tomar apuntes.
Ya iba yo a echarme también sobre la mesa cuando recordé que a mi lado estaba Delmet.
-¡Y que no se te olvide! -repitió mientras se dejaba caer sobre el asiento a mi lado.
La última clase, por lo menos, era la más interesante de todas: Competitividad. Y el profesor también me resultó el más interesante de todos: un hombre con esmoquin y gafas de sol, como los que rondaban por la academia. Se diferenciaba de los otros por su pajarita roja.
En la asignatura, lo que teníamos que estudiar eran las reglas de ciertos deportes y lo que se debe hacer en algunos casos. Podía ser una clase muy útil; era una forma de saber cómo conseguir puntos cima en diferentes situaciones y así tener más probabilidades de aparecer en la Sala Cima. Tenía que visitar esa sala alguna vez...
El profesor, cuyo nombre en clave era Zet None (que podría escribirse como Z-0), no hablaba mucho, pero escribía todo lo que quería decir en la pizarra con una letra clara y del tamaño perfecto. Así tuve a Delmet entretenido la mayoría del tiempo, leyendo todo lo que escribía. Era una forma de que no me recordase el Duelo Meta cadados por tres. No me libré de sentirme observada de vez en cuando tanto por él como por Mia, pero algo era algo.
No me había parado a pensarlo, pero ¿y si perdía el puesto de capitana en el Duelo? Estaba muy segura de poder ganar, pero todo estaba por ver. No sabía por qué, no quería dejar de ser capitana a pesar de no haber empezado todavía de verdad. Siempre podía ser subcapitana, pero no creía que fuese lo mismo. Además, Delmet me restregaría su victoria durante todo el curso. No, tenía que ganar.
El timbre sonó de golpe y sin avisar. Delmet se levantó antes que nadie, se dejó caer sobre mi mesa y me señaló con su dedo índice.
-...Y no tardes -añadió, antes de desaparecer por la puerta.
Y esa fue la última vez que lo vi antes de enfrentarnos aquella tarde.

No sé para qué se molesta tanto. Si es sólo un duelo...

También hay que tener en cuenta que podría dejar de ser capitana si fallo. ¿Debería tomarme todo esto más en serio?

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