El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

17 ene 2014

47. ¡Un paseo sobre ruedas!

¡Ya tengo dos años desde mi creación! Cómo pasa el tiempo... ¡Bueno, y lo que nos queda!
Estamos a punto de salir a la calle con la furgoneta de Teck. Esperemos que no pase nada raro...

Capítulo 47
Se estaba bastante cómodo. Teck y Etsu habían aprendido bastante de los trucos de la academia; la furgoneta era más grande por dentro de lo que parecía por fuera, como las habitaciones de Golden Podium.
Teck nos había llevado por una carretera con poco tráfico para poder acelerar un poco. Derrapaba como un profesional pero sin llegar a ser temerario. Sabía que si se pasaba de la raya yo estaría detrás para llamarle la atención, y prefería no arriesgarse a hacerle caso a Delmet y llegar al límite de velocidad.
Debo decir que Teck conducía bastante bien. Puede que fuera porque la furgoneta era suya y le convenía ir con cuidado...
-¿Dónde la habéis encontrado, Etsu? -preguntó Mirta.
-Cierto sujeto desconocido debió de abandonarla al no poder reparar una avería. Por suerte, Teck y yo poseíamos los conocimientos necesarios para arreglarla antes de que pasara por el desguace.
-Y si tienes alguna pregunta más... -empezó Etsu.
-Ninguna más, gracias -lo frenó Mirta.
Seguimos en marcha. Estaba disfrutando bastante con el paseo a pesar de los grititos que daba Mia con cada curva. De repente, mirando por la ventana, se me ocurrió algo. Sería una locura, pero tenía ganas de probar.
-Teck, abre la ventanilla; voy a intentar algo. No te preocupes por nada y no pises el freno -literalmente.
-Ni lo voy a rozar. ¡Bajando ventanillas!
Esperé a que se abrieran del todo y saqué los brazos, aferrándome al techo y a los bordes de la ventanilla.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó Mirta algo preocupada.
-¡Está todo controlado! No es la primera vez que hago esto...
Y, con un ágil salto, trepé hasta el techo de la furgoneta y me puse de pie, estabilizándome como pude.
Era genial. Había intentado eso varias veces en el coche de mi tío, pero no solía tener ocasión para hacerlo sin que me llamaran la atención. Pensé en él: mi tío no estaba muy a favor de la temeridad, pero sabía que tenía el cuidado y el nivel necesarios para intentar algunas cosas que podrían ser mucho más peligrosas para alguien sin mi habilidad o mi equilibrio. Además, siempre sabía complementar sus movimientos con los míos, como me pasaba con Jetwick al trabajar en equipo.
Los miembros de mi equipo se quedaron asombrados. Teck cumplió su promesa y siguió a velocidad constante. Delmet e Imala sacaron la cabeza por la ventanilla.
-¿Hay sitio para alguien más ahí arriba? -preguntó Delmet con osadía.
-¡Lo siento, creo que no! ¡Otra vez será! -respondí con algo de ironía, no sé si por egoísmo o por querer tener precaución.
Teck puso algo de música y subió el volumen. Si yo no hubiera estado allí seguramente la habría subido aún más... No importaba; no iba a interrumpir aquel momento sólo para llamarle la atención a Teck. Además, ¿por qué no? La música nos gustaba a muchos de nosotros: Jetwick adaptaba su voz a cualquier canción, Mirta tocaba el piano, Imala los bongos... Yo también era amante de la música.
Digamos que me dejé llevar. No fui la única en hacerlo: hasta Mirta, algo nerviosa y preocupada al principio, acompañó a Mia con sus gritos de alegría.
Por desgracia, ningún momento es eterno. Había que volver pronto si no queríamos que nos descubrieran, así que dimos media vuelta. Me metí dentro de la furgoneta y, poco después, llegamos al garaje para guardar dentro nuestro preciado vehículo. ¡Cómo me gustaba que fuese nuestro! ¡Adoraba los vehículos!
Ahora estábamos en la puerta de la habitación de Etsu, que también era la de Teck.
-¿Qué te ha parecido, preciosa? -Preguntó Teck a Mirta mientras la rodeaba con el brazo.
-Bien. ¿Puedes dejarme tranquila ya? -respondió ella, apartándose violentamente para reunirse con Delmet.
-No ha estado mal, chicos. Yo repetiría... -les dije a los dueños de la furgoneta.
-¡Claro, normal! -exclamó Bobby-.¡Cómo te diviertes, jefa! ¡En el tejado! Yo por lo menos no me he mareado tanto como me esperaba; para mí eso ya es más que suficiente.
-¡La próxima vez yo también me subo al techo! No es justo que sólo se divierta uno, ¿verdad, capitana? -dijo Delmet, acercándose a mí como si me conociera de toda la vida. Esto hizo reír a Mirta. A mí no.
-Esto no es como montar a caballo... pero no ha estado mal el cambio de montura -concluyó Imala.
Así nos fuimos separando, lanzando comentarios al aire. Me fui con Mia y Jetwick; no hacía falta preguntarle a Mia por su opinión, ya que no paraba de brincar y dar vueltas. Si es que disfrutaba con todo...
-¿Qué tal te ha parecido? -Le pregunté a Jetwick, que empezó a ponerse rojo. Me dio por creer que quizás sólo se sonrojaba cada vez que le hacía una pregunta directa, pues ya debería de haber superado la falta de confianza en mí.
Jetwick abrió la boca para contestarme pero, de repente, dio un respingo, hizo un gesto con la mano y empezó a caminar en otra dirección, cada vez más deprisa.
-¡¿...escribir?!- le preguntó Mia a pleno pulmón.
Jetwick, algo evasivo, se volvió unos segundos para asentir con la cabeza y despedirse con la mano. Gracias a su habilidad, no tardó en salir corriendo y perderse por el pasillo. Yo seguía sin comprender muy bien adónde iba, así que le pregunté a Mia.
-Bueno... como Jetwick no tiene móvil escribe todas las semanas a su casa. ¡Es de lo más tierno! Su mamá está muy contenta con él. Esto sólo lo sé yo y algunos del equipo, porque luego hay gente mala que se ríe de eso... ¡Huy, no debería haberte contado todo! ¡Es un secreto! -dijo llevándose las manos a la boca.
-Su secreto está a salvo conmigo. No se lo diré a nadie.
Mia me abrazó. ¿Por qué me abrazaba cada dos por tres? Interpreté que me estaba dando las gracias. Para mí no era nada guardar ese secreto, pero supongo que a Jetwick le estaría haciendo un favor al no contarlo, como pasaba con la identidad de su padre, que estaba en la cárcel. 
La madre de Jetwick debía vivir sola, así que supuse que las cartas de su hijo debían ser algo de vital importancia para ella. Imaginé que debía ser un alivio saber que tu hijo está lejos de ir mal encaminado y puede convertirse en alguien famoso por sus hazañas en vez de por sus delitos. Su apariencia podía dar una mala impresión, pero Jetwick estaba demasiado lejos de convertirse en delincuente. ¡A kilómetros de distancia!

Al final no nos fue nada mal... ¡y tengo muchos más proyectos en mente para esos dos!
Pero, como siempre, hasta la semana que viene...

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