El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

3 abr 2014

58. Falsa victoria

Vamos pronto otra vez. Menuda semana... aunque June ha estado bastante entretenida traduciendo los primeros capítulos al inglés y terminando algunos proyectos, no para de decir que el tiempo está pasando demasiado lento. Para mí está bien, pero en fin...
¿Habremos ganado la competición después de todos nuestros fallos técnicos?

Capítulo 58
Has perdido... has perdido
-Has perdido. ¿Por qué no lo admites de una vez?
Era la voz de Ridley. Estaba de pie, a mi lado. Sí, era él. Se reía.
Había faltado tan poco... Si la lluvia no nos hubiera impedido tocar, podríamos haber ganado. Todos los sonidos se habían mezclado, haciendo que no pudieran oírse desde donde había estado el equipo D-32. Todavía podía ver, como reflejados en un espejo, los parpadeos de luz que creaban las chispas eléctricas. Desde arriba había sido precioso; desde abajo, oí, había sido horrible. Nadie había sentido lo que queríamos que sintieran.
Has perdido... has perdido... Podía escuchar esa voz como un eco en mi cabeza. Me dolía todo por culpa de las descargas que me había llevado durante la actuación. No tenía fuerzas ni para levantarme. No podía responder a quien me hablaba.
Pasos. Los del otro equipo ya se iban. Nos habían humillado... ¿Habían venido chicos de otros equipos para vernos? No lo sabía. Había estado tan atenta a los movimientos de Ridley durante el concierto que no me había enterado de nada más.
La lluvia caía como un torrente sobre mi cabeza, otra vez. Ahora sí que no podía escuchar nada. Espera, sí que oía algo: ¿un llanto? Y esa voz...
Mia estaba arrodillada a mi lado, sollozando e intentando acercarse a mí. Todavía no me había descolgado la guitarra del cuello, pero debería haberlo hecho.
-No me toques –le dije-. Por tu bien, no...
Ni caso. Me rodeó con los brazos, dando un respingo al notar un pequeño calambre tras tocarme. Sin embargo, no me soltó.
Unos segundos después, dejó de abrazarme. Ya no sollozaba, sino que sonreía.
-¡Doy abrazos mágicos, Eri! ¡No lo sabía! ¡Rápido, vamos a darles más a los demás!
¿Los demás? ¡Jetwick!
Me levanté de golpe, pero perdí en seguida el equilibrio. Me giré con torpeza y lo vi: estaba en el suelo.
Creo que caí justo antes de llegar a él, pero llegué de alguna forma a su lado. Al sentirse observado, abrió los ojos e intentó levantarse a cámara lenta. Giró la cabeza, me miró... ¿Intentaba decirme algo? Parecía agotado, como si le costara permanecer despierto. Tendría que haber detenido el concierto, debería haberlo hecho...
Ahora no podía decirle que nos habían vencido. Con todo lo que se había esforzado el equipo...
-Jetwick... –dije, utilizando mis últimas energías-. Has... ganado.
Su sonrisa fue una de las últimas cosas que llegué a ver esa tarde.
Me cuesta recordar lo que pasó a continuación. Sé que algunos de nosotros nos llevaron dentro y ocultaron los instrumentos como pudieron. Creo que fue Mia quien nos guió hasta el interior. Tropecé varias veces por el camino. Si no recuerdo mal, a Delmet lo tuvieron que llevar a cuestas. Al menos Etsu podía ponerse en pie y echarle una mano a Teck.
Los que podían moverse nos acabaron arrastrando hasta las habitaciones.
Primero lo vía todo borroso, luego ladeado, al revés... parpadeé varias veces y acabé por ver frente a mis ojos una pared. ¿Una pared? Espera, era el techo. Había vuelto a mi habitación. ¿Cuánto tiempo había pasado ya?
Me incorporé a toda velocidad. Y menudo mareo... ¿Dónde estaban los demás?
Bajé de la litera y miré a mi alrededor. ¿Mirta? Estaba en su cama, tapada por completo con las sábanas. Claro, su teclado era eléctrico.
No le veía la cara, pero se sabía que estaba ahí debajo. Creo que estaba dormida. Pobrecita.
