El equipo

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A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

15 jul 2021

110. Algo a lo que aferrarse

Capítulo 109

"Se acabó".
No podría volver a mi plataforma después de aquel salto. Si no quería perder, tendría que avanzar. O eso, o me quedaría a medias.
Tomé implulso, todo el que pude, y me hice un ovillo en el aire, pero ya era tarde para rectificar. El tiempo pareció detenerse. No llegaría. No podía llegar. ¡Pero tampoco podía pensármelo tanto, maldita sea!
En el aire, una liana rozó mi brazo, y entonces supe lo que tenía que hacer.
Con un violento giro, enredé mis brazos en la cuerda tratando de impedir la caída. El roce me arañaba los dedos, pero apreté los dientes.
Me encontraba trazando círculos en el aire. Perfecto: la inercia me daría la fuerza que necesitaba. Aproveché el impulso, esperé y me lancé, cubriéndome la cabeza.
Caí sobre la plataforma a trompicones, recibiendo golpes por todas partes y perdiendo la espada. Cuando ya parecía que iba a caer por el borde opuesto de la plataforma me detuve.
Oía comentarios, pero no escuchaba lo que decían. Parpadeé un par de veces; mi estado tras la caída debió de alertar a más de uno pero, aunque no me moviera, aún estaba dentro de la competición.
Me levanté poco a poco entre gritos de júbilo. Mi aterrizaje habría sido violento, pero sólo tenía un par de magulladuras. Además...
Abrí las palmas. Llevaba puestos los guantes negros de competición, y me habían dado suerte.
Salté hacia la espada y me coloqué en guardia. Ridley me contemplaba desde la otra plataforma; su forma de tensar los hombros me recordó a la de un gato enfurecido. Tomó carrerilla y, sin darme un sólo segundo de tregua, se me echó encima anteponiendo su espada. Recibí la primera estocada; aquel no era más que el principio de la peor parte del desafío.
A partir de aquel momento, todo fueron golpes. Un par en el costado, varios en los brazos... Ahora la estrategia de Ridley era cien por cien ofensiva. Ni con las protecciones encima los golpes dejaron de resultar dolorosos; resistir sería difícil. Sólo tenía una forma de responder: atacar igual que él.
Comencé a mover la espada a diestro y siniestro. No me acercaba ni de lejos al nivel de Ridley, pero algo haría. Golpe tras golpe, seguí agitando el brazo hasta que, milagrosamente, detuve uno de ellos.
Me mantuve firme. No podía creerlo; nadie podía. Le había parado una. A Ridley. Pero no era momento para celebraciones; empujé con toda la fuerza que me quedaba en los brazos, lo aparté de mí y me coloqué en guardia.
Los monitores parecieron echar chispas sobre mi cabeza. ¿De verdad me lo había imaginado?
Volví a esquivar. Esta vez, por cada golpe que recibía, me permitía a mí misma esquivar uno. Aguanté, esquivé, aguanté...
Nos detuvimos a tomar aire guardando las distancias. A mi alrededor, el mundo había enmudecido. Había mantenido el tipo después de una lluvia de mil espadazos, esquivado lo inevitable y saltado distancias con un impulso mínimo: estaban impresionados. No; necesitaba algo más.
"Pero, tarde o temprano, caerás".
No quedaba mucho para que llegara el golpe de gracia, lo presentía. Para colmo sentía que, por algún motivo, me comenzaban a fallar las piernas. ¿Sería por culpa de los golpes o se trataría de agotamiento mental? Probablemente... serían ambas cosas. Estaba tensa, empapada en sudor y me costaba normalizar la respiración.
"Tarde o temprano, caerás".
Qué va, no iba a caer. Para hacerlo... tendría que pasarme por encima.
Pero...
Firme como estaba, vi los bordes de la plataforma borrosos. Aguantaría, pero... ¿Hasta qué punto podría dar de mí... sin parecer débil?
Los monitores centellearon. Abrí los ojos; no lo sabía, pero estaba a punto de conocer la respuesta.

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