El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

15 jul 2021

116. Recuerdos de un día encapotado

Capítulo 116

-¿Estás segura de que este es el lugar?
-Completamente. Sigue recto.
Maletero cargado, sólo nos quedaba hacer una cosa más antes de volver a Golden Podium: cumplir mi pequeña petición personal. No esperaba menor actitud de sorpresa cuando llevé a Teck hasta la costa con mis indicaciones.
-¿Me tomas el pelo? Hay mil tiendas y sitios a los que ir en pleno centro. ¿Qué se te ha perdido en la costa? No hay tanto que hacer...
-Ya verás. Sólo espero que no me hagas demasiadas preguntas y te portes bien.
Puso los ojos en blanco.
Aparcamos la furgoneta en la esquina de un solar cubierto de polvo y arena. A pesar de ser mediodía, no había más que unos cuantos turistas repartidos por los alrededores. Y vallas: muchas vallas.
-Hace demasiado calor para estar fuera un día como hoy -puntualizó Teck-. Lo suyo sería no tardar mucho... a no ser que hayas traído bañador.
No me corto en decir que Teck fue bastante pesado durante todo el camino: se quejó, preguntó mil veces las mismas cosas, etcétera. Por suerte, ese día la paciencia me duró más que otras veces, quizás porque iba pensando en mis cosas. Sólo cuando nos acercamos al sendero de tierra y rocas que llevaba a nuestro destino pareció percatarse de adonde quería ir.
-Espera un momento -detuvo mi escalada-, ¿no estarás pensando en...?
Tampoco contesté. Quien calla, otorga.
Ahí fue cuando, por fin, decidió cerrar el pico. Teck era una persona a la que todo le traía sin cuidado, pero recordemos que me había visto caer aquel día y hasta me había ayudado a defenderme. Nunca lo reconocería, pero algo se preocupaba por mí.
Era verdad lo de que hacía calor: tuvimos que detenernos en mitad de la escalada para descansar un poco. Teck por lo menos iba en manga corta: yo me vi obligada a quitarme mi valiosa sudadera y a atarla a mi cintura.
Entonces llegamos: un bosque vallado, zarzas mustias y un puñado de rocas en escalera a metros de distancia sobre el nivel del mar. Estábamos, por fin, en el antiguo mirador. Respiré hondo, di unos pasos y perdí la vista en el horizonte.
Teck se cruzó de brazos y esperó. Sólo cuando se aburrió de estar allí de pie decidió romper el hielo.
-¿Este era el sitio al que tanto querías ir?
Asentí. Inspirando hondo, me acerqué con cautela al borde para tener mejores vistas.
-Te parecerá un poco raro que te lo haya pedido -reí con un toque de incomodidad.
-Supongo, más teniendo en cuenta que Ridley te empujó hasta ahí abajo.
No sé por qué, reí más alto.
-Ya, ya. Qué locura de día, ¿verdad? -me agaché un momento-. Ridley está mal de la cabeza, yo aún peor. Pero qué te digo... Sonará masoquista, pero necesitaba volver a este sitio para hacer un poco de terapia de choque.
No me cuestionó. Asintió con más seriedad a la que yo estaba acostumbrada a ver en él.
-Menuda historia tienes tú con los acantilados -puso los ojos en blanco-. Tú y tu familia.
Me había leído bien. Era evidente que todo acantilado por el que pasaba me hacía pensar en mi abuelo. Suspiré.
-Ya me ves... aunque dudo mucho que mi abuelo cayera por aquí -No hice comentarios al respecto, pero aquel no se parecía al sitio de mis sueños-.Debió ser en otra parte donde arriesgó su vida.
-Arriesgar su vida... -bajó la cabeza y siseó, puede que riendo por lo bajo-. No pretendo ofender, pero... ¿arriesgarse por una competición? Hay que ser demasiado suicida para hacer algo así.
-Eso creía yo, pero... no sé, tuvo que haber algo más. No es que mi abuelo tuviese mucha cabeza, pero por lo que sé de él no era tan idiota.
-Ahora me dirás que alguien lo asesinó.
-Ya pensé en eso, pero he investigado por mi cuenta y todos los testigos dicen que nadie lo empujó. Teniendo en cuenta que era una competición importante y que estaba su equipo allí, no me cuadran las cosas. Es decir, vosotros ocho me visteis...
-Vaya que te vimos, Eria. Como que Jetwick se dio cuenta antes y nos puso a todos al corriente por si acaso. Por cierto, sí que avisó rápido el amigo; se ve que no sólo corre en la pista.
Jetwick. Nunca decepcionaba.
-Espero que en la maratón le vaya bien -pensé en voz alta-. Los otros equipos, incluido el de Ridley, no se lo van a poner fácil. Por eso quería venir antes aquí: para fortalecerme. En otras palabras, para estar preparada.
-Vamos, que querías quitarte el susto de la última vez.
-Eso lo describe bastante bien, sí...
Teck se rió a carcajadas.
-Pues no es que te quiera desmotivar, pero por las caras que llevas poniendo desde que llegamos diría que aún te queda para que se te quite.
Lo miré arqueando las cejas y me pasé una mano por la mejilla.
-¿Tan mala cara tengo?
-Un poquito, sí -representó con el índice y pulgar-. Es ver un acantilado y se te va el color. ¿No prefieres que nos vayamos?
Parpadeé, forzándome a mirar abajo una vez más.
-Tan cabezota como siempre -se encogió Teck de hombros-. Escucha, Eria, tómate esto con calma: es sólo miedo. Puede que no se pase en un día, pero podrás superarlo, más si te pasas el día saltando desde edificios.
Supongo que tenía razón: que sólo los acantilados me dieran vértigo era lo menos malo de todo lo que me podría pasar. Con una palmada en el hombro, mi compañero me espabiló un poco.
-Eria, como no nos movamos nos va a dar una insolación aquí arriba. Cuando lleguemos a la furgoneta pondré el aire acondicionado, ¿de acuerdo? -sonrió.
-Me has convencido -suspiré una vez más-. Además, ya he hecho todo lo que tenía que hacer. Ya estoy más centrada.
-¿Seguro? -levantó una ceja.
-Desde luego -sonreí con decisión, sintiéndome mucho más segura que antes allí arriba-. Este acantilado, por lo menos, lo tengo más que superado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario