El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

30 ago 2013

27. ¡Verdades y desafíos!

¡Ojo, este es el capítulo 27! Puede que todavía no hayáis leído el 26. ¡Está recién subido!
En fin, ¿Quién no ha jugado alguna vez a ese entretenido juego en el que tienes que contar algún secreto sobre ti o superar alguna prueba según la tarjeta que te toque?

Capítulo 27
Bueno, por una partida... Al final Teck había logrado convencernos.
Me tocó la primera prueba: “Da una voltereta”. ¡Pero qué fácil!
Tomé carrerilla, di una patada contra la pared y salté hacia atrás. Hecha.
De pronto, vi que todos estaban aplaudiendo. Estaban haciendo que me sonrojase...
Lo reconozco, estuvimos bastante entretenidos con el juego. Me tocó una pregunta que comenzaba diciendo: “¿Qué te gustaría ser...?” y yo respondí casi sin pensar: “Más alta”. Se rieron conmigo -lo reconozco, estoy deseando crecer de una vez-. También me vi obligada a contar una situación embarazosa en la que tuve hipo para ganar un punto extra en el juego. Tuvo gracia.
Cada uno respondía a las preguntas de acuerdo a su forma de ser. Por ejemplo, si a Mia le tocaba una prueba, la realizaba sin parar durante tres turnos seguidos aunque no le tocara.
Bobby solía responder a todas las preguntas con un toque de humor pero, cuando le preguntaron por la peor experiencia que había vivido, se echó a temblar y tuvo que pasar el turno. Ajá... Se ponía nervioso con las emociones fuertes y las malas experiencias. ¡Por eso parecía tan endeble en la prueba inicial! A lo mejor era un poco cobarde por naturaleza...
Me llamó la atención una pregunta que le tocó a Teck: ¿De qué te arrepientes más en tu vida?
Teck se quedó pensando un rato. Mirta esperaba su respuesta.
-Quizás de haber lanzado aquel borrador de pizarra contra la cabeza de Tania Tyler... ¡Juro que no quería darle a ella! ¡Iba para otra persona!
Anda, otra vez esa historia había salido a la luz.
Supongo que Mirta esperaba otra clase de respuesta, pues lanzó un largo suspiro.
Aunque estuve atenta a todo lo que le preguntaron a Jetwick, no conseguí adivinar nada importante sobre él. No le tocaban preguntas interesantes ni pruebas llamativas. Solo respondía con monosílabos, incluso a veces con un gesto. Casi siempre le tocaban preguntas que tenían únicamente dos posibles respuestas: sí y no. ¡Qué rabia! Tenía tantas ganas de saber algo más sobre él...
Estuvimos allí hasta que vimos que era tarde.
Una vez que nos despedimos, yendo de camino a nuestra habitación, reflexioné sobre esto último. Ahora conocía algo mejor a todos, pero... ¿qué podía hacer para sacarle a Jetwick un poco más de información?
Apenas se veía nada mientras avanzábamos por el pasillo. Mirta, la única persona que me acompañaba, era la que iba delante. Se le había pasado el enfado que tenía con Teck a lo largo de la fiesta, quizás porque el chico no había hecho nada especialmente raro.
Estaba bastante distraía recordando las mejores preguntas del juego, tanto que sólo me di cuenta de la silueta que avanzaba hacia nosotras cuando estaba a pocos metros de distancia.
Di un grito, pero no demasiado alto. Mirta estaba detrás de mí: se había parado mientras yo había seguido caminando.
La silueta dio un respingo. Quedé deslumbrada de golpe por la luz de una linterna.
-¡Chicas! ¿pero qué hacéis aquí? No os esperaba...
Era Tania, quien llevaba puesto un pijama rosa de verano a pesar de que en el pasillo hacía corriente -eso creí ver, seguía deslumbrada-. ¡Qué susto!
-Eh, que no soy un fantasma. ¿A qué viene esa cara? Supongo que tampoco me esperabais a mí...
-¿Que hace aquí, señorita Tyler? -dijo Mirta con dulzura mientras se acercaba. Lo supe por su voz; en realidad casi ni veía dónde estaba.
-Me acaban de despertar para que revise el pasillo. Sois muchos y nosotros demasiado pocos -la potente luz de la linterna ahora se dirigía hacia el suelo. Veía mejor así.
Traté de sonreír. No podía quitarme de la cabeza lo del incidente del borrador. Tenía curiosidad, pero no me parecía correcto preguntar.
-¡Ah! Tu eres la nueva, ¿no? Jumps, me parece. Y Mirta Sunshine.
-¿Se acuerda de mí? -sonrió Mirta abiertamente.
No pienses en el borrador, no pienses en el borrador... No quería pensar en el borrador.
-Eras una de las pocas alumnas que no participaba en las guerras de bolas de papel. Y te lo agradezco.
-No tiene por qué. Es lo correcto. Espero que este año le sea mejor, señorita Tyler.
-Eso espero. Como profesora te respetan algo más que como sustituta o alumna en prácticas. ¡Claro, porque eres quien suspende!
Se rió tal y como hacía siempre. Temí que su risa pudiera despertar a alguien.
-Me alegro de que me hayáis tocado en el equipo, chicas. Sois unas de las pocas con las que no tengo nada en contra. Parecéis buenas. ¡Os queda demostrarlo!
-Eso no lo dudes -dije. Esta vez sí sonreí de forma natural, pero con algo de picardía.
Los despedimos de ella y cada una se fue por su lado. Noté que Tania no había insistido en saber lo que hacíamos allí. Supongo que no le pareció necesario saberlo.
-Oye Eria, ¿Qué te parece nuestra entrenadora? -me preguntó Mirta justo antes de llegar a nuestra habitación-. A mí me parece simpática. Me alegro de que nos haya tocado. ¿Tú qué piensas de ella?
Pensé unos segundos mi respuesta. No sé si Mirta pudo ver cómo le sonreí en la oscuridad.
-Tania... Me cae bien. Y sí, es todo un lujo que la tengamos de nuestro lado.

Y aquí acaba mi primer y alocado día en la academia. Un buen día, ¿no es así?
¡Y todavía quedaba el resto del año!

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