Procuré no despertarla arrastrando los pies. Encontré mi sudadera, que estaba secándose por ahí, me la puse y me dirigí hacia la puerta. Giré el pomo con delicadeza, sin hacer ruido...
No me esperaba a Bobby al otro lado de la puerta. Di un respingo al girar la cabeza y verlo ahí parado.
-Oye, que tampoco soy tan feo... -dijo, con la voz algo temblorosa. ¿Estaba intentando ser natural para disimular que la mayoría no estábamos bien?
-No te esperaba, sólo eso... Bueno, ¿pasa algo?
-Nada. Ver si seguías viva. Y... seguro que quieren verte...
-Ah, claro. Bueno, me duele todo, pero estoy bien; te acompaño. ¿Y cómo es que has venido tú a avisarme?
-Era venir aquí... o hacer algo "útil" allí -respondió con la vista hacia un lado.
En fin, era su decisión.
Seguí a Bobby. Esperaba encontrarme con todos en la habitación de Jetwick, pero no fue así: habíamos vuelto a la de Etsu y Teck.
-¿No sería mejor ir a la de Jetwick? -dejé caer.
-Bueno, es una larga historia... -respondió él-. Resumiendo: la están utilizando en este momento.
Pues menudo chasco. Nos había durado tan poco... El nuevo compañero de Jetwick no es que fuera de lo más oportuno.
Abrimos la puerta con cuidado. Fue Bobby quien pasó primero.
-Mirad, he hecho algo útil. -dijo sonriendo-. Y a la primera.
Al verme pasar por la puerta, todos me contemplaron como si hubieran visto un fantasma. Mia, como siempre, lanzó un grito de alegría y corrió a mi lado. Todos los demás, que no podían parecer más cansados, me miraban atentamente. Unos estaban sentados en el suelo, otros sobre la cama... los menos agotados caminaban en círculos.
-Qué tal... -sonreí con incomodidad-. Chicos, no lo podíais haber hecho mejor...
-¿Perdón? -preguntó Teck alzando la voz-. ¡Nos han machacado! ¿Y tú lo llamas hacerlo bien? -dijo con gestos exagerados.
Iba a decir algo, pero Jetwick se puso en pie en ese momento. Vi que no era capaz de sostenerme la mirada.
-Tú... dijiste...
-Sé lo que dije -respondí-. Chicos, ¿a qué viene todo esto? ¡Sabéis perfectamente lo que ha pasado!
-Yo no lo sé muy bien... -dijo Bobby a media voz.
Era muy raro que Delmet no decidiera intervenir. Estaba sentado en el suelo con la espalda sobre la pared. Tenía la cabeza baja y los ojos cerrados tras la visera, pero me había parecido que estaba escuchando.
-En serio, necesito que todos me escuchéis...
-...por favor -escuché a mi espalda.
Mirta acababa de llegar. Se le notaba en los ojos que acababa de despertarse. Esperaba no haber sido yo su despertador.
-Tenéis que escucharla. Por favor... No vamos a solucionar nada si no paramos nuestras quejas.
El encanto de Mirta consiguió hacer que todos se detuvieran a escuchar. Nos sentamos donde pudimos, la mayoría en el suelo. Ahora ni Teck hablaba; nada de contradecir a Mirta...
-Hemos ganado. No miento; les hemos superado por poco.
-Pero... -susurró Jetwick.
-Sé que parece una derrota, pero está muy claro lo que ha hecho el otro equipo: trampas. ¡Sabían perfectamente que llovería a esa hora de la tarde! ¿No recordáis aquello que dijo sobre que no íbamos a poder terminar? ¡Era por eso!
-¿Se había premeditado toda la acción? -preguntó Etsu algo sorprendido.
-¿Es que no lo veis? -insistí-. Creedme: oí vuestras voces, os oí tocar... la sincronización era perfecta. Todo era perfecto. Si se nos hubiera oído, si los instrumentos no se hubiesen alterado...
-Entonces... ¿Podría haberse alzado con la victoria cada uno de los nuestros? -preguntó Imala de forma algo extravagante.
-Va en serio... No lo digo porque sea vuestra capitana, pero sé perfectamente quién lo hizo mejor. La música es arte, ¿no? Es algo que solía decir mi tío. ¿Y qué clase de arte es aquel que se crea sin sentimientos?
