Capítulo
64
No conocía la
habilidad de Mystery, y tampoco llegué a tener muy claro cuál era después
de verla: acercarse hacia la cubierta de hormigón a
toda velocidad, sin que apenas se la viera. ¡Parecía como si se
hubiera teletransportado varias veces hasta llegar hasta nosotros!
Puede que esa fuera su habilidad: los desplazamientos rápidos.
A Mirta no le dio
tiempo ni a gritar cuando la vio justo delante de sus ojos. Ninguno
de nosotros pudo hacer nada: ni
pudimos ver qué hizo exactamente la extravagante chica cuando consiguió que, de alguna manera, Mirta cayera de
la plataforma. Bobby extendió el brazo hacia ella, pero ya era
demasiado tarde.
Me pareció oír a
Delmet gritar. Ninguno de nosotros nos esperábamos esa estrategia,
y, durante unos momentos, dejamos de atacar.
Por supuesto, nuestra
Mirta no se dejó ganar tan fácilmente. En cuanto aterrizó en el suelo tras unos giros en el aire, siempre con su elegancia natural habitual, trató de esquivar todos
los intentos de Mystery para hacer que se quedara quieta. Era inútil:
ellos eran cuatro, y ella sólo una. Además, si ella se negaba a
atacar para no hacer daño a nadie y se disculpaba cada vez que
rozaba a un contrario, se sabía que no iba a llegar muy lejos con su
defensa.
A Ridley no le costó
nada sujetarla por los brazos, como si él fuese un secuestrador y
Mirta su rehén. De hecho, la habían tomado de rehén
de verdad.
-¡Quietos los de
abajo! -gritó Delmet.
-¿Crees que te vamos
a hacer caso? Qué inocente... -le contestó Ridley.
Puede que no todos lo
hubieran entendido, pero lo que acababa de hacer Delmet me había
impresionado -un poco.
Resulta que, cuando Delmet había dicho “los de abajo”, en realidad no se refería al equipo D-32, ¡se refería a Etsu y a Teck! Al menos, eso había interpretado yo, y luego me había dado cuenta del detalle.
¿Lo habría hecho a propósito o sin querer? Había inmovilizado a todo el equipo sin que los demás no se dieran cuenta de sus posiciones. Bueno, a casi todos...
Resulta que, cuando Delmet había dicho “los de abajo”, en realidad no se refería al equipo D-32, ¡se refería a Etsu y a Teck! Al menos, eso había interpretado yo, y luego me había dado cuenta del detalle.
¿Lo habría hecho a propósito o sin querer? Había inmovilizado a todo el equipo sin que los demás no se dieran cuenta de sus posiciones. Bueno, a casi todos...
-¡Parad los
lanzamientos! -grité yo.
Así conseguí que
Imala, la única que parecía dispuesta a atacar, no llegara a lanzar
más flechas. Me fiaba de su puntería, por lo que no me preocupaba que le diera a Mirta sin querer, sino
que aprovechara la oportunidad para darle a alguien del otro equipo y
procurar acertar. En ese caso, tendríamos un problema.
Ridley pareció
satisfecho al ver que nos había intimidado con su idea. Mirta nos
miraba desde abajo poniendo carita de pena, y quiso darnos la señal
para que siguiéramos nosotros. No podíamos; si lo hacíamos, Ridley
se encargaría de vengarse utilizándola para hacernos daño. Era
mucho más complicado de lo que parecía...
Delmet también
estaba al tanto de la situación. A veces se comportaba de forma
demasiado infantil y se pasaba con sus ideas de bombero, pero sabía
bastante bien que ese no era el momento de probar cualquier cosa para
salir del paso. Después de todo, se trataba de Mirta, su mejor
amiga. Sólo por esta vez, tenía que evitar todo tipo de riesgo, lo
que lo sacaba por completo de su terreno; el otro equipo lo estaba
haciendo sudar de verdad bajo su casco. Ya se le había borrado
la sonrisa que tenía dibujada en el momento del ataque, momento en
el que incluso parecía que se estuviera divirtiendo. Hasta Mia había
decidido guardar silencio.
Ambos equipos
estábamos parados, esperando con impaciencia el próximo movimiento
de los contrarios mientras tratábamos de pensar en cuál sería el nuestro. ¿Es
que estábamos perdidos?
Ridley y yo nos
mirábamos fijamente a los ojos. Habíamos sido mucho más de lo que significaba ser mejores
amigos -sin llegar adonde estáis pensando- hacía tan sólo un año, por lo que podía saber perfectamente
lo que estaba pensando con tan sólo ese gesto, y él también sabía lo que
yo pensaba. Él se reía de mí, y yo le decía con la mirada: “No
serás capaz...”
Una exclamación de
alguien del equipo de Ridley nos hizo parar durante unos segundos.
¡Teck había salido!
Delmet le había dejado bien claro que no atacara, pero, como de
costumbre, el chico había decidido ir por libre. Con un par de
patadas rápidas, levantó las piedras que había en el suelo y las
lanzó a la cara de Rex para colarse entre los demás miembros del
equipo.
Mystery se interpuso. ¿Cómo no se había imaginado que Mystery le cortaría el paso? Menudo idiota era a veces... Ahora había revelado su escondite, lo que nosotros tratábamos de evitar.
Mystery se interpuso. ¿Cómo no se había imaginado que Mystery le cortaría el paso? Menudo idiota era a veces... Ahora había revelado su escondite, lo que nosotros tratábamos de evitar.
Ridley ya iba a
amenazarlo usando a Mirta, ¡cuando se dio cuenta de que ella ya no
estaba! Habíamos estado todos tan atentos a Teck... ¡que no nos
habíamos dado cuenta de que la chica se había escapado!
Oímos un silbido que
venía del árbol. Ahí estaba Imala, ¡junto con Etsu y Mirta!
-¡Así funcionan los
trucos de magia! -exclamó Teck-. El mago capta la atención del
público... ¡y su ayudante se desvanece sin que nadie pueda ver
nada!
Teck debía de
sentirse como una verdadera estrella del espectáculo en ese momento.
Lo que le gustaba llamar la atención...
-¿Ayudante?
-preguntó Mirta en voz alta, frunciendo el ceño.
-Debe de referirse a
un servidor... -aclaró Etsu con timidez para arreglarlo todo.
Teck seguía abajo,
agachando la cabeza y dando las gracias, como si él estuviera en un
escenario y nosotros fuéramos su público.
-Eri, no lo
entiendo... -me dijo Mia señalándolo con el dedo.
-No creo que haga
falta entender nada, Mia... -le respondí.
-Ya... -dijo Jetwick,
creo que sintiendo un poco de vergüenza ajena.
Delmet no parecía
muy de acuerdo con que le quitasen el protagonismo, pero al menos
estaba algo más tranquilo al ver que Mirta estaba a salvo.
Saludar sólo le
sirvió a Teck para que lo pillaran por sorpresa: Mystery, que era la que estaba más cerca, lo empujó hacia el suelo
para hacerlo caer.
Bien, ¿y ahora qué?
Si le pasaba algo, se lo habría buscado por cabezota.
Etsu dejó a Mirta
con Imala y saltó de nuevo al suelo para echarle una mano.
Increíble. En cuanto sus pies
tocaron el suelo, la zona en la que estaba el equipo D-32 se acabó
convirtiendo en un auténtico campo de batalla. Si lo hubiera sabido
antes...
Muchas de las habilidades que tienen los componentes de ambos equipos están saliendo a la luz con todas sus fuerzas... ¿Cómo creéis que seguirá esto?
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