El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

3 may 2014

62. A través de la puerta...

Nuestra regla: ¡si no llegan las doce, estamos a tiempo!
Os recuerdo que cuatro miembros del equipo D-32 nos estaban persiguiendo... Ahora que nos han acorralado, ¿cómo creéis que acabaremos?

Capítulo 62
Aunque no quería hacerlo, lo di todo por perdido. Y pensar que, por un momento, creía que podíamos escapar...
Arrinconados contra la puerta, tratamos de golpearla y patearla para poder entrar... pero fue inútil. Además, no era una simple puerta de madera, sino una doble puerta metálica como las de las salidas de emergencia.
Bueno, pues era nuestro fin. Lo único que nos quedaba era enfrentarnos a ellos y ser valientes.
-¡Una vez más! -gritó Delmet tomando carrerilla e inclinándose hacia atrás. Claro, iba a intentar abrirla por la fuerza.
Era nuestra última oportunidad, así que no perdíamos nada en utilizarla. Admito que estaba un poco desesperada.
Mientras nos continuaban disparando, Delmet y yo seguimos retrocediendo a la vez. Ahora veía perfectamente a nuestros adversarios con solo girar un poco la cabeza.
Me pareció que Delmet estaba rezando, pero, por cómo lo hacía, sospeché que, o yo no estaba muy enterada del tema religión... o Delmet tenía menos idea aún. ¿Se habría inventado la oración?
-Una, dos... -comenzó a contar mientras nuestros adversarios se acercaban a la carrera.
-¡TRES! -grité cuando ya casi los teníamos encima.
¿Para qué le habría hecho yo caso? Nos íbamos a llevar el mayor golpe de nuestra vida contra aquella señora puerta.
¿Y si me inventaba otra oración como la de Delmet? Puede que hasta funcionase y todo.
Preferí no mirar al frente para no ver la puerta, la que estaba cada vez más cerca de nosotros. Como tampoco me apetecía mirar hacia atrás, cerré los ojos fuertemente, como si tuviera los párpados pegados.
Ya no podía frenar. Allá íbamos...
De repente, un pequeño sonido me distrajo, haciéndome abrir los ojos de golpe. Levanté la vista al frente un tanto extrañada... Y me fijé en que, poco a poco, la puerta se estaba abriendo.
Así de primeras no entendí nada, y tampoco me importaba mucho lo que hubiera pasado; había cambiado radicalmente de planes. Ahora tenía un nuevo plan: colarnos por la puerta antes que el equipo de Ridley.
Delmet seguía con la mirada fija en la puerta, gritando como un poseso. Supongo que no se había dado cuenta de que la puerta se acababa de abrir. Cada vez iba más rápido.
Ya estábamos: habíamos llegado hasta el punto que yo quería. Tomé impulso con los pies...
Mientras yo saltaba hacia delante con los brazos extendidos hacia la puerta, Delmet seguía corriendo en la misma dirección.
La puerta acabó abriéndose lo suficiente como para que pudiéramos escapar los dos por ella. En el aire, me doblé sobre mí y aterricé rodando por el suelo.
Dándome un segundo impulso, me di media vuelta con un nuevo giro en el aire, aterricé sobre mis pies y cerré la puerta con el brazo, dando un golpe seco contra ella cuando Delmet ya había pasado, dejando a todos los del equipo contrario en el otro lado.
Delmet, incapaz de frenar, se había llevado la increíble sorpresa de haber atravesado la puerta. Cuando se quiso dar cuenta de ello, ya había cruzado a toda pastilla al otro lado, cayendo al suelo a lo tonto antes de poder reaccionar.
Lo gracioso fue que, esta vez, Delmet no fue quien se llevó el peor golpe; cuando el otro equipo llegó a la puerta, pude oír un gran estruendo que venía de detrás de ella, seguido de un par de quejas, lamentaciones y maldiciones. La voz era la de Rex. Supongo que lloriqueaba porque, al igual que Delmet, no había podido frenar a tiempo.
El incansable equipo D-32 seguía al otro lado de la puerta, tratando de abrirla a golpes. Eché la espalda contra ella para impedirles el paso, notando cada golpe que daban directamente en los hombros. Me parecía raro... que pudiera con todos ellos siendo solo una.
Pero no era solo una: a mis dos lados, Mia y Jetwick se oponían al otro equipo haciendo fuerza contra la misma puerta. No éramos muy fuertes, pero los manteníamos a raya.
-¡Chicos! -exclamé, esbozando una gran sonrisa. Ambos me la devolvieron, Mia de forma más abierta y Jetwick con más timidez que ella, claro.
Un golpe más de los otros nos hizo tambalearnos, por lo que decidimos empujar la puerta todavía con más fuerza.
-A un lado, paso... -escuché a alguien próximo.
Etsu y Teck se acercaron a la puerta con cautela y algunos utensilios en las manos.
