El equipo

El equipo

A veces...

Lo más divertido de la vida es el no saber el qué te deparará el futuro, ¿verdad? ~Eria Jumps

(Esta historia es ficticia, o al menos según Junie; Eria aún se opone completamente a esta idea...)

Golden Podium es un proyecto tanto escrito como dibujado que lleva en pie desde 2012. Tenemos una novela, dibujos, tiras... ¡y hasta un Motion Book! #goldenpodiumcomic

15 jul 2021

112. A quién defender

Capítulo 112

¡Había ganado!
No cabía en mí de júbilo. Los monitores parpadearon; ahora era yo quien aparecía en primer plano.
Después de todo aquel esfuerzo, por fin lo había conseguido. ¡Había conseguido ganar!
No supe contenerme. Con un grito de júbilo, doblé las rodillas y salté hacia atrás, acortando en unos segundos toda la distancia que me separaba del suelo. La gravedad me produjo un cosquilleo, y ni tras el impacto con el inflable pude dejar de sonreír.
Aún con la sonrisa en la cara, esperé a que mi cuerpo dejase de botar sobre el colchón para poder incorporarme. Repito: hacía tiempo que no sentía tanta felicidad junta.
Me senté, pero cuando fui a levantarme, un torbellino con dos coletas me derribó hacia atrás.
La abracé entre risas. Mia...
Estaban todos.
Jetwick me tendió el brazo, ayudándome a incorporarme. Su media sonrisa parecía decirme:
"Sabía que lo conseguirías".
-Y yo que creíais en mí.
Se sonrojó a la vez que yo levantaba las cejas. ¿Qué clase de conexión mental acabábamos de tener?
-¡CAPITANA!
Alguien inconfundible que tampoco paraba de sonreír me arrastró por los hombros y me sacudió.
-¡Eh, capitana, por fin lo has machacado!- cuando Delmet me soltó, sentí que volvía a caer-. Es decir, yo podría haberme plantado enfrente suya y dejarle las cosas claras hace un tiempo, pero entiendo todo ese rollo personal entre él y tú, ya sabes...
Todos parecían tener algo que decirme, cada cual a su manera. Hubo más gente que se me acercó, pero yo sólo tenía ojos para mi equipo. Pasaba de las pantallas, de los comentaristas... un poco de todo.
-¿Ya les has demostrado lo que les querías enseñar? -los señaló Mia.
-Mejor -respondí-: me he dado cuenta de que los únicos a los que quería demostrarles mi verdadera fuerza... era a vosotros ocho.
Y así era. Por fin, después de tanto tiempo, podía centrarme en lo que me importaba.
Sólo cuando la gente comenzó a dispersarse decidí desviar mi atención hacia alguien ajeno al equipo, alguien a quien le debía por completo mi victoria: Ridley.
Estaba apartado, sentado en la colchoneta con la vista fija al suelo. No parecía estar muy lejos del lugar sobre el que había caído, así que me imaginé que llevaría allí solo desde su aterrizaje. Tenía el ceño fruncido y trazaba algo en el suelo con un palo; no reflejaba en su gesto ninguna pena por su orgullo herido, pero sí que tenía toda la cara de no haber tenido un buen día.
Aprovechando que ya no era el centro de atención, me acerqué a él como si temiera espantarlo.
-¿Ridley?
Él levantó la cabeza. Acababa de darme cuenta de que no sabía exactamente qué decirle.
-Esto...
Quise intentar algo, pero alguien me apartó de él con un empellón.
-¡¿Pero qué haces?! -recibí una voz-. Aléjate de nuestro capitan o te enteras, ¿me oyes?
Era Rex. No se parecía en nada a Ridley, pero se daba un aire a él. Me llegan a decir que era su primo y me lo habría creído.
Mystery también hizo acto de presencia, materializándose entre Ridley y yo, y con ella llegaron algunos más: el chico introvertido que les llevaba la munición para las pistolas, una chica con el pelo rosa y cara de pocos amigos...
El equipo D-32. Todos estaban allí.
No dije nada más. Me di media vuelta, levanté un brazo y me fui.
Sé lo que estáis pensando: que huí, que vi que me superaban en número y me fui por patas. Pero no era miedo lo que sentía: yo podría haber llamado a mi equipo en cualquier momento. Sin embargo...
Me fui porque algo en esa situación me provocó ternura y me hizo darme cuenta de que, al igual que me había pasado a mí, Ridley ya no tenía nada que demostrarme. Me fui porque, rodeado de todas aquellas personas, me pareció que Ridley, a su manera, sonreía.
"Ridley... pronto, en la maratón de Azuria, nos veremos de nuevo las caras".

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