Os recuerdo que cuatro miembros del equipo D-32 nos estaban persiguiendo... Ahora que nos han acorralado, ¿cómo creéis que acabaremos?
Capítulo
62
Aunque no
quería hacerlo, lo di todo por perdido. Y pensar que, por un
momento, creía que podíamos escapar...
Arrinconados
contra la puerta, tratamos de golpearla y patearla para poder
entrar... pero fue inútil. Además, no era una simple puerta de
madera, sino una doble puerta metálica como las de las salidas de
emergencia.
Bueno, pues
era nuestro fin. Lo único que nos quedaba era enfrentarnos a ellos y
ser valientes.
-¡Una vez
más! -gritó Delmet tomando carrerilla e inclinándose hacia atrás.
Claro, iba a intentar abrirla por la fuerza.
Era nuestra
última oportunidad, así que no perdíamos nada en utilizarla.
Admito que estaba un poco desesperada.
Mientras
nos continuaban disparando, Delmet y yo seguimos retrocediendo a la
vez. Ahora veía perfectamente a nuestros adversarios con solo girar
un poco la cabeza.
Me pareció
que Delmet estaba rezando, pero, por cómo lo hacía, sospeché que,
o yo no estaba muy enterada del tema religión... o Delmet tenía
menos idea aún. ¿Se habría inventado la oración?
-Una,
dos... -comenzó a contar mientras nuestros adversarios se acercaban
a la carrera.
-¡TRES!
-grité cuando ya casi los teníamos encima.
¿Para qué
le habría hecho yo caso? Nos íbamos a llevar el mayor golpe de
nuestra vida contra aquella señora puerta.
¿Y si me
inventaba otra oración como la de Delmet? Puede que hasta funcionase
y todo.
Preferí no
mirar al frente para no ver la puerta, la que estaba cada vez más
cerca de nosotros. Como tampoco me apetecía mirar hacia atrás,
cerré los ojos fuertemente, como si tuviera los párpados pegados.
Ya no podía
frenar. Allá íbamos...
De repente,
un pequeño sonido me distrajo, haciéndome abrir los ojos de golpe.
Levanté la vista al frente un tanto extrañada... Y me fijé en que,
poco a poco, la puerta se estaba abriendo.
Así de
primeras no entendí nada, y tampoco me importaba mucho lo que
hubiera pasado; había cambiado radicalmente de planes. Ahora tenía
un nuevo plan: colarnos por la puerta antes que el equipo de Ridley.
Delmet
seguía con la mirada fija en la puerta, gritando como un poseso.
Supongo que no se había dado cuenta de que la puerta se acababa de
abrir. Cada vez iba más rápido.
Ya
estábamos: habíamos llegado hasta el punto que yo quería. Tomé
impulso con los pies...
Mientras yo
saltaba hacia delante con los brazos extendidos hacia la puerta,
Delmet seguía corriendo en la misma dirección.
La puerta
acabó abriéndose lo suficiente como para que pudiéramos escapar
los dos por ella. En el aire, me doblé sobre mí y aterricé rodando
por el suelo.
Dándome un
segundo impulso, me di media vuelta con un nuevo giro en el aire,
aterricé sobre mis pies y cerré la puerta con el brazo, dando un
golpe seco contra ella cuando Delmet ya había pasado, dejando a
todos los del equipo contrario en el otro lado.
Delmet,
incapaz de frenar, se había llevado la increíble sorpresa de haber
atravesado la puerta. Cuando se quiso dar cuenta de ello, ya había
cruzado a toda pastilla al otro lado, cayendo al suelo a lo tonto
antes de poder reaccionar.
Lo gracioso
fue que, esta vez, Delmet no fue quien se llevó el peor golpe;
cuando el otro equipo llegó a la puerta, pude oír un gran estruendo
que venía de detrás de ella, seguido de un par de quejas,
lamentaciones y maldiciones. La voz era la de Rex. Supongo que
lloriqueaba porque, al igual que Delmet, no había podido frenar a
tiempo.
El
incansable equipo D-32 seguía al otro lado de la puerta, tratando de
abrirla a golpes. Eché la espalda contra ella para impedirles el
paso, notando cada golpe que daban directamente en los hombros. Me
parecía raro... que pudiera con todos ellos siendo solo una.
Pero no era
solo una: a mis dos lados, Mia y Jetwick se oponían al otro equipo
haciendo fuerza contra la misma puerta. No éramos muy fuertes, pero
los manteníamos a raya.
-¡Chicos!
-exclamé, esbozando una gran sonrisa. Ambos me la devolvieron, Mia
de forma más abierta y Jetwick con más timidez que ella, claro.
Un golpe
más de los otros nos hizo tambalearnos, por lo que decidimos empujar
la puerta todavía con más fuerza.
-A un lado,
paso... -escuché a alguien próximo.
Etsu y Teck
se acercaron a la puerta con cautela y algunos utensilios en las
manos.
Pasamos a
sujetar la puerta con las palmas de las manos en vez de con la
espalda para que pudieran ayudarnos, lo que bajó nuestra resistencia
durante unos escasos segundos. Durante ese tiempo, los chicos pasaron
varias cuerdas y cadenas por las manillas de la puerta. No durarían
mucho ahí, colocadas de esa forma, pero al menos el apaño nos daría
algo de tiempo.