Pasamos a sujetar la puerta con las palmas de las manos en vez de con la espalda para que pudieran ayudarnos, lo que bajó nuestra resistencia durante unos escasos segundos. Durante ese tiempo, los chicos pasaron varias cuerdas y cadenas por las manillas de la puerta. No durarían mucho ahí, colocadas de esa forma, pero al menos el apaño nos daría algo de tiempo.
Me sobresalté al levantar la cabeza y ver a Imala apuntándome con su arco. Sabía que su intención era darle a los de atrás y no a mí, pero el efecto sorpresa me hizo dar un respingo. Bobby asomaba la cabeza por encima del hombro de la chica, como si temiera que la puerta se pudiera venir abajo en cualquier segundo.
Mirta, la última del equipo a la que vi, como era de esperar, estaba arrodillada en el suelo junto a Delmet, ayudándolo a levantarse. Delmet podría haberse levantado él solo, pero en fin...
Mia caminaba por delante de la puerta alegremente, ignorando por completo los violentos golpes que se oían al otro lado.
-¡Qué ruidosos! -decía-. ¡Son muy pesados, mucho muchísimo!
Y se detuvo unos instantes para contemplar a Delmet, ya de pie, y ponerle ojitos. Creo que a él no le gustó mucho el gesto; su cara parecía decirle a Mia: "Habló quien pudo..."
-¡Pero si estáis todos!- dije, aún sorprendida-. ¿Cómo es que habéis llegado hasta aquí?
Mia señaló a Jetwick con orgullo.
-¡Se puso a correr, y todos los demás lo seguimos! ¡Corría muy rápido, y por muchos sitios! Era como... ¡un laberinto enorme! Y luego oímos algo, llegamos... ¡Uy, qué largo fue el camino!
Por lo que veía, para ellos también había sido toda una aventura escapar. Les resumí un poco cómo habíamos llegado hasta allí, pero no les conté todos los detalles: los golpes de los otros no paraban de interrumpirnos.
-Siete minutos y treinta segundos para la caída del mecanismo de bloqueo -nos informó Etsu
- ...con veintisiete segundos -ironizó Bobby, algo más tranquilo.
Nos reunimos frente a la puerta para decidir lo que podíamos hacer. No nos quedaba mucho tiempo, y necesitábamos contraatacar. ¿Deberíamos esperarlos? ¿Escondernos? ¿Dejar que se cansaran? No creía que se rindieran fácilmente y se fueran sin más. Tendríamos que salir, o ellos entrarían por la fuerza; no había otra.
Mientras decidíamos nuestra estrategia, Delmet se dedicó a ir por libre. Me molestaba un poco que hiciera eso.
Estaba cerca del árbol, con una mano sobre el tronco. Miraba las ramas con cierta nostalgia.
-Delmet, no es momento de...
-¡Espera! -me interrumpió Mirta cautelosamente-. Lo siento. Es que... está pensando.
¿Pensando? Más le valía. Como estuviera distraído...
-En fin... vamos a tener que ir planeando algo mientras se decide -dije al equipo-. Antes de que se nos acabe el tiempo...
Con los golpes era imposible que los otros escucharan nuestra estrategia.
-Escondernos. Bajo tierra, a ser posible -sugirió Bobby.
-¡Magia para que se conviertan en hormigas! Pero no conozco el hechizo... -reflexionó Mia
Jetwick y Delmet seguían pensando, y Mirta los observaba mientras tanto. Imala y Teck controlaban la puerta, y Etsu decía en voz alta el tiempo que nos quedaba de vez en cuando. No me ayudaba mucho que las mentes pensantes no tuvieran nada... en mente.
De repente, Delmet se dio la vuelta. Parecía satisfecho.
-¡Emboscada! -esclamó.
Anda, no era una mala idea. Si no hubiera estado tan atenta al tiempo que estábamos perdiendo, a mí también se me habría ocurrido. Eso sí, no creía que esconderse tras el árbol central, tal como estaba haciendo Delmet en ese momento, fuera lo más adecuado...
Miré a Jetwick de reojo. Por su mirada perdida, supe que estaba pensando en algo. Cuando fijó la vista, la dirigió hacia la parte de arriba de la puerta: sobre ella había una especie de tejado.
Seguí mirando hacia el mismo sitio que él; la puerta estaba en un hueco rodeado por muros, paredes de las aulas más cercanas al patio, todas a ras del suelo. No sería muy difícil subirse a la cubierta de hormigón, techo de las habitaciones.
-Jetwick, eres un genio -dije un poco por lo bajo. Él se sorprendió de que yo lo hubiera entendido con tanta facilidad y hubiera sacado conclusiones tan rápido.
-Creo que podemos repartirnos y escondernos mejor por este campo -dije con un tono que revelaba que ya estaba tramando algo-. Chicos, yo os daré las posiciones. Esto es lo que vamos a hacer...
Al ver que su idea me había gustado, Delmet sonrió con orgullo. Jetwick también sonrió, aunque creo que sólo yo me di cuenta de ello.

-¡Esos tontos no saben lo que les espera! -exclamó Mia con un brillo malicioso en sus ojos.

Uy, que se nos va el tiempo un poco...
¡Esperamos que os haya gustado este capítulo!

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