Este
es el momento de ver el proyecto en el que estaban trabajando los
inventores del equipo...
Capítulo
46
Creía
haberme quedado dormida en Cultura. Menos mal que la tarde iba a ser
mucho más entretenida: ya era hora de que todos conociéramos el
secreto que Etsu y Teck nos habían estado ocultando.
Todos
fuimos muy puntuales, ya que llegamos justo a la hora y casi a la
vez. Teck y Etsu no tardaron mucho en abrir. Como siempre, fue Teck
quien nos dio la bienvenida.
Hizo
una reverencia y nos invitó a pasar con una amplia sonrisa.
-Te
va a encantar... -susurró cuando Mirta pasó por su lado, aunque
ella trató de ignorarlo.
La
habitación parecía bastante normal para pertenecer a esos dos. Se
veía claramente qué objetos pertenecían a cada uno: una
enciclopedia, unos altavoces, un judogui perfectamente doblado sobre
una cama, una caja de herramientas... Qué compañeros tan
diferentes.
Pasamos
al fondo mientras Teck se aseguraba de que la puerta estaba bien
cerrada. Etsu puso la palma de la mano en un punto de la pared y dijo
una palabra que no llegué a entender. Para mi sorpresa y la de
algunos más, la pared se abrió dejando un hueco con unas escaleras.
Con
Etsu delante y Teck detrás cerrando todas las puertas a nuestras
espaldas, fuimos descendiendo a un pequeño pasillo. Cada vez estaba
más oscuro. Etsu llevaba una linterna, así que no teníamos de qué
preocuparnos (eso sin contar con las telarañas, claro, que no
muerden. Además, no eran muy grandes).
La
siguiente sala después de un pequeño pasillo era una especie de
laboratorio con muchas piezas mecánicas sobre las mesas. Había
tanto objetos científicos como tecnológicos.
-Etsu
es el cerebro; Teck, la mecánica y la acción -me decía Bobby-.
Dime algo. Hay demasiado silencio...
Pero
yo no quería romper ese silencio. Me gustaba contemplar todos los
artefactos que había de por medio. Además, todos estaban muy
callados. Incluso Mia, quien se tapaba la boca con ambas manos.
Al
final de esa sala había una puerta más, metálica y cerrada a cal y
canto. En cuanto Etsu puso la mano sobre el pomo, se oyó un sonido
metálico. Él empujó la puerta, la que se abrió al instante.
-Lo
que inventan esos dos... ¿Te importaría distraerme un rato? -siguió
Bobby.
Pero
yo ya estaba maquinando algo. Si juntos eran capaces de construir ese
tipo de cosas, tal vez yo podría encargarles algo como capitana. Ya
me veía dando órdenes para que construyeran todo tipo de
artefactos, todo para las competiciones y para entrenarnos. Sería
increíble... ¿Por dónde debería empezar?
Habíamos
pasado a un pequeño garaje. Los últimos rayos de sol se colaban por
algunas partes del techo, así que ese lugar debía de estar
comunicado con el exterior.
Etsu
pulsó un botón de la pared y una última puerta, al final del
garaje, comenzó a abrirse. La luz dejó ver un objeto tapado con una
tela. Era bastante grande; no llegaba a los dos metros de altura,
pero seguro que el largo del objeto superaba esa medida. ¿Era un
vehículo? Debía ser un vehículo
Teck
se acercó y levantó un poco la tela por el extremo.
-¿Todos
listos para lo mejor? -preguntó como un presentador de televisión-.
¡Pues aquí está!
De
un tirón, Teck quitó la tela que cubría el misterioso invento.
Todos lo observamos detenidamente.
Era
una furgoneta antigua. Pensaba que ya no quedaban de esas.
Aunque
antigua, estaba como nueva, con unas letras en graffiti pintadas en
los laterales. No entendía muy bien las letras, creo que en francés,
pero la furgoneta en sí me había dejado maravillada. ¿De verdad
estaba en nuestro poder?
-¿A
que es preciosa? -dijo Teck dándole unos golpecitos.
-Hemos
conseguido hacerle unos ajustes para que el número de plazas sea
diez y ciertos mecanismos estén automatizados. También hemos
intercambiado el uso de llaves por un sensor táctil y de voz. El
volante, igualmente, ha experimentado ciertos cambios, así como las
marchas y demás -explicó Etsu.
-¡Y
ahora viene lo mejor! ¿Quién viene a dar una vuelta? -dijo Teck,
tocando la puerta de la furgoneta. Ésta se abrió automáticamente.
Pasamos
cuidadosamente al interior. Mia no; iba dando saltos y preguntando
para qué servía cada cosa.
Teck
conducía y Etsu era el copiloto. Mia y yo íbamos justo detrás.
Jetwick se sentó cerca, pero sin estar justo al lado.
-Mejor
que no toquéis nada, ¿Vale? -nos advirtió Teck.
-¡Anda!
¿Y para qué sirve el botón rojo? -preguntó Mia.
-¡NI
SE TE OCURRA PULSAR EL BOTÓN...!
Demasiado
tarde, Mia ya lo había pulsado. Aguanté la respiración, preparándome para lo peor...
Una
plataforma cerca de la guantera se desplegó, accionando
el posavasos. ¿Ya está?
El
mecanismo hizo que una foto que había en el salpicadero cayera al
suelo. Teck lanzó una exclamación en francés y se apresuró a
guardarla en la guantera. Qué curioso, pensaba que Teck sólo
hablaba en francés para ligar y quedar bien. ¿Sería su lengua
natal?
-¿Un
botón rojo para un simple posavasos? ¡Pero qué cutre! -exclamó
Delmet.
-¡Lo
sabía! ¡Eria, más te vale controlarla si quieres que esté aquí!
-dijo Teck refiriéndose a Mia.
-¡Vamos
Teck! ¿Por un posavasos y una foto? ¡Ni que fuera una verdadera
razón de peso!
-¡No
es una foto cualquiera! Es...
Tartamudeó
algo y agachó la cabeza. Lanzó un lento suspiro para relajarse.
-En
fin, mejor que se esté quieta, ¿ok?
Me
hacía gracia ver a Teck así por esa tontería. ¿Qué tendría
aquella foto…? Ah, espera, creo que ya lo sabía. En realidad, me
imaginaba cualquier cosa de aquel pervertido.
-Teck,
no es necesario continuar esto. Mejor olvidarlo y arrancar el
vehículo.
-Bien,
Etsu, tienes razón. ¡Arranque! -dijo poniendo las manos sobre el
volante.
El
sonido del motor comenzó a sonar como por arte de magia. ¿Es que
todo era automático? Y, para colmo, la puerta del garaje también se
estaba abriendo sola.
-Un
sensor de movimiento con cámara -puntualizó Etsu.
Ya
íbamos a salir. Teck hizo avanzar la furgoneta al exterior, abriendo
las ventanillas para poder lanzar un grito de alegría.
¡Queda
menos para mi cumpleaños! Dos años desde mi creación... En serio,
se me hace raro decirlo.
Junie
ha puesto de fondo canciones fiesteras de Fall Out Boy para
celebrarlo... algunas no pegan con la situación, pero bueno...mejor
que nada.
Además,
ahora no voy a fastidiarle a Junie la idea...
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