-Arte sin sentimientos -dijo Bobby, no muy oportuno para mostrarse irónico.
-¡En serio! No he escuchado nunca una canción tan vacía... Si nos pareció bonita, no fue porque nos gustase. ¿Sabéis por qué nos impresionó? Porque daba miedo. Daba miedo de lo vacía que estaba por dentro.
-¡Pues a mí no me gustó! -exclamó Mia-. ¡La nuestra era mucha más bonita!
Todos la miraron, pero no como un bicho raro, sino como si hubiese traído con su frase una nueva esperanza al equipo.
-Y yo os salvé a todos -se jactó Teck-. Me quemé un dedo, pero controlé la corriente a la perfección. Me la debéis.
Mirta lo miró con rabia, aunque se fue calmando al darse cuenta de que Teck tenía razón; recordaba que el grito que habíamos oído antes de que las descargas fueran yendo a menos había sido suyo.
-Pues como los grandes artistas, ¿no? -acabó interviniendo Delmet, sonriendo de forma maliciosa al levantar la cabeza-. Nosotros no dejamos de tocar hasta que el concierto acabe, con descargas o sin ellas.
Reconozco que la frase le había quedado muy bien. ¿La habría estado ensayando mentalmente? Quizás por eso había estado tan pensativo...
-Teck dice la verdad -afirmó Etsu-. Mantuvo la corriente eléctrica bajo control en todo momento. Es por eso que los daños no fueron tan graves como esperábamos.
-Y aquí tenéis la prueba -concluyó Teck, levantando el dedo índice. Se lo había vendado a lo cutre con papel higiénico.
-Decía- siguió Delmet levantándose pesadamente-, que somos grandes artistas. Ellos no.
-Exacto- afirmé-. Imaginad que hubiera sido al revés. ¿Qué habrían hecho? ¡Culparnos a nosotros de hacer trampas! ¿Sabéis por qué su canción era tan corta? ¡Sólo hacía falta fijarse en los ojos de Ridley para darse cuenta de toda la verdad!
Habían empezado a creerme. Todos empezaron a murmurar, como si ya estuvieran planeando su venganza.
-Chicos, además... si parecía que habíamos caído desde tan alto, era porque estábamos en el cielo -y esa frase me había quedado magistral. Toma ya-. Éramos uno, y podía notar desde donde estaba que lo estabais dando todo, y por un rival con el que YO debería ajustar cuentas. Creo que es la primera vez... que os veo a todos juntos actuando como un verdadero equipo, sin que importase lo demás. A mí me daría miedo si fuese él.
-¡Porque damos miedo! -insistió Delmet, que se tambaleaba de lado a lado sin que Mirta le quitase la vista de encima-. ¿Y decíais que el D-32 impone? ¡Los escenarios TIEMBLAN cuando llegamos nosotros! ¡Somos auténticos! ¡De calidad!
Hasta se llevaba el puño al pecho al hablar. Sí, creo que Delmet ensayaba sus frases. Todas eran tan... patrióticas...
-¡Así se habla, Del! -le animó Mirta, todavía atenta por si se caía al suelo, y se levantó.
Yo también decidí levantarme, lo que hizo que Mia y Jetwick me imitaran. Imala, Bobby y Etsu también se levantaron. Por último, lo hizo Teck, sonriendo como si ya hubiera conseguido vengarse del otro equipo.
-No puedo esperar a ver caer a esa panda de inútiles musicales... -susurró con malicia.
-Yo tampoco -le confesé.
-Y mi arco siempre estará tensado en la necesidad- habló Imala. Qué poco me fiaba de ella...
Jetwick ya tenía las ideas claras y me sonreía un poco, con gratitud por haberle dicho "la verdad" desde el principio.
-Vale, no hay que tenerle miedo sólo porque ahora conozcamos su cara -pensé en voz alta-. Se acabó: ya va siendo hora de enfrentarnos de otra forma a su equipo. Para eso estamos aquí, ¿verdad?
Delmet sonrió al entender a lo que me refería. Tomando aire para poder hablar con fuerza, exclamó:
-¡Hora de quitar la radio... porque llegan los deportes!

Y Bobby gimió por lo bajo al escuchar esta frase.

Espero que este capítulo haya estado interesante, ¡y hasta el siguiente!

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