Me
sobresalté al levantar la cabeza y ver a Imala apuntándome con su
arco. Sabía que su intención era darle a los de atrás y no a mí,
pero el efecto sorpresa me hizo dar un respingo. Bobby asomaba la
cabeza por encima del hombro de la chica, como si temiera que la
puerta se pudiera venir abajo en cualquier segundo.
Mirta, la
última del equipo a la que vi, como era de esperar, estaba
arrodillada en el suelo junto a Delmet, ayudándolo a levantarse.
Delmet podría haberse levantado él solo, pero en fin...
Mia
caminaba por delante de la puerta alegremente, ignorando por completo
los violentos golpes que se oían al otro lado.
-¡Qué
ruidosos! -decía-. ¡Son muy pesados, mucho muchísimo!
Y se detuvo
unos instantes para contemplar a Delmet, ya de pie, y ponerle ojitos.
Creo que a él no le gustó mucho el gesto; su cara parecía decirle
a Mia: "Habló quien pudo..."
-¡Pero si
estáis todos!- dije, aún sorprendida-. ¿Cómo es que habéis
llegado hasta aquí?
Mia señaló
a Jetwick con orgullo.
-¡Se puso
a correr, y todos los demás lo seguimos! ¡Corría muy rápido, y
por muchos sitios! Era como... ¡un laberinto enorme! Y luego oímos
algo, llegamos... ¡Uy, qué largo fue el camino!
Por lo que
veía, para ellos también había sido toda una aventura escapar. Les
resumí un poco cómo habíamos llegado hasta allí, pero no les
conté todos los detalles: los golpes de los otros no paraban de
interrumpirnos.
-Siete
minutos y treinta segundos para la caída del mecanismo de bloqueo
-nos informó Etsu
- ...con
veintisiete segundos -ironizó Bobby, algo más tranquilo.
Nos
reunimos frente a la puerta para decidir lo que podíamos hacer. No
nos quedaba mucho tiempo, y necesitábamos contraatacar. ¿Deberíamos
esperarlos? ¿Escondernos? ¿Dejar que se cansaran? No creía que se
rindieran fácilmente y se fueran sin más. Tendríamos que salir, o
ellos entrarían por la fuerza; no había otra.
Mientras
decidíamos nuestra estrategia, Delmet se dedicó a ir por libre. Me
molestaba un poco que hiciera eso.
Estaba
cerca del árbol, con una mano sobre el tronco. Miraba las ramas con
cierta nostalgia.
-Delmet, no
es momento de...
-¡Espera!
-me interrumpió Mirta cautelosamente-. Lo siento. Es que... está
pensando.
¿Pensando?
Más le valía. Como estuviera distraído...
-En fin...
vamos a tener que ir planeando algo mientras se decide -dije al
equipo-. Antes de que se nos acabe el tiempo...
Con los
golpes era imposible que los otros escucharan nuestra estrategia.
-Escondernos.
Bajo tierra, a ser posible -sugirió Bobby.
-¡Magia
para que se conviertan en hormigas! Pero no conozco el hechizo...
-reflexionó Mia
Jetwick y
Delmet seguían pensando, y Mirta los observaba mientras tanto. Imala
y Teck controlaban la puerta, y Etsu decía en voz alta el tiempo que
nos quedaba de vez en cuando. No me ayudaba mucho que las mentes
pensantes no tuvieran nada... en mente.
De repente,
Delmet se dio la vuelta. Parecía satisfecho.
-¡Emboscada!
-esclamó.
Anda, no
era una mala idea. Si no hubiera estado tan atenta al tiempo que
estábamos perdiendo, a mí también se me habría ocurrido. Eso sí,
no creía que esconderse tras el árbol central, tal como estaba
haciendo Delmet en ese momento, fuera lo más adecuado...
Miré a
Jetwick de reojo. Por su mirada perdida, supe que estaba pensando en
algo. Cuando fijó la vista, la dirigió hacia la parte de arriba de
la puerta: sobre ella había una especie de tejado.
Seguí
mirando hacia el mismo sitio que él; la puerta estaba en un hueco
rodeado por muros, paredes de las aulas más cercanas al patio, todas
a ras del suelo. No sería muy difícil subirse a la cubierta de
hormigón, techo de las habitaciones.
-Jetwick,
eres un genio -dije un poco por lo bajo. Él se sorprendió de que yo
lo hubiera entendido con tanta facilidad y hubiera sacado
conclusiones tan rápido.
-Creo que
podemos repartirnos y escondernos mejor por este campo -dije con un
tono que revelaba que ya estaba tramando algo-. Chicos, yo os daré
las posiciones. Esto es lo que vamos a hacer...
Al ver que
su idea me había gustado, Delmet sonrió con orgullo. Jetwick
también sonrió, aunque creo que sólo yo me di cuenta de ello.
-¡Esos
tontos no saben lo que les espera! -exclamó Mia con un brillo
malicioso en sus ojos.
Uy, que se nos va el tiempo un poco...
¡Esperamos que os haya gustado este capítulo!
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