El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

15 jul 2021

107. Un pequeño destello blanco

Capítulo 107

La cosa no olía demasiado bien. Literalmente.
No habíamos entrado, pero nada más llegar, recibí un bofetón de olor en toda la cara. La cantidad de nitrógeno en el ambiente no era normal; era tan desagradable que, cuando fuimos a entrar al lugar, me vi obligada a retroceder unos pasos para que no me tumbara aquella peste.
Nunca había estado en aquella zona de Golden Podium, pero algo me decía que sabía en qué lugar estábamos. Oía, veía y respiraba -aunque a duras penas- pequeñas pistas de lo que Mia quería enseñarnos, pero aún me asaltaban algunas dudas puntuales, dudas que solo Mia podría haber sido capaz de contestar si hubiera estado por la labor.
La misma, dando saltitos a la cabecera, se abrió paso y se encargó del portón principal. Entró la primera; Jetwick y yo preferimos seguirla, paseando la mirada por todos los rincones de aquella especie de cabaña.
Era un lugar espacioso, lleno de compuertas de madera, paja, sacos de lino y herramientas de metal. El ruido no era constante, pero cada pocos segundos oíamos algún que otro topetazo o relinchar de las bestias del establo.
Sí, estábamos en un establo, pero no sabía exactamente qué clase de ser nos quería...
-Aquí está.
Y, efectivamente, allí estaba.
Abrí los ojos como platos en cuanto se dejó entrever entre los barrotes, pero fue el momento en el que se levantó sobre las patas el que hizo que el animal me cautivara.
Era... precioso.
El que debía ser Brillitos recobró su posición inicial. Era un animal más que fantástico, un pequeño rayo de luz blanca en aquella cuadra tan apestosa. El pelo de su crin y cola era largo, y parecía muy suave; un animal así de majestuoso no pintaba nada entre tanta suciedad y boñigas de caballo.
-Mia... es lo mas bonito que he visto en mi vida -dije con un hilo de voz, sin pensar mucho en lo que decía-. ¿Es tuyo?
Ella asintió orgullosa.
-Mi padre me lo regaló cuando llegué a Golden Podium -sonrió, acercándose al caballo para acariciarlo-. Y es el mejor regalo que me han hecho nunca.
Asentí. La verdad, imaginaba una respuesta como aquella. Mia, sin duda, era una persona con suerte: no muchas personas pueden permitirse tener un caballo, menos como aquel.
Suspiré profundamente bajando la mirada, entreviendo por el rabillo del ojo a un Jetwick con la mirada totalmente perdida. No muchos lo sabían, pero los animales, más los caballos, dejaban a Jetwick alelado.
-¿Jetwick? -Mia abrió y cerró la mano, invitándolo a acercarse-. ¿Quieres ver lo suave que es?
Él se acercó dando pasos lentos y le acarició la cabeza con una sonrisa bobalicona. Estaba encantado.
-¿A que es bonito? -le preguntó Mia.
Giró la cabeza y asintió con una media sonrisa. Estaba tan aturdido que tuve que aguantar las ganas de reírme.
Yo fui después. Fuera o no un unicornio, Brillitos era todo lo suave que había en este mundo.
-Algún día lo llevaremos a que compita -nos contó Mia-. Tiene unas patas súper fuertes para eso. Hablaremos con Imala, que es muy muy buena, y seguro que consigue que gane a todo el mundo. Hasta tú puedes probar, Jetwick. Como eres tan rápido, seguro que a ti también se te da bien.
Un ligero rubor apareció sobre sus mejillas. “Al menos esta vez no está peor de lo que estaría una persona normal cuando se sonroja”, pensé para mis adentros.
-Eri, ¿tú que dices? ¿Quieres verlos cuando Brillitos corra?
Asentí.
-No veo el momento de que lo que dices se cumpla -le guiñé un ojo a Mia.

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