En el anterior, las cosas se complicaron un poco... ¿Recordáis que huí del resto del equipo?
Esto fue lo que pasó:
Capítulo
50
Había
encontrado un árbol caído sobre el que sentarme hasta calmarme del todo. Allí
estaba, acariciándome y soplándome la mano que me había arañado, pero no duré
sola ni cinco minutos ahí. Jetwick, que arrastraba a Mia de su mano, no tardó
en encontrarme.
Cada uno se
sentó a uno de mis dos lados. Mia trató de abrazarme, pero yo me aparté.
-Dejadme en
paz. En serio, es lo mejor que podéis hacer.
Ni caso. Mia
dejó de intentar abrazarme, pero ni ella ni Jetwick se movieron de mi lado. No
levanté la mirada del suelo y traté de evitar hacer gestos con la cara; me
estaba conteniendo, y eso no me ayudaba mucho a calmarme. Quería dejarme
llevar, pero no podía hacerlo delante de nadie...
Jetwick me
agarró la mano herida y me la apretó con fuerza, pero sin hacerme daño. ¿Había
sido Jetwick alguna vez así de lanzado conmigo? Sabía que no, pero siempre
sabía lo que hacer en el mejor momento.
Mia, sin
decir nada, decidió hacer lo mismo con mi otra mano. Sentí como un cosquilleo
subiendo por mis antebrazos; no me hacían falta las palabras para entenderme
con esos dos. El simple roce de nuestras manos ya me quería decir que no estaba
sola, que estaban conmigo.
¡No podían
hacerme aquello! Como se me escapase una sola lágrima delante de ellos...
Pero conseguí
no llorar. Aunque se me humedecieron los ojos, poco a poco se me fue olvidando
el motivo de mi enfado. Aun así, seguía ahí. Me sentía como una idiota; no
podía volver en ese momento.
En medio de
esa especie de trance, escuché una voz que me llamaba a la distancia,
acercándose cada vez más donde estábamos nosotros.
-¡Eria, por
fin os encuentro! ¡No os podéis imaginar lo asustada que estaba! ¿estás
bien?
Cómo no, esa
era Mirta. Me daba un poco de miedo tenerla al lado; no quería preocuparla...
-Estoy bien.
Deja que me calme primero un poco...
Ella se
acercó sin decir palabra, y su presencia no me ayudó a quedarme con la boca
cerrada; ya llevaba un rato mirando al suelo, y lo que más quería era
desahogarme. Necesitaba que alguien me escuchara.
-La he liado,
¿verdad? -pregunté con cautela.
-¡En
absoluto! -contestó Mirta-. Además, ¡todos nos equivocamos alguna vez! Y Teck
se ha equivocado muchas más veces que tú. Tranquila, ya le he dado yo lo que se
merece.
-En parte, él tenía razón. Puede que no sea tan buena capitana después de todo...
-¡Sin contar
su voto, tienes todos los de los demás!
-No es sólo
por él, Mirta. Hoy todos han estado en mi contra. ¿Y si no les gustan mis
ideas?
-¡Les
gustarán! Seguro que todo ha sido cosa de un mal día. ¡Mañana será mucho mejor,
ya está!
Mia ahora se
me había echado al brazo. Jetwick seguía de mi mano, apretándola cada vez más
fuerte.
Necesitaba un
momento de menos presión, algo de tiempo sola. Y, para colmo, uno más se unió
al grupo.
-¡Aquí
estáis! ¡Oye Jetwick, sí que corres! -gritó Delmet.
¿Por qué él?
Sabía que no iba a convencerme para que me calmase. Necesitaba un grupo más
pequeño.
-¡Vamos,
capitana! ¡No podemos dejar que el resto siga haciendo el vago!
-Delmet, esto
no ha sido buena idea. Haz que acabe la prueba. Estoy cansada de esto.
-¡Qué más da! Tu querías hacer las cosas bien ¿no? Entonces, ¿qué más da si al final no
salen como esperabas? ¡Has hecho lo que has podido! Mirta me contó que
estuviste hasta tarde planificando.
-¡Exacto!
-dijo ella-. ¡Lo estabas haciendo muy bien! Lo malo ha sido el ambiente...
-¡Pero eso es
culpa de los otros! -replicó Delmet-. ¡Si no quieren moverse, allá ellos.
-No debería
haber programado esto con este horario...-dije.
-Bueno, pues
no lo hagas la próxima vez, y listos. ¡O mejor! ¡Hazlo hasta que se decidan a
actuar!
Al final, las palabras de Delmet me habían servido. Qué ironía, ¿verdad? Mirta me había ayudado, pero Delmet me había hecho
dejar de sentirme culpable. Daba igual si me había salido mal; lo había
intentado.
-¡Lo siento!
-dijo Mirta-. He intentado estar atenta, pero no podía concentrarme. Tenía
tanto miedo...
-¡Eri, yo lo
siento más! -exclamó Mia-. ¡De verdad, sólo quería pasar más tiempo contigo!
¡Eres la mejor!
-No era
nuestra intención ofenderte... ¡y eso es de parte de todo el equipo! -volvió a
decir Mirta.
Jetwick no
decía nada, pero ahora sonreía. A mí me faltaba poco para ponerme a llorar...
de alegría.
-¡Y ahora vas
a volver ahí y darles a todos lo que se merecen, capitana! -exclamó Delmet.
-Dadme unos
segundos -les dije-. ¡Voy para allá en cuanto tome aire!
Ellos
sonrieron y se marcharon. Ya no me hacía falta nada. Miré al cielo, respiré hondo
y corrí tras ellos.
Por suerte, todo acabó más o menos bien...
¡Hasta el siguiente capítulo!
June tu historia me ha enganchado. Pero me resulta extraño q no publicaras ayer. No es presion lo q t pido.
ResponderEliminar¡¿QUÉÉÉ?! ¿No se ha publicado? O_O
Eliminareslaúltimavezquemefíodelasentradasprogramadasasdasd >-<